Juan Manuel Salguero. Presidente del Sindicato Médico de Huelva

"No se puede hacer un hospital mejor con menos dinero y profesionales"

  • El máximo responsable del SM en la provincia lamenta que el CHUH, que engloba al Juan Ramón Jiménez y al Infanta Elena, se ha configurado sin un proyecto definido.

Juan Manuel Salguero lleva 16 años de presidente provincial del Sindicato Médico. Curtido en mil batallas, es testigo de primera importancia del devenir. Tiene plaza en propiedad como médico de familia en Beas aunque es pediatra. Lamenta que el SAS haya olvidado que los facultativos tienen derecho a una formación constante y se defiende de las críticas que llegan desde los sindicatos generalistas hacia los profesionales. Sobre este tema, Juan Manuel Salguero se preguntó por qué "somos los sindicatos profesionales los que les hemos comido mucho terreno a los generalistas". Ante la acusación de que los profesionales están al servicio de intereses políticos, Salguero esgrimió que "no recibimos subvención alguna y tenemos absoluta libertad en nuestros planteamientos".

Es testigo de excepción de la evolución de la Sanidad onubense en los últimos 30 años. Esto está respaldado tanto por su actividad profesional como por la sindical al frente del Sindicato Médico (SM) en la provincia.   

 

-¿Podía usted pensar, hace unos años, que las relaciones de su sindicato con el SAS iban a ser tan malas como lo son en la actualidad?

-En los últimos tiempos nunca han sido buenas porque la Administración no ha estado por la labor de potenciar a los médicos. Hemos sido, para ella, una moneda de cambio y ha intentado enfrentarnos al resto de los trabajadores de la Sanidad dándoles a entender que nosotros somos unos privilegiados. Una táctica que ha mantenido con nosotros es que, a nivel político, sus responsables han tenido palabras grandilocuentes hacia nuestra labor que no se han correspondido con la postura gerencial del SAS. 

-¿Cómo cree que ha evolucionado la actividad médica en las últimas décadas?

-Cuando empecé a trabajar, el médico era un profesional independiente. En los últimos 25 años ha habido, sin embargo, un deterioro ya que esa independencia se ha ido perdiendo en favor de que el facultativo haga lo que dice la empresa. Es un modelo que se importó de Estados Unidos. Ellos ganan en que los profesionales van mostrando mayor servilismo hacia los objetivos que la Administración va planteando. El médico, que ha de responder a un código deontológico, choca muchas veces con los fines que hay que lograr.

-Sin embargo otros trabajadores sanitarios consideran a los médicos como los mimados de la Administración.

-Estoy en desacuerdo. La Sanidad es un ámbito muy importante y es el resultado de una labor de equipo aunque no todos tienen el mismo nivel de exigencia. Insisto en que estamos vilipendiados y merecemos mayor respeto por parte de la Administración. Los médicos echan de menos una mayor valoración y respeto.

- La Consejería de Salud mantiene que, pese a la crisis, no ha dejado de crecer el número de facultativos.

-Hubo un incremento continuo de profesionales hasta 2010. Pienso que es una necesidad absoluta que Huelva aumente su número de médicos ya que nos encontramos en los últimos lugares de España en la mayor parte de las especialidades y eso lo señalan los datos que muestra la propia web de la Consejería de Salud. En Atención Primaria la situación no es mejor. No es extraño encontrar a médicos de familia que tienen que atender a 1.500 pacientes. Algunos incluso llegan hasta los 1.800 como pasa en los centros de salud de Lepe, Cartaya. Moguer o Punta Umbría. 

-¿Cuándo piensa, a su juicio, que comenzó a deteriorarse la asistencia médica?

-Todo cambia con la aparición de las Unidades de Gestión Clínica (UGC). Con ellas es cuando se da prioridad a los objetivos y de la mano de ellos, vinieron las restricciones que se dispararon con la crisis. Los objetivos de la UGC, en algunos casos, son perversos porque responden a criterios meramente economicistas.

