Huelva

La jugadora de rugby de Huelva que trabaja como maestra cervecera en Cruzcampo

Irene Pascual, ingeniera química, jugadora de rugby y maestra cervecera en Cruzcampo es una chica todoterreno y polifacética que encontró con ocho años su hueco en el deporte. Después de triunfar en el piragüismo quiso adentrarse en el mundo del rugby, una curiosidad que le ha llevado a jugar en Las Cocodrilas, uno de los mejores equipos del país. Mazagón es su pueblo, el lugar de sus sueños y todos los fin de semanas que puede se escapa para volver a revivir su infancia y reunirse con familia y amigos. 

-¿Cómo nació su afición por el rugby?

-Yo antes de jugar al rugby practicaba piragüismo que realmente se trata de un deporte más individual y estaba federada en alta competición. Después de entrar en la carrera me comenzó a quitar mucho tiempo de los estudios y hablando con un compañero de clase me contó que jugaba al rugby y yo me interesé por ello. Me gustó tanto la idea que comencé a buscar un equipo femenino, pero en Sevilla tampoco tenía muchas oportunidades. Al final encontré un equipo en la universidad de rugby 7 y después, estuve en Mairena del Aljarafe en rugby 15. Son modalidades diferentes, es como si comparásemos fútbol sala con fútbol 11, cambia bastante el juego, ahora llevo en rugby 15, 9 años.

-¿Cómo es su vinculación con el deporte? ¿Lo ha practicado siempre?

-Sí, yo comencé a practicar deporte con siete años. El deporte que más tiempo he practicado es el piragüismo, que fueron once años de mi vida dedicados a ello. Ahora ya llevo nueve con el rugby, le queda poco para igualarse.

-¿Cómo llegó al equipo de Las Cocodrilas?

-A través de una compañera que jugaba tanto a rugby siete como a quince. Me invitó a probar el quince un día al final de la temporada y el año siguiente estuve en los dos equipos, pero ya hubo un momento en el que la exigencia deportiva del rugby quince con el objetivo de ascender requería muchas más horas de entrenamiento y concentración.

-¿Cómo se enamoró del rugby?

-Se puede decir que desde el primer día por el equipo. Dentro de la adrenalina que te da el deporte en sí, también existe una parte social muy bonita. Además, es un deporte muy inclusivo, yo soy una persona fuerte y bajita y estaba acostumbrada a que se me mirase mucho el peso para entrar en ciertas competiciones, pero cuando llegué a este deporte me di cuenta de que todos los cuerpos son válidos para una posición en concreto. Me pasó eso con el tamaño de mi espalda, siempre había tenido complejo, al llegar me dijeron que era perfecta para un puesto y eso te hace sentirte muy acogida. Hay hueco para todos los cuerpos, ya seas una persona rápida y ágil que pueda ir al ala o una persona más bajita como yo, que voy a la primera línea o en la segundas líneas, que son personas altas y fuertes pero no son tan rápidas.

-Además del rugby tiene su trabajo, ¿me puede contar un poco sobre qué trata?

-Yo soy maestra cervecera y trabajo en un centro de innovación que tiene la marca Cruzcampo en Sevilla. Me dedico al desarrollo de nuevas recetas para probarlas, sacar nuevos productos al mercado o para transmitir cultura cervecera y utilizarlo como medio de comunicación.

El cuerpo técnico atiende a Irene Pascual. El cuerpo técnico atiende a Irene Pascual.

El cuerpo técnico atiende a Irene Pascual. / M.G.

-¿Cómo lo compatibiliza con el deporte?

-Hay algunos días duros, pero es cierto que el equipo entrena por las noches para que todas podamos asistir. Mi horario de entrada en el trabajo es flexible y me permite descansar, a veces tengo que faltar a entrenar por viajes pero en esta etapa de la vida ya debo priorizar. Por lo general no suelo tener grandes problemas para compatibilizar y por suerte no he tenido lesiones, así que todo bien.

-Volviendo al tema del trabajo y del deporte, ¿podría vivir solo del rugby?

-No, en mi caso no es así pero las jugadoras que compiten con la española tampoco. Ellas tienen dietas y les pagan sus estancias de entrenamiento, la etapa de concentración son varias semanas pero repartidas durante el año, entonces no te da para tener un salario estable, normalmente lo que se hace es buscar una trabajo más flexible en el que se puedan hacer las dos cosas. Hay algunas que son autónomas, otras que trabajan en centros privados, otras son funcionarias, pero es complicado.

-En relación con tu trabajo, cerveza y rugby es una combinación muy curiosa. ¿Cómo llegó a decidir que querías ser maestra cervecera?

-En el caso del rugby hay una parte muy importante que también la tiene la cerveza y es el factor social. En este deporte está instaurado el tercer tiempo, en el que el equipo local invita a comer y a tomar una cerveza al equipo rival, realmente la cerveza es un nexo de unión entre los dos equipos en un momento en el que las jugadoras se relajan y hablan del partido desde la parte sana de la competición.

En mi caso me gustaba la cerveza y el tema de la innovación y me encanta probar cosas diferentes. Me dediqué durante unos años a tomar diferentes tipos de cervezas y de ahí nace mi pasión ligada al deporte. Además, en mi casa siempre ha habido Cruzcampo y tenemos mucha unión con la marca, yo siempre he sido su defensora, me gusta pensar que estaba todo un poco alineado.

-¿Cuál es su rincón favorito de Huelva?

-Que voy a decir yo, Mazagón, sus playas, sus acantilados... Para mi es un sitio mágico. Aunque también estoy enamorada de la Sierra de Huelva, pero me quedo con mi pueblo.

La maestra cervecera en un partido de rugby junto a sus compañeras. La maestra cervecera en un partido de rugby junto a sus compañeras.

La maestra cervecera en un partido de rugby junto a sus compañeras. / M.G.

-¿Cómo recuerda su infancia en su ciudad natal?

-Pues la recuerdo con mucho aprecio y cariño. Además de los días en Mazagón, mis padres me llevaban a la ría a entrenar piragüismo con el club Abedul. Pasaba los días por la ría y las Marismas con mi entrenadora Noelia y esos momentos me llenaban de energía.

-¿Vuelve cada año durante tus vacaciones? ¿Cómo la vive en Huelva?

-Vuelvo casi todos los fines de semanas que puedo, aquí tengo a mis amigos y a mí familia. Las vacaciones siempre las reparto, viajo y también algunos días en casa. A veces vengo solo a pasar el día si tengo partido, pero siempre intento venir y aprovechar el día, comer rico con la familia y aprovechar el sol para cargar pilas y luego de vuelta a la rutina de trabajo y entrenamiento.

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