Huelva

Un libro homenajea a los jóvenes onubenses que lucharon por los derechos de los obreros durante la dictadura

  • La escuela de Estudios Politécnicos 'Madre de Dios' del Padre Laraña, actual colegio Funcadia, fue el germen para que una generación decidiera tomar conciencia social y trabajar por los más desfavorecidos

Leonardo Valladares posa con uno de los ejemplares del libro en el despacho de su casa.

Leonardo Valladares posa con uno de los ejemplares del libro en el despacho de su casa. / H.I.

“A nosotros nos tocó vivir en una Huelva en la que faltaba de todo”. Así comienza su narración Leonardo Valladares, autor de Memoria de vanguardia obrera. Se trata de una obra que el escritor califica como una “relato histórico sobre los acontecimientos ocurridos en el centro de Estudios Politécnicos Madre de Dios, el actual Funcadia, que fueron vividos por muchos jóvenes de aquella generación a partir de la escuela, de su formación profesional, de la influencia jesuita y de su repercusión social y política en Huelva durante los años difíciles de la dictadura”. Valladares era uno de esos jóvenes inquietos y ahora cuenta la historia de lo que junto a sus compañeros vivió en primera persona.

Hay que echar la vista atrás y ponerse en la situación que se vivía en la Huelva "destartalada" de aquellos años. La falta de empleo la convertía en una ciudad oscura, triste y rodeada de barrios periféricos en los que las familias vivían situaciones realmente complicadas para superar cada día.

En mitad de esa situación llega a Huelva el Padre Laraña, un jesuita sevillano que no se queda indiferente y que decide hacer algo por todos esos niños a los que tan sólo les esperaba un futuro incierto. Con esa idea en la cabeza pone en marcha un colegio, pero su inquietud va más allá y decide crear la Escuela de Estudios Politécnicos Madre de Dios, con el objetivo de dar a los jóvenes la formación necesaria para que pudieran tener acceso a una vida laboral.

Hasta aquí la historia que conoce la mayoría de los onubenses. Lo que quizás muchos desconocen es el espíritu critico que los maestros y los conocidos como sacerdotes obreros inculcaron en toda una generación de estudiantes que decidió hacer algo más. Conocedores de las dificultades que atravesaban la mayoría de sus paisanos, nació en ellos un fuerte compromiso social y político destinado a reivindicar los derechos de los obreros de un incipiente Polo Industrial que estaba dando por entonces sus primeros pasos en Huelva.

Inaguración de un azulejo conmemorativo a la figura del Padre Laraña en el Colegio SAFA Funcadia Inaguración de un azulejo conmemorativo a la figura del Padre  Laraña  en el Colegio SAFA  Funcadia

Inaguración de un azulejo conmemorativo a la figura del Padre Laraña en el Colegio SAFA Funcadia / Josué Correa

De la mano de la comunidad jesuita que acompañaba al padre Laraña, nacieron en la capital las congregaciones marianas, “de las que empezamos a formar parte hasta que todo evolucionó para transformarse en reuniones en las que fuimos adquiriendo compromisos sociales de carácter sindical y que celebrábamos de forma clandestina, ya que no hay que olvidar que vivíamos en un contexto sociopolítico muy complicado al estar gobernados bajo un régimen político dictatorial que todo lo controlaba”.

Y es que, tal y como cuenta el autor, “además de la formación académica, inculcaron en nosotros una preocupación por derechos fundamentales como son el alimento o la vivienda, que hicieron que toda una generación cambiara su forma de pensar parar adquirir un fuerte compromiso social y político que evolucionó de tal forma que no es atrevido llegar a decir que quizás estábamos plantando el germen de los actuales sindicatos”.

Este cambio de mentalidad en aquellos jóvenes de los años 60 es la historia que cuenta Valladares en su libro, “desde donde partieron esos estudiantes hasta desembocar en el profundo compromiso social que desarrollamos y que nos marcó para el resto de nuestra vida”.

Tanto les marcó que treinta años después del nacimiento de esta movimiento de oposición obrera, la vuelta del padre Laraña a Huelva para conmemorar el 50 aniversario del colegio SAFA Funcadia los vuelve a unir. Aquellos jóvenes inquietos habían evolucionado hasta convertirse en adultos, adultos en los que el espíritu de entrega a los demás permanecía intacto.

Es entonces, en los años 90, cuando deciden fundar la Asociación de Antiguos Alumnos para continuar desarrollando su labor altruista, “no era una asociación de mero encuentro, nosotros estábamos acostumbrados a un compromiso de largo alcance y nuestra idea era seguir trabajando por el bien común”, traslada el autor.

El padre Laraña sonríe durante una de sus últimas entrevistas. El padre Laraña sonríe durante una de sus últimas entrevistas.

El padre Laraña sonríe durante una de sus últimas entrevistas. / Espínola

Entre otras acciones, este grupo de antiguos alumnos consigue el reconocimiento del Padre Laraña como hijo adoptivo de Huelva, un pequeño homenaje de la ciudad por la que tanto trabajó. Además, decidieron poner en marcha iniciativas como el Economato Resurgir, cuya labor, más de veinte años después de su fundación tiene quizás más sentido que nunca en las actuales circunstancias, “cuando seguimos luchando por dignificar la pobreza y trabajando para que aquellos más desfavorecidos puedan adquirir a un coste mínimo los productos más indispensables”, explica Valladares.

En definitiva, concluye el autor, “queríamos desarrollar una serie de acciones sociales como continuidad de la historia que nos tocó vivir en una época difícil y que surgió en nosotros a partir de la semilla que dejó la Escuela de Estudios Politécnicos, el padre Laraña y el resto de curas obreros”.

La presentación del libro Memoria de Vanguardia Obrera. Su influencia en Huelva como movimiento de oposición obrera tendrá lugar este viernes 15 de octubre, a las 19:00, en la biblioteca del colegio SAFA Funcadia. Junto al autor estarán presentes el director del centro, Agustín Guerrero; y el actual presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos, Antonio Gómez Esquivel. La entrada es libre hasta completar aforo.

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