- ¿Cómo puede realizar su trabajo un médico con las restricciones que se le aplican a la hora de derivar pacientes a los especialistas o para recetar medicamentos?

-La situación actual llega a niveles tales que el paciente no puede cambiar el medicamento que se le ha recetado por uno que valga lo mismo, ni siquiera pagando la diferencia si el precio es superior aunque entienda que le va mejor. Esto no ocurre en ninguna otra autonomía. La subasta de medicamentos ha traído además, compuestos, sustancias y principios activos que en algunos casos no dan confianza. Una de las muestras de ello es que los médicos ven cómo sus pacientes se descompensan con la toma de esos fármacos.

-¿Y en cuanto a las derivaciones?

-Todo está vinculado a los objetivos que se tienen que conseguir. Las UGC han traído la perversión al sistema con su método de objetivos. Si te pasas en derivaciones a especialistas o pruebas diagnósticas te arriesgas a que te abran un expediente aunque los facultativos no se suelen arrugar. De hecho han tenido que bajarse las previsiones de cumplimiento de los objetivos, en este caso, en Atención Primaria. Lo de las limitaciones en las derivaciones a los especialistas viene del año pasado. 

-Para usted qué es lo peor y lo mejor de la Sanidad onubense.

-Lo malo de Huelva es que se encuentra muy por debajo de la media de recursos sanitarios de Andalucía. Lo bueno que se encuentra en la provincia es que el sistema funciona gracias a la entrega de los profesionales. El mérito es de ellos y no de los gestores que, a pesar de éstos, realizan una gran labor.

-Hablaba de que el trato al facultativo se ha degradado mucho.

-El trato es muy importante y eso falla. No hace mucho me encontré con dos médicos que están en la treintena y ejerciendo en un centro de salud y estaban dispuestos a abandonar la carrera y calculando ya cuántos años les quedaban para jubilarse. Eso no es normal cuando se tiene 30 años de edad.

-Supongo que a esa situación se llega principalmente por el estrés.

-Las medidas que se han ido adoptando no han hecho otra cosa que incrementarlo. Por ejemplo, el uso del ordenador en las consultas. El sistema de historia clínica controla más que ayuda y ralentiza la labor del profesional. Hay veces que tiene que tener abiertas hasta cinco pantallas. Eso contribuye a que el médico trabaje aún con más estrés. Todo ello desemboca en que nuestra profesión tiene mayor índice de patologías que la media de la población y nuestra esperanza de vida se sitúe por debajo de esa media .

-El Sindicato Médico ha sido muy crítico con el Complejo Hospitalario (CHUH). ¿Para ustedes qué ha fallado?

-Ha fallado que no es un proyecto que se haya realizado pensando en que había que arreglar los problemas de la Sanidad de Huelva. El principal objetivo ha sido ahorrar dinero. En ningún momento se pensó en lo que realmente necesita Huelva. Un complejo hospitalario no son cinco centros desperdigados y sin conexión. Sí lo es, por ejemplo, el Virgen del Rocío de Sevilla que aunque ocupe varios edificios están bien interconectados. No se puede pretender hacer un hospital mejor con menos dinero y profesionales. Calculamos que, desde la puesta en marcha del CHUH se han perdido 600 trabajadores. También es verdad que a veces al SAS le cuesta conseguir profesionales y eso es porque se van a otros sitios donde se les ofrecen mejores condiciones laborales. Así algunos se marchan a Extremadura, Murcia o nuevamente, a Portugal.

-¿Considera que la asistencia ha empeorado con el Complejo Hospitalario?

-Las cosas no funcionan como antes por ese déficit de presupuesto y de profesionales. Las líneas de actuación no están definidas y nos encontramos con situaciones como la masificación de las consultas. La idea de la creación del complejo hospitalario no es discutible. El problema es que no ha habido un proyecto que lo sustente o peor aún: un proyecto que se ha cambiado muchas veces.

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