Las habas con choco más solidarias

"Primero se hace un refrito con pan y ajo, que se saca del fuego cuando está dorado para añadirle cebolla. Se vuelve a poner en el fuego hasta que la cebolla está pochadita y entonces se le agrega el pimentón y el choco. Se deja todo en el fuego hasta que está casi tierno. Posteriormente se añaden las habas y se bate el refrito, que se agrega a lo anterior, lo cual se deja cocer hasta que las habas están a punto". Con estas palabras describía este domingo Pepi Orfila, de la Hermandad de San Isidro Labrador de Cartaya, el proceso de elaboración de las habas con choco.

Una receta muy tradicional en la zona de la que elaboraron más de 60 kilos que posteriormente fueron degustados en la Pradera de San Isidro o recinto romero de la localidad. Esta delicia gastronómica fue complementada con más de 10 kilos de las también típicas habas enzapatás. Un plato que según Orfila es "muy fácil" de elaborar ya que "sólo hay que poner en una olla las habas con agua, sal, poleo y hierbabuena, y dejarlo cocer hasta que está en su punto".

Y todo, dentro del marco de la ya tradicional jornada de convivencia romera que desde hace ya ocho años viene organizando esta hermandad a las puertas de la ermita del Patrón de los agricultores, en cuyo honor celebra todos los años Cartaya su romería en el mes de mayo.

No obstante, la edición de este año, según el presidente de dicha hermandad, Julián Pérez Segura, tiene un fin bien distinto ya que el dinero recaudado se donará a Cáritas Diocesana de Cartaya porque "como bien sabemos todos hay mucha gente en el pueblo que está pasando verdaderas necesidades".

En este sentido Pérez Segura afirmó que no se trata de la primera iniciativa de carácter solidario que organiza esta hermandad desde que se inició la crisis, ya que "toda la junta directiva es consciente de la difícil situación que están atravesando numerosas familias de la localidad, y en el ánimo de todos está aportar nuestro granito de arena". No en vano esta misma hermandad el año pasado fue la primera de la provincia que cambió su típica ofrenda de flores al santo previa a la romería, por una original ofrenda de alimentos, también para las personas más necesitadas del municipio.

Además, según el presidente de la hermandad, "hemos adquirido ya esta sana costumbre, para lo cual hemos tenido que revertir nuestras prioridades, y si antes se organizaban este tipo de actividades con el fin de obtener fondos destinados a la propia hermandad, de un tiempo a esta tarde éstos se están dedicando a fines benéficos". "Y que mejor forma de hacerlo -prosiguió- que mediante un evento como este, totalmente consolidado después de ocho ediciones".

Por lo demás, Pérez Segura, a la vista de las numerosas personas que se dieron cita en la Pradera de San Isidro con motivo de esta degustación, destacó que "el pueblo siempre se vuelca con San Isidro y esta es la mejor prueba de ello". Además, continuó, aunque "cada uno se gasta y aporta lo que puede, nos conformamos con que lo poco que haya se reparta entre más gente".

El tiempo acompañó, disipando de un plumazo los temores de los responsables de la Hermandad, y los cientos de vecinos que se dieron cita con motivo del evento pudieron disfrutar de una excelente jornada de convivencia bajo la alfombra de pinos de la Pradera de San Isidro, que presentó un aspecto inmejorable.