Huelva se confirma protagonista europea de la transición energética

Joyanes explica en una conferencia los motivos para apostar por la descarbonización desde la propia industria y avanza en un discurso realista que es un proceso a largo plazo, que lideran desde Andalucía

Joyanes, durante su intervención en el Foro Gerardo Rojas ante un patio de butacas lleno en La Casona.
Joyanes, durante su intervención en el Foro Gerardo Rojas ante un patio de butacas lleno en La Casona. / Josué Correa
Paco Muñoz

Huelva, 22 de noviembre 2025 - 05:00

Un barco de 200 metros de largo por 80 de ancho lleno, hasta arriba, de petróleo. O lo que es lo mismo, ciento dos millones de barriles, que es la cantidad de crudo que se consume en el mundo cada día –cada día– y el indicador más preciso de la larga distancia que hay aún hasta alcanzar el objetivo de la descarbonización total. Con esta imagen, Antonio Joyanes, vicepresidente ejecutivo de Parques Energéticos y Exploración y producción de Moeve (anteriormente Cepsa), estableció el marco de su intervención en el Foro Gerardo Rojas, que organizan Huelva Información y la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas de Huelva (Aiqbe), y en el que el directivo realizó un análisis de mercado muy alejado de las expectativas infladas y, por contra, mucho más cerca de un redimensionamiento exacto de la situación para aproximar a los oyentes a la altura del reto industrial que queda por delante. Las proyecciones más optimistas de la Unión Europea señalan que, para el año 2050, el consumo diario todavía rondará los 97 millones de barriles. La conclusión técnica es clara: la eliminación de los combustibles fósiles no es inminente. La llamada transición energética será larga, pero está en camino, Moeve la lidera y Huelva forma parte de su epicentro.

Bajo esta premisa, Joyanes, que pronunció la conferencia titulada 60 años de Moeve en Andalucía, de refinería a parque energético, articuló un discurso basado en el pragmatismo industrial, tomando como referencia el reciente Informe Draghi, el análisis del ex presidente del BCE para la Comisión Europea que sirvió para subrayar la complejidad de la transición: será un proceso más lento y costoso de lo estimado inicialmente. Ante la improbabilidad técnica de alcanzar el objetivo Net Zero en 2050 al ritmo actual de inversión y regulación, la intervención desglosó los tres vectores críticos para la industria europea: mucha innovación tecnológica, competitividad (el coste final para el consumidor marca el límite de la viabilidad de cualquier negocio, y este no iba a ser menos), y por último, la seguridad de suministro. La dependencia de una única fuente de importación –como evidenció la crisis del gas y los gasoductos rusos– expone al continente a volatilidades inasumibles.

La vicerrectora de Transferencia de la UHU, Reyes Sánchez; el presidente del Puerto de Huelva, Alberto Santana; el presidente de la Diputación, David Toscano; el director de Huelva Información, Javier Ronchel; el vicepresidente ejecutivo de Moeve, Antonio Joyanes; el presidente de Aiqbe, Juan del Olmo; la teniente de alcaldesa de Desarrollo Económico, Adela de Mora; y el senador y primer teniente de alcaldesa de Palos de la Frontera, Carmelo Romero.
La vicerrectora de Transferencia de la UHU, Reyes Sánchez; el presidente del Puerto de Huelva, Alberto Santana; el presidente de la Diputación, David Toscano; el director de Huelva Información, Javier Ronchel; el vicepresidente ejecutivo de Moeve, Antonio Joyanes; el presidente de Aiqbe, Juan del Olmo; la teniente de alcaldesa de Desarrollo Económico, Adela de Mora; y el senador y primer teniente de alcaldesa de Palos de la Frontera, Carmelo Romero. / Josué Correa

Un discurso de Nixon

Joyanes retrocedió hasta 1970 para citar el discurso del presidente Richard Nixon previo a la creación de la EPA (Agencia de Protección Ambiental) en EE UU, la entidad pionera en el control de la contaminación en todo el mundo, evidenciando así que la internalización de los costes ambientales no es una tendencia reciente, sino una deuda estructural acumulada durante décadas. “El aire limpio no es gratis”, rezaba aquel texto.

La coyuntura actual surge de la convergencia entre la madurez tecnológica y la urgencia climática, situando a la industria, tradicionalmente emisora, como el actor necesario para ejecutar la solución técnica.

