La hoguera de las hostilidades
Tensión desde el minuto uno del mandato por el enfrentamiento entre Rodríguez y Guerrero en el Pleno · Luz verde a la reducción de sueldos y asesores para ahorrar 1,2 millones en estos cuatro años
El PP repartió el pastel y la tensión se mascó desde el minuto uno. En el Pleno de estreno del mandato, la hostilidad ganó ayer el pulso a esos propósitos de enmienda que caracterizan cada rito de paso en el Ayuntamiento, todavía en los rescoldos de la campaña electoral que enfrentó al alcalde Pedro Rodríguez con la socialista Petronila Guerrero, presidenta de la Diputación Provincial. Dos egos entre los que ya saltan chispas en la casa de la Gran Vía. Y eso que el portavoz municipal del PP, Francisco Moro, elevó a la sesión una flamante declaración de intenciones apelando al consenso y al entendimiento entre los partidos en esta nueva etapa, enterrando el hacha de guerra y priorizando lo que debería ser el quid de la cuestión: combatir la crisis, crear empleo, y dejar el ruido político para tiempos más ociosos. "Que los onubenses vean -subrayó- que tienen a unos representantes municipales a la altura de las circunstancias".
Pudo la discordia: intervenía Guerrero, protestando por la forma en la que se habían dispuesto los asientos de los concejales, de tal manera que los nueve del PSOE y los tres de IU andaban poco menos que sardinas enlatadas, junto a tres funcionarios y dos ediles del PP; frente a una fila de 11 gobernantes y un debutante José Pablo Vázquez (Mesa de la Ría) literalmente aislado. Guerrero se quejaba del hacinamiento del banquillo, cuando vio que el alcalde andaba en sus distracciones: "¿Usted me escucha?", le inquirió la socialista. Rodríguez tomó el micrófono: "No me diga eso nunca más en los cuatro años que quedan". Guerrero hizo después alusión a que el regidor no le miraba cuando ella se le dirigía, llevándose la réplica final del alcalde: "Miro a donde me da la gana".
En territorio comanche, pues, la corporación volvió a sus asuntos domésticos en un Pleno en el que, de hecho, había poco margen para la acritud (aunque tres segundos de enfrentamiento terminaran hablando más que mil palabras), porque no se debatieron mociones, sino que se despacharon una serie de trámites para aprobar sueldos, organigrama, comisiones, arqueo y detalles del régimen interior. Como ayer adelantó Huelva Información, el Ayuntamiento dio luz verde en esta sesión a un decreto de Alcaldía por el que se reducen las retribuciones de los miembros electos y se suprimen 11 asesores, con el fin de ahorrar en este cuatrienio 1,2 millones de euros. Los sueldos políticos menguan una media del 10% y en personal de confianza se ahorrará un 17,5%. Medidas de austeridad que, como destacó Moro, se han tomado "pensando en los ciudadanos". El regidor Pedro Rodríguez acata, así, el llamado pacto de Antequera, ratificado por la Famp (Federación andaluza de Municipios y Provincias) por el que equipara su nómina a la de un consejero de la Junta, recortándola un 15% para cobrar 67.892 euros al año.
En el nuevo cuadrante de sueldos, los nueve concejales del PP que ayer revalidaron sus tenencias de alcaldía, pasan a percibir 61.103,15 euros anuales; mientras que los portavoces de la oposición (que en el mandato anterior estaban homologados con los emolumentos de los tenientes de alcalde) cobrarán 58.000 euros. Tanto PSOE como IU requirieron ayer que vuelvan a equipararse las nóminas de estas dos categorías institucionales. En el caso de los izquierdistas -que las pasadas elecciones lograron un tercer concejal, Juan Manuel Arazola-, el portavoz vuelve a ser el coordinador provincial de la organización, Pedro Jiménez, que por el ascenso orgánico pide a los gobernantes que asignen un auxiliar administrativo a su grupo municipal. En lo que atañe a los socialistas, Guerrero cobrará de la Diputación, por su cargo de presidenta, y el sueldo de la portavocía del PSOE recaerá sobre su segundo, Gabriel Cruz, mientras que Alejandro Márquez tendrá consignados 51.716 euros anuales por ejercer de viceportavoz del grupo municipal.
En cuanto al escaño revelación de esta nueva corporación cuatripartita, la Mesa de la Ría, los mandatarios cambiarán los estatutos -como tuvieron que hacer en 2007 a favor de IU- para que lo que ha nacido como grupo mixto se convierta en grupo municipal, a las riendas de un único actante, José Pablo Vázquez.
Otra cuestión que ayer levantó polémica es la proporcionalidad de la representación en las distintas comisiones y órganos municipales. El PSOE considera que no se le ha asignado la cuota que le corresponde, un tercio. "La solución es fácil, se trata de aumentar el número de miembros de la comisión en dos para mantener la mayoría absoluta en el PP y mantener la representatividad del PSOE", explicó Cruz. La propuesta se planteó el jueves en una junta de portavoces exprés, sin visos de éxito. Guerrero reiteró ayer la petición por escrito, de la que hizo entrega al alcalde. Los gobernantes zanjaron el asunto esgrimiendo que los socialistas "están suficientemente representados -aseguró Moro- en todos los órganos y empresas que dependen del Ayuntamiento".
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