El gran escaparate de la historia
Los expertos se suman a la reivindicación del Banco de España como museo para la exhibición del patrimonio arqueológico onubense La divulgación queda como la gran asignatura pendiente


La cerámica fenicia más antigua de Occidente es de Huelva. En los años 20 se encontraron depósitos de bronce que pusieron a la capital onubense en el mapa arqueológico europeo. Y más tarde, las excavaciones de Juan Pedro Garrido Roiz en La Joya la colocaron en un lugar preferente en todo el Mediterráneo, "incluyendo la actual costa sirio-palestina". A Huelva no le faltan yacimientos ni restos de relevancia. La unanimidad es total en este punto entre los expertos. Lo que falta es el escaparate con el que mostrarlos para reivindicar el papel único de esta ciudad en la historia.
No es casualidad que la Asociación Amigos del Museo Onubense organizara ayer una mesa redonda con tres conferencias de destacados técnicos locales y un nexo claro: Momentos destacados de Huelva en la Antigüedad. Las gestiones realizadas por el colectivo para pedir la rehabilitación del edificio del Banco de España y su uso como museo arqueológico están muy cerca de cristalizar en un proyecto cerrado por la Consejería de Cultura de la Junta. Pero hay un camino por recorrer todavía que no sólo le corresponde a la Administración: "Es necesario que se sepa qué es Huelva y lo que significa su pasado, sin que sea necesario que venga nadie de fuera a llevarse nuestros restos o a estudiarlos para que nos demos cuenta de la importancia tan grande que tienen".
La presidenta de la asociación, Blanca Romay, en la presentación del acto, introdujo, quizá, la cuestión principal que afecta al descrédito de la historia en la ciudad. Sobre todo, a su patrimonio arqueológico, ignorado por la falta de visibilidad que sufre, y a la que se espera hacer frente con el ansiado museo de la Plaza de las Monjas.
Hasta el director del Provincial de Huelva, anfitrión de la mesa redonda, reconoció ante el público el déficit de recursos de las instalaciones actuales para dar salida a unos fondos inagotables procedentes de las excavaciones de la ciudad. Aunque se hayan hecho esfuerzos como la pequeña sala que da cobijo a los ídolos encontrados en el Seminario.
Pero los almacenes de la Alameda Sundheim siguen recordando en cierto modo aquel espacio que Spielberg regaló a la cultura popular para ocultar el Arca de la Alianza. Con todo el romanticismo que se imagina en piezas únicas en la historia, esperando que alguien las rescate del olvido.
Fernando González de Canales, miembro de la Real Academia Española de la Historia, es uno de los grandes expertos en Tartessos, de lo que se ocupó en su intervención. Reinvidica su vinculación con Huelva, "a riesgo de que nos acusen de chovinistas", y defiende la relevancia que tiene para entender el pasado de la provincia onubense. Es más, apunta la convenciencia de aprovechar el interés turístico que puede aportar. "Por eso hay que exponer losrestos de La Joya, como se ha hecho con los ídolos del Seminario. Hay materiales especialmente buenos, pero no hay que colocarlos como en una bombonería. Hay que darles el sitio que corresponden", explicó antes de su charla.
De la necrópolis encontrada por Garrido Roiz en el cabezo se encargó de hablar la doctora Clara Toscano. Su exposición, avanzó, dedicada al pasado, con las excavaciones de artefactos, ecofactos y restos óseos; y al presente, con el estado actual de los mismos: una mínima parte expuesta, y la mayor parte archivada y guardada en los sótanos del museo.
"El futuro lo veo como una luz al final del túnel, que pasaría por darle valor a los objetos en sí mismo, no sólo a la historia, ya que los restos son los que hablan". ¿En el Banco de España? "¡Claro, subámonos a ese tren!".
Todos coinciden en que a Huelva no le hace falta ningún hallazgo más para colocarla en el Olimpo de la arqueología europea. Ni siquiera piezas de oro como las del Carambolo. "Ese tesoro no es ni un 10% del valor material de los restos de la ría o de La Joya", apuntó el arqueólogo Diego González Batanero. "Y sin olvidarnos del Seminario. El valor de estas excavaciones es que dan todo el registro histórico completo desde el 5.500 aC hasta hoy, sin interrupción, y en el mismo lugar". Y hay mucho más en la ciudad por descubrir, vaticina. Más al norte, al otro lado de la H-30, por ejemplo.
Batanero recuerda que "la puesta en valor del patrimonio histórico de Huelva, como motor social y económico de la ciudad, es algo que se perdió y ahora se puede recuperar con el movimiento del museo arqueológico en el Banco de España". Es el gran escaparate que todos están esperando.
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