Un intento de suicidio con gas butano revela un cadáver oculto en un piso

La autopsia descarta una muerte violenta Los dos implicados eran hermanos

Exterior del piso bajo en el que fue encontrado ayer el cadáver de un hombre junto al mercado de San Sebastián.
Exterior del piso bajo en el que fue encontrado ayer el cadáver de un hombre junto al mercado de San Sebastián.
J.r. Huelva

01 de mayo 2015 - 01:00

Un intento de suicidio con butano, que no fue a mayores, sirvió ayer para revelar la muerte de un hombre en el mismo domicilio. El cadáver, que estaba en avanzado estado de descomposición, fue encontrado por los bomberos en una habitación sellada con silicona, aparentemente sin signos de violencia, y pertenecía a un hermano del presunto suicida. El hombre llevaba muerto un mes, aproximadamente, aunque ningún vecino le había echado de menos, dado su carácter reservado. La Policía Nacional, encargada de la investigación, no descartaba en la mañana de ayer ninguna hipótesis mientras se esperaban los resultados de la autopsia. Por la tarde se confirmó que la muerte no se debió a un acto violento. El herido, afectado por la inhalación de gas, fue trasladado al hospital Juan Ramón Jiménez y quedó interno posteriormente en Psiquiatría.

El suceso se produjo a primera hora de la mañana de ayer en la calle Ismael Serrano de la capital, en un piso bajo de un bloque de viviendas situado junto al Mercado de San Sebastián. Emergencias 112 recibió a las 07:55 varias llamadas de vecinos alertando de un fuerte olor a gas en el inmueble, según informaron fuentes del servicio andaluz a este periódico.

Los primeros en llegar tras el aviso del 112 fueron los efectivos del Cuerpo de Bomberos, que entraron en la vivienda y comprobaron "la presencia de un alto porcentaje de gas butano con riesgo de explosión", según confirmaron fuentes municipales. Al acceder a una de las estancias encontraron a una persona desvanecida en el suelo junto a una bombona que tenía un manguito cortado. Procedieron a cerrar la salida de gas y a airear la vivienda para que se dispersase y acabar así con el riesgo de deflagración. En este cometido, los bomberos dieron con una "puerta sospechosa", según las mismas fuentes, al estar sellada con silicona, y fue cuando, al entrar en el habitáculo, hallaron el cadáver de un varón de mediana edad en avanzado estado de descomposición.

Los primeros análisis, informaron fuentes cercanas a la investigación, calcularon que la muerte debió producirse un mes atrás, aproximadamente, y no apreciaron indicios de violencia en el escenario. El cuerpo fue sacado de la vivienda sobre las 12:00, tras la autorización del juez, mientras que el herido, hermano de la víctima, fue atendido por el 061 en el lugar y posteriormente evacuado al hospital Juan Ramón Jiménez, donde fue ingresado en el área de Psiquiatría, ya que, según se informó, sufría trastornos mentales. Fuentes próximas al caso confirmaron por la tarde que el examen forense practicado al cadáver apuntó a causas naturales en la muerte.

El suceso alteró ayer la rutina de la barriada, marcada cada mañana por la actividad del mercado anexo y del colegio San Fernando, situado enfrente del bloque de viviendas. Los vecinos, evacuados del edificio, fueron los que dieron la voz de alarma por miedo a que se produjera una explosión por un escape de gas, aunque el hallazgo del cadáver, posteriormente, dio un giro a la historia y la noticia empezó a correr rápido por la calle, acordonada por la Policía durante las primeras horas.

Varios familiares, entre ellos una hermana menor, acudieron al lugar, aunque la Policía Nacional no les dio detalles de lo ocurrido, citándolos por la tarde en Comisaría. Un cuñado de las dos víctimas confirmó a este periódico el parentesco entre ellos y que no disponían de mucha información pero no quiso dar detalles personales, pidiendo respeto para la familia.

En el mercado, los comentarios se sucedían aún al mediodía. Muchos evitaban especular con las causas, mientras que otros contaban detalles del suceso que confirmaron posteriormente distintas fuentes. Sí se afirmó que el fallecido, de alrededor de 60 años, tenía como vivienda habitual el inmueble y que el hermano herido, de 55 años, no residía con él. Aseguraron, además, que otro hermano murió en la misma vivienda años atrás por una caída accidental.

La ausencia del fallecido pasó desapercibida por su habitual reserva entre el vecindario. Quizá por eso la actividad en el mercado siguió ayer con normalidad.

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