Tras la huella de la cera
Las tintorerías de la capital se afanan en eliminar los restos de la Semana Santa en túnicas y capas
La Semana Santa es lo que tiene, que deja todo perdido de cera. Calles peatonales y calzadas ya recibieron su buena dosis de limpieza a presión. Ahora toca la limpieza en seco. Durante estos días de resaca cofrade, en las tintorerías de la capital se agolpan túnicas, capas, antifaces, cíngulos, libreas, dalmáticas... Sobre las perchas de estos comercios impera o cuelga un arcoiris de diversos colores, de diferentes tejidos y formas que espera un mismo fin: deshacerse de la huella que ha dejado en ellos la Semana de Pasión.
Como es de imaginar, esa huella se materializa en las lágrimas de cera que derraman sobre ellas los cirios y ciriales que alumbran los desfiles procesionales de las diferentes hermandades que realizan la estación de penitencia en la capital.
Cera que desaparece, junto con los restos de suciedad que presentan capas y túnicas en sus bajos, con lavados en máquina en seco "que no se lavan en seco, sino con un producto derivado del petróleo denominado percloroetileno. Lo que ocurre es que la ropa sale de estas megalavadoras secas, pero eso es otra cosa", aclara Marta Albiñana, de la tintorería Europa, mientras plancha una dalmática de una de las cofradías de la capital. "Estas piezas deberíamos cobrarlas por el riesgo que correremos los profesionales al limpiarlas y plancharlas, ya que debemos tener sumo cuidado pues como te pases de la raya puedes soltar uno de los hilos de oro que lleva bordados y destrozar la prenda, pues a este hilo, inmediatamente le seguirán los demás".
No obstante, comenta Marta que las túnicas, morriones y capas no dan tanto trabajo. "La limpieza en seco hace desaparecer todo resto de suciedad y de cera. No te puedes imaginar la cantidad de cera que recogemos de los filtros de la máquina una vez pasada estas fechas. Y eso que los guantes ya no se lavan, se tiran directamente, al salir más rentable comprarte un par en los chinos que someterlos a este proceso de limpieza en seco".
En la actualidad esa cera se amontona en esos filtros, pero antiguamente, esta quedaba atrapada en papeles de estraza. "Antes se utilizaba una plancha y el papel de estraza para quitar la cera de estas prendas. Se colocaba un trozo de papel sobre ella y se ponía la plana caliente encima. La cera se derretía, y parte de la grasa se adosaba al papel. Sin embargo, restos de grasa quedaba incrustado en la prenda. Esta casera solución no era cien por cien efectiva, pero era la única manera de quitarlas".
Después del lavado viene el planchado, en la tintorería Rocío, Eva dice que el planchar estas prendas es muy labor que le da mucho dolor de cabeza. "No es muy complicada, pero las prendas son muy correosas, muy lisas, sin ninguna gracia o dificultad. Prefiero planchar trajes de gitanas, con volantes incluidos que estas capas y túnicas, que al ser tan monótonas no luce tu trabajo". En este comercio, a las túnicas se les da tras su lavado en seco una lavado en agua fría "con el fin de resaltar su blanco o crudo color".
En ambos comercios coinciden en señalar que según cómo se haya portado la climatología el año anterior así marchara el negocio, respecto a la demanda cofrade. "Si llueve, las hermandades no salen, con lo cual quedan limpia de un año para otro. Indica Marta, que los penitentes onubenses suelen llevar las prendas días antes de la salida "y siempre con prisas". Sin embargo, tanto en una tintorería como en otra, aconsejan guardar estas prendas limpias, es decir lavarlas nada más finalizar la Semana Santa, para que esa huella desaparezca sin dejar rastro.
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