Del precio que cualquier persona paga por un litro de combustible, alrededor del 50% del total corresponden a impuestos. Así, según explica el portal especializado en motor de Mapfre, hay un primer tramo que corresponde a un impuesto especial para los carburantes.

Este a su vez se divide en tres tipos de impuestos, que se sumarán al precio por litro del combustible. Son estatal general que es un precio fijo establecido por litro y que se recoge en el BOE y ronda el 30% que debe ser sumado al precio del litro; estatal especial y es una cantidad fija que este año se encuentra en 0,24 euros el litro, pero que puede modificarse a través de la Ley de Presupuestos General del Estado; y luego está el tramo autonómico que una tributación establecida por cada comunidad autónoma y se sitúa entre los 0 y los 48 céntimos por litro.

Una vez aplicados todos estos conceptos se fija el precio sobre el que se calcula el IVA. Es el impuesto que se paga por cualquier bien de consumo o servicio en España. En los combustibles se estima tras la suma de los cuatro conceptos anteriores, por lo que se paga sobre los propios tributos. Dentro del IVA hay distintos tipos impositivos en función del combustible elegido. En el caso del gasoil y la gasolina, estos estarían gravados en el tipo general que se sitúa en el 21 por ciento. Al final alrededor del 50% del pago por cada litro de gasolina y sobre el 45% en el caso del diésel no bonificado es para el estado.