"Mi sueño inalcanzable sería ser un Clint Eastwood: director, actor, escritor"

Es onubense de pura cepa, popular por su papel del gitano Rai en la serie televisiva 'El síndrome de Ulises'. Ahora llega a la gran pantalla de la mano de Roberto Santiago con la película 'Al final del camino'

"Mi sueño inalcanzable sería ser un Clint Eastwood: director, actor, escritor"
"Mi sueño inalcanzable sería ser un Clint Eastwood: director, actor, escritor"
Raquel Rendón / Huelva

03 de abril 2009 - 01:00

Lleva a su Huelva en el alma y pasea su nombre por todos los escenarios que pisa, por los platós de televisión, tras la cámara de cine. Tiene sólo 33 años, pero ya arrasa en el panorama actoral español. Ahora se prepara para el estreno de la película 'Al final del camino', que se estrenará el 8 de abril, y en la que comparte cartel con Fernando Tejero, Malena Alterio o Ana Milán.

-¿Cómo surgió en usted el gusanillo de la interpretación?

-Yo estudiaba Magisterio de Educación Física en la Universidad de Huelva. Pero estando en segundo de carrera, como me atraían mucho el cine y la fotografía, empecé Comunicación Audiovisual en Sevilla. Allí hice las pruebas de acceso al Centro Andaluz de Teatro (CAT), quería conocer cómo era estar delante de la cámara. Luego me contrataron en Isla Mágica para un espectáculo de piratas, terminé las dos titulaciones y empecé a hacer algunas obras con el CAT y otras independientes, hasta que me descubrió Miguel Narros.

-Y se lo llevó a Madrid.

-De su mano hice una prueba y entré en la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Me dieron uno de los papeles principales de 'El burlador de Sevilla'. Cuando terminé la obra, quise regresar a Sevilla con mi compañía Teatro Crónico, pero me contrató Jaime Azpilicueta para hacer 'La venganza de don Mendo'. La protagonizaba Raúl Sender, y estuvimos un año entero en el teatro de la Latina y otro de gira por España.

-¿Cómo entró en contacto con la televisión?

-Tenía relación con varios directores de casting. Hice algunas colaboraciones en 'Hospital Central', les gustó mucho el trabajo y me llamaron para participar en otro de 'Aquí no hay quién viva'. Hice más teatro, 'Salomé' de Oscar Wilde, protagonizada por Millán Salcedo, y me llamaron para hacer cuatro capítulos de 'Los hombres de Paco'.

-No obstante, Rai, el gitano de 'El síndrome de Ulises', ha sido el que le ha dado la popularidad.

-Indiscutiblemente. De hecho, ha originado todos los trabajos que me han ido surgiendo después, porque me ha permitido que la gente me vea. Y eso que es un personaje muy marcado, pero hay directores que han apostado por mí. He estado tres temporadas maravillosas en la serie, que Antena 3 ha decidido cerrar para quedarse con las de máxima audiencia, por eso de la crisis.

-Es curioso que un personaje tan malaje, mafiosillo, cale en el corazón del público.

-Noto que en la gente surge ternura hacia personajes como Rai o como El Duque. Son dos tipos distintos de malo, pero tienen buen fondo.

-Llegó a tener, incluso, un politono para el móvil.

-Me ofrecí a interpretarlo yo mismo. Es curioso porque el personaje cogió entidad propia, como si fuera un producto por sí mismo.

-¿Le ha ocurrido alguna vez que ha sonado su voz en el móvil de otro?

-A mí no me ha pasado, pero sí a gente cercana. Según me contó Antena 3, este politono fue el más descargado de 2008. Llegaba a cerca de 300.000 bajadas. Eso es una barbaridad. Increíble.

-¿Se acostumbra uno al éxito?

-No quiero la popularidad gratuita, algo que ocurre mucho en la tele, donde todo se confunde. Pero eso de que te reconozcan... no es tan fiero el león como lo pintan. A veces te agobias y te tienes que ir de un sitio, pero lo afrontas. Si me respetan, me hago fotos y firmo autógrafos a todo el mundo. Pero ahora mismo sólo recuerdo lo bueno.

-¿Qué otras puertas le ha abierto Raimundo Salazar?

-Muchas. Participé en 'Lex' con Javier Cámara, acabo de hacer un capítulo de 'Aída', que se emitirá este domingo...

-...E hizo de pastor evangélico en 'Días sin luz', la serie sobre el caso Mari Luz.

-Sí, fue un trabajo precioso. Pedí a la productora participar en el proyecto, porque sabía que contaba con la autorización de la familia Cortés. Estuve en la manifestación que se hizo por Mari Luz en Madrid y siempre he estado muy sensibilizado con el caso. Fue un rodaje muy bonito, muy intenso.

-Y ahora llega al cine con 'Al final del camino', que será un exitazo.

-Es una apuesta de la Warner y se estrena el 8 de abril en todos los cines de España. Además, supone el reencuentro de Fernando Tejero y Malena Alterio desde que hicieran 'Aquí no hay quién viva'. Hago un personaje muy distinto al que hacía en la serie de gitano, que está bien para evitar eso de encasillarme.

-¿Hasta dónde le gustaría llegar?

-A tener reconocimiento, pero por currante. Como mi padre, que lleva toda la vida trabajando en el Puerto de Huelva, pero en lo mío. Mi sueño inalcanzable sería ser un Clint Eastwood: músico, escritor, director, actor, con 78 años que tiene.

-¿Ha hecho algún pinito como director?

-Todavía no, pero tengo en mente rodar un corto en Huelva sobre una leyenda urbana que me contaron una vez y me gustaría aprovechar para, a través de trabajo, sentirme también vinculado a mis orígenes.

-¿Qué rincones son los que más echa de menos de su tierra?

-Lo que más echo de menos es la playa, el olor del mar. El Rompido, Punta Umbría. De la ciudad, las comidas familiares en el 'Jamón y gambas' o el mercado del Carmen.

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