Huelva

A juicio tres cazadores furtivos por matar cuatro ciervos y un muflón

  • La Fiscalía les pide multas de 2.100 euros, que indemnicen al coto y la inhabilitación para la actividad durante tres años

Tres cazadores se sentarán hoy en el banquillo del Juzgado de lo Penal 4 de Huelva para responder por la autoría de un delito contra la fauna (caza furtiva) por introducirse en un coto privado de Gibraleón y matar a cuatro ciervos y un muflón.

En el escrito de calificación de la Fiscalía, al que ha accedido Huelva Información, se detalla que los tres presuntos furtivos "por su amistad y afición a la caza y conocedores de que en el coto de caza Matuloso, sito en Gibraleón y explotado para la caza mayor por la empresa Piedras Rojas, se criaban animales para trofeos de caza decidieron practicar la caza furtiva con el fin de cobrar dichos animales y hacerse con sus cabezas".

De este modo y como uno de los tres acusados era guarda en el coto colindante, prosigue el Ministerio Público, planearon el acceso a Matuloso atravesando el embalse del Sancho -que separa ambos cotos- valiéndose para ello de una pequeña barca de plástico y de flotadores. Así accedieron supuestamente en la noche del 2 al 3 de septiembre de 2010 (hace casi ocho años) dos de ellos al coto Matuloso "y abatieron de un disparo a un ejemplar de ciervo al que decapitaron para llevarse el trofeo".

Siguiendo el mismo procedimiento, el guarda y el tercero en discordia de los procesados accedieron a la finca la noche del 29 al 30 de septiembre de 2010 y "abatieron de disparos a tres ejemplares de ciervo y uno de muflón y, al verse sorprendidos" por los guardas del coto y por agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil que se habían apostado en la zona, trataron de huir. Uno de ellos, quien además portaba el rifle usado en la montería furtiva, consiguió escapar. El guarda implicado fue arrestado a las 5:00. Le requisaron la cabeza de uno de los ciervos, una navaja, cuerdas, un pasamontañas, cartuchos del calibre 243 y un tubo para imitar el sonido de los venados en la berrea. Ya en los calabozos, llamó a su esposa y le pidió que "avisa al otro y que prepare el rifle para entregarlo, pero que antes le quite todo".

La mujer avisó al imputado. Una vez que su marido estuvo en libertad, este quedó con él y con su abogado y ambos depositaron el rifle en una armería de Madrid el 4 de octubre de 2010, "intentando, sin conseguirlo, que se registrase una fecha de entrega anterior a los hechos relatados y entregándose el rifle por el guarda en la Guardia Civil de La Rioja en febrero de 2011".

La caza de cérvidos estaba prohibida en la fecha de los hechos por ser época de berrea, apunta la Fiscalía, que pide al juez que imponga a los tres acusados 2.100 euros de multa, la inhabilitación especial para el derecho a cazar por tres años, las costas, el comiso de todo el material utilizado para cazar a los animales y una indemnización conjunta al titular del coto Matuloso por el valor de los ejemplares abatidos (7.040 euros por los ciervos y 1.408 euros por el muflón).

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