pedro j. pérez ROMERO. catedrático de química inorgánica

"La investigación nos permite avanzar, crecery mejorar"

  • El profesor de la UHU ingresa en la prestigiosa Academia Europaea a causa de su valoración curricular

Pérez, en su despacho del Edificio Robert Grubbs.

Pérez, en su despacho del Edificio Robert Grubbs. / h. información

-¿tras haber recibido varias distinciones, qué supone recibir la noticia del ingreso en la Academia Europaea?

-Una alegría enorme, al suponer el reconocimiento de una entidad a la que ya pertenecen nombres de referencia en el campo de la química a nivel mundial, así como españoles como Oró, Corma o Coronado, figuras indudables de la química española.

Cuando uno compite contra sí mismo mejorando cada día, los resultados vienen solos"Una universidad va mucho más allá de lo que es la mera docencia y la expedición de títulos"

-¿Cómo se ingresa en la Academia? ¿Es a propuesta de alguien?

-El ingreso en la Academia tiene lugar mediante la propuesta de dos académicos de la misma y una evaluación curricular de la investigación realizada por el candidato, por un comité que se reúne anualmente. En mi caso me propusieron dos miembros de la Academia, uno de España y otro de Francia.

-¿Qué fue lo primero que pensó cuando conoció la noticia?

-Pues siempre que tengo algún avance en mi carrera tengo un primer pensamiento, un recuerdo más bien: el día que comencé en mi pequeño laboratorio del Campus de La Rábida, absolutamente solo y con medios más que precarios, conseguidos tras tres años de búsqueda de recursos. Y entonces pienso que jamás aquel día hubiera soñado alcanzar lo que sea que me haya pasado en el presente.

-¿Existe alguna fórmula mágica tras los logros conseguidos?

-No hay más magia que la del trabajo diario, mañana y tarde, días, semanas, meses, años… Cuando uno compite contra sí mismo, mejorando cada día respecto al anterior, los resultados vienen solos. Esto necesita el ponerse nuevos retos después de conseguir el anterior.

-Siempre transmite esa sensación de que disfruta de su trabajo.

-No lo puedo evitar. Enseñar a alumnos en la universidad es lo máximo para mí, que procedo de una familia de los que se llamaban maestros de escuela. Además de enseñar, podemos dedicar tiempo a investigar y generar nuevo conocimiento para transmitirlo a nuestros alumnos. Éstos cambian cada año, lo que proporciona una frescura continua a nuestro día a día.

-¿Cómo valora la Universidad de Huelva este tipo de reconocimientos?

-Hasta donde yo sé, de ninguna forma (ríe). De cualquier forma, creo que la visibilidad que aportamos todos los miembros de la universidad fuera del ámbito local es positiva para la misma. Yo en ese sentido, soy bastante hooligan de mi universidad. Me llena de orgullo representarla en todos los foros a los que asisto.

-La sociedad ve cómo varios aspectos de la ciencia avanzan a un ritmo trepidante. ¿Está pasando lo mismo con la química?

-Sin duda. En mi caso, tras más de 30 años investigando en química, puedo asegurar cómo algunos paradigmas existentes hace tres décadas han sido resueltos y traspasados considerablemente.

-¿Acabará lo virtual reemplazando el laboratorio tradicional?

-Es imposible. La química genera productos necesarios para la sociedad, desde un medicamento a un metal que forma parte de un teléfono móvil. Y eso es algo real, no virtual. Lo que sí está ocurriendo es que los químicos tenemos potentes simuladores en ordenadores que nos permiten entender las reacciones químicas , facilitando un desarrollo más rápido. Pero al final todo tiene que salir de un matraz o de un reactor.

-¿Se trata de una investigación cara?

-La respuesta es general para toda la investigación: ¿cuánto cuesta ampliar el saber de la humanidad? ¿Merece la pena invertir en ello? Si alguien tiene todavía en su familia a alguien lo suficientemente mayor para recordar lámparas de queroseno en lugar de bombillas, cocinas con carbón en lugar de gas, braseros de cisco en lugar de radiadores, coches tirados por animales en lugar de automóviles... que le pregunte si ha merecido la pena invertir para avanzar. Hace ochenta años la gente moría de una infección o de una gripe. Hoy, la misma enfermedad se cura con unas pastillas que hubo que desarrollar sobre la base de una investigación. Investigar es avanzar, es crecer, es mejorar.

-Finalmente, ¿cómo ve la Onubense en sus Bodas de Plata?

-Todavía necesitada en algunos ámbitos, de entender lo que debe ser y lo que se espera de una universidad, que va mucho más allá de la mera docencia y de la expedición de títulos.

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