Domingo. Primer día oficial de verano. Altas temperaturas. Y primera jornada de la nueva normalidad. La unión de estos factores ha sido la consecuencia de que el litoral onubense presentase un lleno de bañistas. Ayer miles de personas cogieron la toalla y la sombrilla para disfrutar de las playas onubenses rodeados de sus amigos y familiares, o incluso en soledad. Atrás quedaron semanas de confinamiento y la evolución por fases que ha permitido la libertad de movimientos de una forma paulatina. Ya Huelva recobra una luz que se parece mucho a la que están acostumbrados sus habitantes. A pesar de que junio todavía marca el ritmo del calendario, las ganas de recuperar el tiempo perdido han significado que la costa presente en el inicio del verano un aspecto sobresaliente. 

Por las carreteras, a media mañana, la circulación era intensa y constante, aunque las retenciones no se hicieron visibles, quizá porque julio todavía no haya comenzado y, por tanto, las vacaciones de miles de trabajadores. Un pequeño percance de un vehículo en el Puente del Odiel sí que ralentizó la hilera de coches pero sin demasiada importancia. Así, por ejemplo, el camino hasta Punta Umbría fue tranquilo pero con la presencia de decenas de vehículos que conducían hacia el mismo destino que todos: la playa. El tráfico a la vuelta fue denso pero sin caravanas. Encontrar un aparcamiento en el municipio costero no fue una odisea como un mes tradicional de agosto aunque una vez que el bañista accedía a la playa sí que tuvo que buscar un hueco en la arena que cumpliera los requisitos de la distancia social. La serpiente de colores formada por sombrillas había vuelto a la costa onubense. 

Hay que destacar la responsabilidad de la ciudadanía en cuanto a la distancia social. La tranquilidad reinó en una jornada en la que los chiringuitos regresaron a la intensidad de las reservas. La nueva normalidad permite el 100% del aforo en las terrazas, siempre que se respete la distancia interpersonal, y hasta un 80% en el interior de los establecimientos. La demanda que hay es "muchísima", aseguraban a este periódico desde el chiringuito Camarón, de Punta Umbría. El libro de reservas lleno "y echando a gente para atrás". Aseguraban que desde los viajes interprovinciales dentro de Andalucía se notó un movimiento "masivo" de público, y las previsiones de que la afluencia de clientes crezca la ligan a la apertura de los hoteles, que no será hasta a primeros de julio. Y es que los fines de semana sí que presentan un lleno en su establecimiento pero los clientes de los hoteles son una parte fundamental, sobre todo, los días entre semana (antes no tendrán el personal al completo de lunes a viernes). Y es que el turismo (en especial el de Andalucía, Extremadura, Madrid y Portugal) es pieza clave para la economía de la provincia y de generación de empleo tanto directo como directo, así como permite la viabilidad de numerosos negocios. Eso sí, habrá que ver después cuál es la cantidad real de viajeros que eligen Huelva este año.

Los kioscos también han empezado a respirar este fin de semana. El Mamajuana, a la vera de la playa puntaumbrieña lleva dos semanas abierto y la venta "ha sido muchísimo más baja" de lo normal. Una tendencia que se mantuvo hasta el sábado, cuando ya la afluencia de personas fue mayor. También esperan que la apertura hotelera haga crecer los ingresos. 

La playa de La Bota, entre los núcleos urbanos de Punta Umbría y El Portil, presentaba ayer una notable afluencia de bañistas. Había huecos para aparcar el coche pero el lleno en el litoral era visible. En ese espacio virgen se encuentra el chiringuito Der Matías. Un clásico que que todavía trabaja con el aforo limitado previo a la nueva normalidad. Una decisión organizativa y que evolucionará en las próximas semanas. Aun así "llenamos", dentro de la distancia social obligatoria. Aseguraban también que desde el sábado se notó más volumen de clientela y que se suma a que estos días atrás "se está viendo a mucha gente de Sevilla". 

Las altas temperaturas fueron también protagonistas en una jornada que apetecía refrescarse en las playas onubense. Los termómetros rozaron los 37 grados para redondear el primer día de la nueva normalidad. 

Otra de la novedades de este inicio de verano son los vigilantes de playa contratados por la Junta de Andalucía. Su función a pie de playa arrancó el viernes y se encargan de informar sobre el Plan de Contingencia del ayuntamiento en el parte de playa que ejerzan su función. Por ejemplo, en Nuevo Portil, dos agentes de playas comentaron a este periódico que sus turnos son de seis horas y media, una parte por la mañana y la otra por la tarde. El Ayuntamiento de Cartaya, por ejemplo, marca entre su normativa que "no se puede jugar a las palas, pelota; las duchas están cerradas, y no puede haber perror". Eso sí "no podemos obligar a nada, sólo a informar", aunque tienen coordinación directa con el 112 por si hubiese algún problema.