Huelva

La increíble historia de la Virgen de la Cinta en la Guerra de Irak

La medalla de la Virgen de la Cinta encontrada en Faluya.

La medalla de la Virgen de la Cinta encontrada en Faluya. / M. G. (Huelva)

La Virgen de la Cinta estuvo en la Guerra de Irak. Lo hizo protegiendo con su manto a alguno de los soldados que allí combatieron. Según señala la hermandad en su perfil oficial de Facebook, un oficial norteamericano se puso en contacto desde New Jersey con los hermanos a través de redes sociales para consultar el origen de una medalla encontrada cerca de Faluya durante los combates en 2004. 
"A pesar de encontrarse en un lamentable estado de conservación, desgastada y con profundas erosiones, fue fácilmente identificada como una de las medallas conmemorativa de la Coronación Canónica de Nuestra Señora". La Hermandad muestra su sorpresa porque quien había contactado "con nosotros era el sargento mayor Paul Cotrell, paracaidista de las fuerzas especiales de la 82ª División Aerotransportada del Ejército de los EE. UU. Un soldado de élite, con multitud de condecoraciones por sus arriesgadas intervenciones en las guerras de Afganistán e Irak".
Cotrell contó que encontró la medalla durante la misión en Irak a donde fue enviado en 2003. Concretamente durante la primera batalla de Faluya en abril de 2004, en las ruinas de un edificio de la ciudad. Durante una misión de reconocimiento, mientras su unidad estaba sometida a un fuerte tiroteo, al parapetarse entre un montón de escombros, allí estaba la medalla de la Virgen de la Cinta.
La efigie de la Patrona de Huelva acompañó a Paul Cotrell durante todas las misiones en las que participó y aun hoy la conserva en su hogar como muestra de gratitud a la Santísima Virgen, en su icono onubense, tal y como hemos podido conocer. La Hermandad se pregunta: "¿Cómo llegó allí la medalla? Desconocemos la causa por la que se encontraba en aquel edificio de viviendas bombardeado de la zona sur de la ciudad. En las indagaciones realizadas no hemos encontrado presencia militar española en esa zona concreta, ni tampoco nos consta presencia de misioneros o cooperantes vinculados con Huelva en dicha ciudad". Lo único cierto es que en aquel momento Nuestra Señora de la Cinta dio consuelo a aquel hombre en un rincón perdido de Irak.

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