En este escenario, la transformación de la antigua refinería La Rábida en un Parque Energético responde a una lógica de autonomía estratégica, pero también a una profunda convicción corporativa. Bajo la directriz de “invertir para ser libres”, Moeve plantea el uso de los recursos generados por el negocio tradicional de hidrocarburos –necesario aún durante décadas– para financiar la diversificación hacia electrones y moléculas verdes. Más allá de la pura viabilidad comercial, se trata de una vocación de liderazgo y mejora continua: la compañía asume la responsabilidad de evolucionar sus activos para ofrecer las soluciones sostenibles que el planeta demanda, evitando el inmovilismo y apostando por ser parte activa de la solución climática.

La transformación en Huelva ha superado la fase de planificación para entrar en ejecución. El directivo detalló el despliegue de infraestructuras que posicionan a la provincia en el mapa energético continental. La realidad operativa más inmediata, explico Joyanes, es la nueva planta de biocombustibles de segunda generación (HVO y SAF), cuya escala de 500.000 toneladas anuales supera la capacidad de otras instalaciones de referencia en el sur de Europa, como la de Repsol en Cartagena (350.000 toneladas). Esta planta permite la producción flexible de diésel renovable y combustible sostenible de aviación (SAF), atacando la descarbonización de sectores difícilmente electrificables. El reto asociado es logístico: asegurar el suministro masivo de residuos agroalimentarios y aceites usados para alimentar la producción sin impactar en el mercado de aceites vegetales vírgenes.

La estrategia del hidrógeno verde

En paralelo llega, cómo no, la estrategia de hidrógeno verde, materializada en el proyecto de la planta de 400 MW, la más grande de Europa, diseñada inicialmente para el autoconsumo industrial. El objetivo técnico es sustituir el hidrógeno gris (procedente del gas natural) que el centro consume actualmente, descarbonizando el proceso de refino existente. Pero la ambición de este vector va mucho más allá del espacio físico de la refinería. Joyanes profundizó en la complejidad técnica de este mercado: el hidrógeno es una molécula esquiva, difícil de transportar en estado gaseoso por sus desafíos metalúrgicos y físicos.

Por ello, el verdadero potencia del proyecto reside en la capacidad de transformar ese gas en vectores exportables como el metanol verde y el amoniaco. No se trata solo de producir, sino de convertir a Huelva en el nodo logístico capaz de “envasar” la energía renovable andaluza en compuestos líquidos seguros y enviarlos a cualquier parte del mundo, especialmente al norte de Europa.

La visión desgranada por Joyanes dibuja un horizonte claro donde la provincia no es un actor secundario, sino el eje vertebrador de la nueva industria continental. Huelva conjuga una tríada de activos irreplicable: el recurso solar más competitivo de Europa, una demanda industrial ya consolidada y una infraestructura portuaria de primer nivel.

Sobre este tablero, Moeve ha decidido ejercer de motor de tracción. Frente a la inercia de los gigantes globales del sector, la compañía juega la baza de la agilidad y la anticipación, asumiendo el riesgo y liderando la inversión. La oportunidad es histórica y el tiempo es un factor crítico, pero la determinación es absoluta: Huelva tiene los mimbres para ser capital mundial de la energía verde y Moeve ha puesto en marcha toda su maquinaria para que así sea.

De la refinería del 65 a la diversificación molecular

La presencia de Moeve en Huelva se sustenta en una trayectoria industrial de casi seis décadas. El inicio de la construcción de la refinería de La Rábida en 1965 (operativa desde 1967 bajo la marca Río Gulf) respondió a la necesidad estratégica de un país sin recursos naturales propios de reducir su dependencia de productos refinados importados. Desde su puesta en marcha, la infraestructura ha demostrado una notable capacidad de adaptación a los ciclos macroeconómicos y todo tipo de vicisitudes políticas, económicas y geoestratégicas, como detalló Antonio Joyanes. La planta ha mantenido su operatividad a través de las crisis de oferta de 1973 y 1979, cambios regulatorios, reestructuraciones accionariales (pasando de titularidad pública a privada y a la actual gestión por fondos de inversión) y la reciente volatilidad en los mercados de gas. Técnicamente, la instalación ha evolucionado de una unidad de destilación básica con capacidad para 80.000 barriles diarios a un complejo industrial integrado de 220 hectáreas que procesa 220.000 barriles al día. Este crecimiento se ha apoyado en la incorporación sucesiva de nuevas unidades de proceso, Actualmente, la instalación requiere una inversión recurrente superior a los 100 millones de euros anuales para garantizar su operatividad, base financiera sobre la que ahora se construye la transición hacia los nuevos vectores energéticos.

stats