Un investigador de la UHU reclama el descubrimiento del pecio en 2011

Barco hundido en el Portil

Antonio Mira interpreta que se trata de los restos de la popa de una embarcación distinta a la de 'Matagrana', localizada y excavada en el cordón dunar en el año 2008

Un investigador de la UHU reclama el descubrimiento del pecio en 2011
Jordi Landero

El portil, 07 de noviembre 2017 - 02:07

El investigador onubense Antonio Mira Toscano, licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Sevilla y miembro del equipo de investigación de la Universidad de Huelva HUM 838 -Poder y territorio desde la Prehistoria a la Edad Media-, ha reclamado el descubrimiento de los restos del pecio que afloraron hace un par de semanas en la línea de bajamar de la playa de El Portil.

Según manifestó a Huelva Información, el hallazgo de los restos se produjo mientras paseaba por dicha playa puntaumbrieña a finales de septiembre de 2011, cuando observó que, al igual que hace unos días, habían aflorado "en la bajamar y perpendicular a la orilla" varios trozos de madera trabajada que se adentraban en la arena, además de varios clavos de forja totalmente oxidados.

Con el objeto de comprobar de qué se trataba exactamente, regresó los siguientes días al mismo punto coincidiendo con la bajamar, para concluir que podrían ser "los restos de un posible pecio".

El investigador onubense puso el hallazgo inmediatamente en conocimiento del grupo de investigación de la Universidad de Huelva al que pertenece a través de un correo electrónico en el que afirmó sospechar que "son restos de barcos distintos", en referencia a los que afloraron en 2008 muy cerca de este mismo punto, aunque en la zona de dunas, los cuales tras concitar el interés de la comunidad científica y desplegarse en torno a ellos una intervención arqueológica de gran calado, se concluyó que pertenecían a una antigua embarcación naufragada en El Portil, el navío de Matagrana, de construcción íbero-atlántica (probablemente de factura holandesa o inglesa) y datado entre las medianías del siglo XVII y las del XVIII.

En su comunicación de 2011 al grupo de investigación de la UHU, Antonio Mira interpretaba sobre estos nuevos restos que "se trata de la popa" de un nuevo pecio, cuya "separación máxima entre ambas líneas de cuadernas es de seis metros, lo que puede dar a entender la magnitud del barco". También detalló que "se halla en la bajamar y perpendicular a la orilla", que "su orientación es noreste-suroeste" y que "alrededor he localizado restos de clavos de forja".

Igualmente indicó desconocer "si se trata del mismo pecio o parte" del hallado en el año 2008 en la misma zona, a lo que añadió que "por las fotografías del anterior hallazgo creo que son distintos". En este sentido Mira apuntó que "no están exactamente en el mismo punto y su orientación es distinta". No obstante, concluyó que "efectivamente puede que sea parte del mismo barco, pero entiendo que el anterior tenía completa su quilla".

El investigador onubense documentó los restos que halló en la playa en septiembre de 2011 con numerosas fotografías, algunas de las cuales se adjuntan a esta crónica, en las que se observa que, efectivamente, podrían ser las mismas que afloraron hace unas semanas en el mismo punto. Estas también fueron documentadas fotográficamente por el doctor en Arqueología Subacuática Claudio Lozano, quien afirmó en este periódico haberlos descubierto el pasado día 16 de octubre de este año, lo cual puso en conocimiento de las autoridades presentando el día siguiente un escrito en la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Huelva.

En dicho escrito Claudio Lozano defendió como principal tesis que pudiera tratarse "de restos del Matagrana que no descubrió la Junta en su primera intervención", e instó a la Administración autonómica a "que se descarte que se trate de otra embarcación, ya que se encuentran en una cota diferente de donde se ubicaba el pecio de Matagrana y además presentan otra orientación".

En declaraciones a esta redacción, Antonio Mira añadió que, a pesar de haber puesto en 2011 en conocimiento del Grupo de Investigación HUM-838 el hallazgo, "era consciente de que, llegado el momento, sería muy dificultosa y costosa la excavación al localizarse los restos en la bajamar. Simplemente pensé que se tomaría nota del hallazgo y en un futuro, con una favorable dinámica costera, se podría retomar su investigación".

Por otra parte, y en relación a los restos que halló en 2011, este investigador de la UHU detalla que "lo que sobresalía de la bajamar era un conjunto de diez piezas de madera trabajadas -una de ellas presenta un orificio central- y muy antiguas que, con toda seguridad, pertenecían al costillaje de un pecio". En ese mismo punto, prosigue, "localicé hasta dos clavos de forja muy oxidados".

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