Guía para pymes responsables que ayudan a no heredar un planeta achicharrado

MKS Huelva

Gestionar con cabeza y corazón ya no es un lujo, es una obligación, un salvavidas con nombre propio: pymes que gestionan de forma sostenible y rentable

¿Tu web vende o es una venda?

Un salvavidas al planeta.
Un salvavidas al planeta. / M.G.
Lola Pelayo

Huelva, 05 de mayo 2025 - 05:00

¿Eres una pyme o un autónomo o autónoma que mira con recelo eso de la Responsabilidad Social Corporativa? ¿Te suena a cosa de grandes empresas con más recursos que tiempo libre? Pues empieza por ahí y derriba esa creencia. La sostenibilidad es tan tuya como de las grandes corporaciones, puede que te resulte hasta más fácil y seguro que más rentable, y eres, además, más importante, por representar la enorme mayoría capaz de provocar un cambio real.

En España, las pequeñas y medianas empresas representan el 99,81% del tejido empresarial según los datos de febrero de 2024 del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Este ecosistema empresarial, altamente distribuido y presente en todos los sectores productivos, genera más del 62% del empleo en el país. Si todas estas unidades económicas adoptaran modelos de gestión sostenibles y rentables —basados en eficiencia energética, economía circular, bienestar laboral y compromiso social— el impacto sería extraordinario.

Las ventajas de ser pyme

Las pymes tienen una superventaja que casi nunca saben que tienen: son ágiles, conocen a su clientela con nombre y apellidos, y tienen capacidad de mover montañas con poco ruido... pero mucho impacto. La RSC, o gestión sostenible - para no perdernos en acrónimos que van cambiando sin conseguir resultados- es mucho más fácil y rentable de implementar en estructuras pequeñas que en los grandes dinosaurios corporativos donde las decisiones son más lentas.

Además, como a los dinosaurios, implementar estrategias sostenibles te ayuda a retener talento, fidelizar clientela, acceder a ayudas públicas, mejorar tu reputación, aumentar tu visibilidad, dormir mejor por las noches por el cumplimiento normativo y, de paso, contribuir a que haya un planeta decente para nuestros nietos y nietas.

¿Y cómo se empieza sin perder la cabeza (ni el bolsillo)?

Aquí va una guía exprés para implantar la sostenibilidad en tu pyme sin necesidad de una consultora sueca ni de cambiar todo el mobiliario por bambú reciclado.

1. Empieza por ti: el propósito

Hazte la gran pregunta existencial: ¿para qué existe mi empresa más allá de facturar? Porque sí, ganar dinero es también responsabilidad social, pero no lo único. Define tu propósito social. Y si lo escribes y no te da vergüenza leerlo en voz alta, vas bien. Como te cuento en el libro Las pymes responsables heredarán la Tierra, “si la sostenibilidad no es rentable, no es sostenibilidad. Punto”.

2. Conoce a tu gente y escúchala

Plantilla, clientela, empresas proveedoras, incluso tu vecina del local de al lado. Todos son tus grupos de interés. Pregúntales qué esperan de ti, qué valoran, qué les molesta. La sostenibilidad empieza por la empatía. Y no, colgar un cartel de “somos sostenibles” no sirve si luego no reciclas ni los chistes o tardas en pagar más que el gobierno el kit digital.

3. Integra valores en la operativa

No hace falta que salves ballenas. Basta con incorporar prácticas sensatas: comprar cerca, evitar envases innecesarios, ser transparente con tus cuentas, apostar por la conciliación laboral y cuidar la salud mental de tu equipo, son interesantes causas que explorar que quizás te ayuden a ser más rentable más rápido.

4. Ponte objetivos claros y medibles

“Cuidar más a las personas del equipo” no es un objetivo. “Eliminar los correos fuera del horario laboral ” sí. "Ser más verde" tampoco es un objetivo. “Reducir un 20% el consumo de energía en 6 meses” sí. Si lo puedes contar con números y celebrar con un café (de comercio justo, a ser posible), vas en la buena dirección.

5. Comunica con honestidad

Cuenta lo que haces, reconoce lo que te falta y, sobre todo, sé transparente. Eso genera confianza. Y la confianza, clientela. Y la clientela, facturación. Cuestión de lógica.

¡Tu pyme ya hace más de lo que crees!

¿Tienes una plantilla diversa? ¿Participas en actividades del barrio? ¿Has cambiado a bombillas LED o repartes en bici? ¿Contratas con sensibilidad social? ¡Eso es RSC! La clave está en ponerle nombre, sistematizarlo y contarlo con orgullo.

En mi libro Las pymes responsables heredarán la Tierra (o no habrá Tierra que heredar) encontrarás una guía práctica para que las pequeñas y medianas empresas no se pierdan en la jungla de siglas como ESG, ODS o RSC.

Las pymes están mejor preparadas de lo que creen para liderar el cambio que necesitamos… y hacerlo rentable. Y nadie tiene tanto poder para conseguir hacerlo realidad.

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