La inestabilidad del Gobierno y la gestión del agua marcan el inicio del curso político en Huelva

Arranca el curso político en Huelva con la mirada puesta todavía en el reciente ciclo electoral que deja dos realidades: el Partido Popular controla el Ayuntamiento de Huelva, la Diputación provincial y la Junta de Andalucía y, en el Gobierno central, gobierne quien gobierne, no se va a traducir en una estabilidad ni a corto ni a medio plazo.

Estas dos realidades traen dos principales consecuencias para la provincia de Huelva. La primera es que coordinación de las tres administraciones más cercanas al depender del mismo partido político debe desbloquear muchos de los proyectos pendientes. La otra es que, a priori, las inversiones del Gobierno central van a tardar en llegar al no haber siquiera constituido un Ejecutivo o, cuanto menos, no llegarán de forma inmediata.

La no llegada de las infraestructuras, ya que difícilmente habrá de nuevo en esta legislatura AVE, aeropuerto, mejoras en las líneas férreas o desdoble de la N-435, seguirá siendo un infructuoso debate ya que no hay un proyecto global para Huelva. Son retos pendientes aparcados.

Sí se deberá encontrar una solución urgente al problema hídrico que pasa por inversiones importantes. Nada es prescindible. Ni el abastecimiento de la población, sobre todo en la Sierra, ni la conservación del patrimonio natural, especialmente Doñana, ni el abandono de los cultivos que no sólo ha creado mucha riqueza en Huelva sino que ha fijado la población al territorio.

Hace pocos meses, los regantes recordaban lo que era necesario para solventar el problema: “Para poder transferir los 19,99 hm3 previstos es necesario que se finalice la presa de Alcolea, se construya el desdoblamiento del Túnel de San Silvestre y se amplié los bombeos de Boca-chanza, a las que añadimos la presa de Coronada para completar la regulación del caudaloso del Odiel laminando las aguas de su avenidas para evitar inundaciones”.

Todas estas obras fueron declaradas de interés general del Estado en el año 2000. El trabajo no realizado está empezando a tener ahora sus consecuencias. El enconamiento de posturas con un Gobierno central abanderando el ecologismo con PSOE y Sumar a la cabeza, y la Junta de Andalucía apostando por el mantenimiento económico de los regadíos con PP y VOX al lado de los agricultores, no es la solución que pasa por inversiones hídricas para las próximas décadas en Huelva. La presión sobre los alcaldes irá aumentando tanto en la zona del Condado con los regadíos como en la Sierra con los cortes continuos de agua.