Huelva

La investigación sobre la muerte de Enrique y Paqui concluye que fue un accidente

  • El juzgado que lleva la instrucción por su desaparición y posterior fallecimiento levanta el secreto de las actuaciones y llega a la conclusión que no hay implicación de terceras personas

Agentes del Cuerpo nacional de Policía en el lugar de los hechos el pasado sábado.

Agentes del Cuerpo nacional de Policía en el lugar de los hechos el pasado sábado. / Alberto Domínguez (Huelva)

Caso cerrado. A menos que surja algún tipo de prueba que ofrezca una nueva línea de investigación, la muerte de Enrique Fuentes y Paqui Romero fue un accidente. Tal y como adelantó Huelva Información la mista tarde del sábado cuando se encontraron sus cuerpos en el interior de su vehículo sumergido en las aguas de los accesos a El Espigón, ambos cuerpos no presentaban signo alguno de violencia. La autopsia ha determinado que el fallecimiento de ambos fue por ahogamiento y los indicios recogidos en el lugar, así como en el propio coche en el que fueron encontrados, así lo corroboran.

La instrucción del caso dirigida por el titular del Juzgado de Instrucción numero cinco de Huelva, el mismo que se ocupó de su desaparición el pasado 26 de octubre, determina que la muerte de la pareja se debió a un fatal accidente, sin que exista indicio alguno que implique la intervención de terceras personas en los hechos. Según reconocieron ayer fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, "el informe preliminar de las autopsias practicadas a los cadáveres determina que ambos fallecieron por sumersión".

La Policía Nacional ha confirmado que se ha levantado el secreto del sumario que pesaba sobre el caso y que, al menos de momento, la investigación finaliza con la conclusión de la fatalidad para explicar la muerte de la pareja que fue encontrada en el interior de su vehículo en los accesos a El Espigón en la tarde del pasado sábado. 

A primera hora de la tarde de aquel día, un ciclista que transitaba por el lugar, observó lo que parecía parte de un vehículo que se encontraba sumergido en las aguas de la ría en los accesos a El Espigón. De inmediato se dio aviso a la Policía Nacional que, ante la sospecha de que se tratara del coche que llevaban buscando desde hacía once días, acordonó la zona en un intento por preservar todas las huellas e indicios que se encontraran para determinar la suerte que hubieran podido correr ambos.

Imagen del coche sumergido en los accesos a El Espigón. Imagen del coche sumergido en los accesos a El Espigón.

Imagen del coche sumergido en los accesos a El Espigón. / Alberto Domínguez (Huelva)

Dada la dificultad de acceso al vehículo, se movilizaron efectivos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas quienes tal y como adelantó Huelva Información, primero encontraron el cuerpo de Enrique y después el de Paqui dentro del vehículo. Sus labores en la zona se vieron dificultadas por las fuertes corrientes que se registran en el lugar, así como por lo turbio de las aguas. El rescate del vehículo también fue complicado por la dificultad de acceso a la zona de una grúa para poder sacar el coche con seguridad, algo que se consiguió pasadas las 19:30 de ese mismo sábado, para ser trasladado a las dependencias policiales para analizar su interior.

Los cuerpos fueron traslados al Tanatorio del Atlántico de la capital onubense para efectuarles la autopsia que confirmó las primeras impresiones del primer análisis de los forenses en el mismo lugar de los hechos y es que ambos no presentaban signos de violencia alguna. De hecho, el juez concedió la autorización el día siguiente para que el cuerpo de Paqui pudiera ser incinerado; los restos mortales de Enrique fueron enterrados el pasado lunes.

Desde entonces, desde el Juzgado se han analizado los indicios que ayudaran a explicar las circunstancias en las que se produjo su fallecimiento. Éstos indican que el vehículo fue conducido de manera voluntaria hasta la zona y que fue sorprendido por la subida de la marea que ese día, el mismo de su desaparición tenía la bajamar pocos minutos después de la medianoche, pocas horas después de que fueran vistos por última vez.

Según trasladaron fuentes de la familia de Enrique, ambos salieron a cenar la noche del 26 de octubre y no se llevaron cantidades importantes de dinero ni ropa que indicara que iban a pasar la noche fuera de sus respectivos domicilios. Ante la falta de noticias acerca de su paradero, ambas familias interpusieron denuncias sobre su desaparición. Comenzó así una intensa búsqueda que, además de la campaña por redes sociales llevada a cabo por sus llegados, incluyó el intento de localización mediante dispositivos de geolocalización de sus teléfonos móviles que se encontraban apagados desde esa noche. Esta fue una de las razones que a sus familiares les llevó a concluir que la desaparición no había sido voluntaria. Ni el rastreo de sus movimientos bancarios, ni el estudio de las cámaras de seguridad de las inmediaciones de la zona donde se les vio por última vez, consiguieron resultado alguno.

Agentes de la Policía Nacional en el lugar donde se encontró el vehículo. Agentes de la Policía Nacional en el lugar donde se encontró el vehículo.

Agentes de la Policía Nacional en el lugar donde se encontró el vehículo. / Alberto Domínguez (Huelva)

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