La leyenda viva de Francis Guitar
Guitarrista
Todo empezó cuando en su niñez su padre montó un salón de baile en Las Colonias -el barrio en el que nació Francisco hace 72 años- la famosa Pista Azul. Entonces la orquesta puntera (aparte de la de Molero) era la del maestro Bernabé y su cantante Miguel Urreta. "Allí, en pijama -cuenta- me llevaba mi padre en "camichocho" algunas noches, y cantaba con la orquesta para regocijo de los asistentes".
En su juventud hizo amistades en la agrupación de Coros y Danzas Nuestra Señora de la Cinta y Pepe Barros le prestó su guitarra para que se iniciara en sus secretos. En la participación del grupo en el evento internacional del País de Gales-Inglaterra, a principios de los años 50, consiguieron el primer premio, interpretando las danzas de El Pino y el Fandango Parao. Poco después fueron invitados junto con los hermanos Toronjo a la caseta de Huelva en la desaparecida Feria del Campo de Madrid, como representantes del folclore de la provincia.
Poco a poco, pues, Francis Guitar fue naciendo como artista, especializándose en canciones sudamericanas. "El ganar el concurso Lluvia de Estrellas de 1960 -destaca-, me proporcionó, junto con Valladolid Briones, la actuación en TVE, en el Programa Jardin de Verano presentado por José Luis Barcelona en los Estudios de Miramar de la ciudad condal".
Desde Huelva, con parte de los participantes más destacados del certamen, dirigidos por el rapsoda Rafael Altamira y presentados por Manuel Zamorano de Radio Nacional, recorrieron como espectáculo las provincias de Huelva, Badajoz y Sevilla, incorporándose al cartel Perlita de Huelva con su Amigo conductor y la colaboración estimable de Manolo Limón y Manolo González de la Palma, con la alternancia a la guitarra de Manolo Azuaga y Pérez Ramblado, además de los músicos de rigor.
Desde Barcelona realizó actuaciones en teatros y cines de variedades, y bolos por las cuatro provincias catalanas, formando parte algunas veces en espectáculos como el de Dolores Vargas (La Terromoto) y Pepe Marchena, ya en su decadencia. Como anécdotas, la guitarra de Barros fue aplastada por un baul con el vestuario de Dolores Vargas; y Fernando Esteso (en sus comienzos) y él, tenían el mismo maestro de música para los ensayos. "Recuerdo con cariño que cuando coincidíamos en un espectáculo, entre función y función, íbamos a cenar bocatas de calamares".
Por recomendación de José Luis Barcelona de TVE, Briones y Francis contactaron con la discográfica Belter, que les contrató y les propuso editar dos discos sencillos. "Sólo querían jaleo y palmas de cara a los turistas. A trancas y barrancas y como 'Los Onubenses', se editaron un disco de Fandangos de Huelva y otro de Sevillanas de estilo, que tuvieron mucho eco en nuestra tierra. Curiosamente, -cuenta- la puesta en el mercado de ambos discos no nos fué anunciada por la Belter, sin duda querían ahorrarse los royalties que nos correspondían por contrato". Un periodista escribió un artículo que tituló Dos onubenses que triunfan sin saberlo.
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