Huelva

Los hoteleros onubenses prevén graves pérdidas con una ocupación media del 35% en julio

  • El incremento medio de los costes es de más de 3 euros por cliente y días por las nuevas medidas sanitarias La estancia media se reduce por debajo de las cuatro noches de 2019

Una familia pasea por la playa de Matalascañas.

Una familia pasea por la playa de Matalascañas. / Josué Correa (Huelva)

Los hoteleros de Huelva prevén pérdidas generalizadas en un verano 2020 marcado por el pesimismo para el sector hotelero. Según destaca la Asociación Provincial de Hoteles, que representan a un total de 28.697 plazas, la ocupación media en el mes de julio ronda el 35,3% con más del 90% de la oferta funcionando. De este modo, con respecto a 2019 el descenso es prácticamente a la mitad ya que en julio del año pasado la provincia fijó una ocupación del 72,94%.

Los datos mejoran ligeramente las previsiones realizadas periódicamente través de encuestas. La última de ellas realizada a partir del día 1 de julio hasta el día de hoy, apunta a un leve crecimiento de los grados de ocupación previstos para los meses de julio y agosto, e incorpora la previsión para el mes de septiembre, si bien en términos absolutos no presentan unos datos que pudieran catalogarse como razonablemente atractivos.

Así la previsión para el mes de julio pasa de un 25,5% previsto en semanas anteriores a un 35,3%, en agosto de un 36,7 a un 39,72, mientras que la previsión para el mes de septiembre se sitúa en un 32,63%. Cualquier comparación con 2019 refleja el impacto en el turismo de la pandemia y su crisis actual.Si julio de 2019 fue del 72,94%, en agosto alcanzó el 81,7 y en septiembre el 62,85. Los descensos son en todos los casos de más del 50% del total de la ocupación, lo que da una dimensión del duro escenario del sector.

Los datos en plena temporada alta son catalogados como “una auténtica debacle” por la Asociación Provincial de Hoteles. A los datos de ocupación se añade el comportamiento de las cancelaciones respecto a las reservas (Pick-Up),que siguen siendo negativos en momentos puntuales, y el mantenimiento de la volatilidad del mercado. Por ello, el resultado no puede ser más desalentador.

Los datos ratifican la tendencia ya detectada del aumento progresivo de las reservas de fin de semana, alcanzando más del 50% de las reservas, por lo que se augura una bajada importante respecto de la ocupación media. Huelva había logrado situarse en los últimos años en una estancia media de cuatro días, lo cual afecta a los ratios de optimización de los costes operativos incrementando estos de manera notable. Además, las diferentes medidas de prevención derivadas de la pandemia de la Covid-19 sólo en esta partida implican un incremento en más de 3 euros al día por cliente.En julio de 2019 la estancia media en la provincia de Huelva alcanzó los 4,56 días por visitante, con una ligera subida hasta los 4,63% en agosto y un reajuste del 4,23% en septiembre. Los hoteleres ven imposible mantener esos datos en 2020 con las previsiones actuales.

El informe del sector constata la progresión en el cambio de la demanda, en detrimento del segmento familiar, lo cual incide en algunos aspectos importantes en la adaptación en la prestación de determinados servicios.

Así, los hoteles integrados en el Círculo Empresarial de Turismo, concluyen que “una vez hemos llegado a más de un 90% de la oferta en funcionamiento y plenamente operativas su capacidad alojativa, desde el sector se quiere poner de manifiesto e incidir nuevamente en que no caben mensajes de euforia, más allá de los que hacen referencia al esfuerzo que por parte de este se está realizando para dotar de cierta normalidad una temporada turística marcada por unos datos que sumados a los tres meses de inactividad, arrojarán a final de año un resultado económico negativo”.

Los hoteleros destacan que “la práctica totalidad de la oferta alojativa del segmento hotelero, ha reiniciado su actividad, a sabiendas de las más que cuantiosas pérdidas que van a padecer, si bien se ha optado por esta reapertura en detrimento del cierre temporal, con el fin de mantener en la medida de lo posible la empleabilidad de los trabajadores del sector, así como los efectos económicos inducidos por la actividad hotelera en sectores como la restauración, el comercio, el transporte, etc, en un claro y evidente ejercicio de responsabilidad para con el destino”.

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