John Conde: la eterna búsqueda de un músico que no entiende de fronteras
Trinchera sonora
El guitarrista onubense publica ‘Caballo Negro (Toro Vol. 2)’, un viaje sonoro que expande su primer trabajo en solitario y confirma su lugar como figura clave de la escena musical de Huelva
Entender la música de Huelva de las últimas tres décadas sin pronunciar el nombre de John Conde es imposible. Guitarrista, compositor, productor y mentor de nuevas generaciones, su trayectoria es un mapa de rutas imposibles que van del rock más afilado a las músicas del mundo, con especial querencia por ese arco Atlántico que une sonoridades y culturas. Desde que a los 10 años agarró por primera vez una guitarra y a los 14 fundó la banda de thrash metal Diabolic Force, una de las primeras de ese género en el país, Conde entendió la música como una búsqueda incesante. A los 17, su inquietud lo llevó a Alemania para grabar con Raspadura, grupo mítico de la escena onubense de los 90, en un momento en que Huelva hervía de creatividad y escenarios.
Esa curiosidad lo convirtió en un viajero sonoro que nunca se encerró en un estilo. Proyectos como Almadura, Las Bruxas, Acoustasonic Trío, Androphonic, Stolen Notes o Sheela Na Gig, entre otros, hablan de su capacidad para reinventarse y absorber influencias, pero también de su firme compromiso con la música bien hecha. En su camino ha trabajado con productores de peso como Manfred Zimmermann (Pet Shop Boys, Modern Talking), Luis Barros (Tarantula), Jesús Bola (Camarón, Alejandro Sanz), Manuel Illán (Pablo Alborán, Diana Navarro) o Rubén Díez, productor de música folk, entre otros muchos.
En 2021 publicó su primer disco en solitario, Toro, un trabajo instrumental que ya dejaba ver su fascinación por unir raíces españolas y andaluzas con estilos como el surf de los 60, la música mexicana y un inconfundible aroma western. Ahora, en 2025, regresa con Caballo Negro (Toro Vol. 2), un álbum que no rompe con su predecesor, sino que lo expande. “Es un viaje que continúa, con nuevas paradas y paisajes sonoros que sigo descubriendo”, afirma Conde. El disco mantiene ese carácter cinematográfico, casi de banda sonora de una película que recorre desiertos y océanos, pero con una madurez en la composición que refleja todo lo aprendido en estos años de gira y estudio.
Tras su presentación en marzo, Caballo Negro deja claro que es un disco concebido para crecer en directo. Su puesta de largo en el ciclo Cantero Rock de la Universidad de Huelva puso de manifiesto sobre el escenario una propuesta de sonido sobrio, intenso y cinematográfico, una suerte de road movie que sumerge al oyente en un apasionante viaje sonoro. Es la declaración de principios de un artista que entiende el escenario como el lugar donde las canciones encuentran su forma definitiva.
Pero hablar de John Conde no es solo hablar de un artista, sino también de un maestro. Desde 2010 dirige Comborock, un programa impulsado por el Ayuntamiento de Huelva que reúne a jóvenes músicos para formarlos en la creación de bandas de rock, inculcarles valores éticos y darles sus primeras oportunidades sobre un escenario. Su labor ha sido reconocida con premios como la Medalla de Oro de la Ciudad de Huelva (2023) o el galardón Rock Guitar Star al mejor guitarrista de rock de Huelva (2024).
En un panorama donde la música parece correr a la velocidad de las tendencias y los algoritmos, John Conde sigue construyendo a otro ritmo. El suyo. Uno que combina respeto por las raíces, ansias de descubrimiento y la certeza de que enseñar y compartir es tan importante como componer y tocar. Caballo Negro no es solo un nuevo disco: es la confirmación de que su viaje no tiene fin. Y eso, para quienes amamos la música, es una bendición.
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