En helicóptero a los toros

JUGADA poco ortodoxa, aunque con el beneplácito de la presidencia y de sus colegas de cartel. Tocata con oreja para Manuel Jesús 'El Cid', y fuga a bordo de un helicóptero hacia el Puerto de Santa María, donde el diestro toreaba a partir de las 23:00. Sus faenas, efectivas, cortitas y sin sorpresas. Como todos los años. El de Salteras hizo el paseíllo pasadas las 19:30 y pasada hora y media abandonaba el ruedo junto a su cuadrilla entre palmas desangeladas. Huelva no lo merece. El Cid estoqueó los toros primero y cuarto tras cederle el sitio El Cordobés, y vestido aún de luces marchó en furgoneta, escoltado por la Policía Local, hasta la Ciudad Deportiva del Recreativo de Huelva, donde le esperaba el aparato. Con el viajaron por los aires, sanos y salvo, dos de sus banderilleros, un picador, el mozo de espadas y uno de sus dos apoderados, Santiago Ellauri. Mientras, en automóvil viajaron los demás miembros de la cuadrilla. El viaje por carretera tiene una duración de al menos tres horas y media, pero en helicóptero el trayecto Huelva-El Puerto de Santa María se hizo en tan sólo veinticinco minutos sobrevolando Doñana. El aparato tomó tierra en el helipuerto de Puerto Sherry, donde esperaba al torero y sus acompañantes el otro apoderado, Manuel Tornay, y un chófer con el coche de cuadrillas. Lo de torear dos corridas en un mismo día fue muy frecuente en las décadas de los sesenta con Manuel Benítez, El Cordobés, y de los noventa con Jesulín de Ubrique, trasladándose los toreros en helicóptero o avioneta, incluso por carretera cuando la distancia lo permitía.

La tarde tuvo también sonido estéreo. La banda de música, vaya banda, estuvo algo más entonada y solo fue pitada en una ocasión por el respetable. Pero para romper ayer los instantes de más tensión estaba el micrófono de Canal Sur. Cuadraba El Cid al segundo de los suyos con la plaza en silencio cuando una voz chillona subida en un caja de cerveza irrumpió: "¡¡Y después de los toros, fútbol en Canal Sur con el Málaga-Sportingggggg!!". Aquello parecía un teléfono chirriante. Una reedición de los vídeos de Matías Prats padre no vendría mal como curso acelerado (y necesario) para semejante individuo. Que tus palabras sean más bellas que el silencio.