El glamour de GILDA vuelve a la calle RICOS
Huelva de ayer a hoy
La actriz y el torero. Es la historia cinematográfica más y mejor narrada; en octubre de 1952 cuenta con una nueva escena, la de Litri y Rita Hayworth, hoy recuperada en el Supperclub Gilda
Gilda ofrece la oportunidad de volver a entrar en una de las hermosas casas palaciegas de Huelva. El encanto de las construcciones de los años veinte del siglo pasado, cuando la pequeña burguesía de Huelva se mostraba al exterior con sus viviendas. Ejemplos hermosos e, igualmente, entrañables por lo que musitan sus paredes, tenemos en nuestra ciudad y más concretamente hoy en la calle Ricos.
La invitación está abierta a los onubenses y las puertas nobles asoman al placer de la estancia de todos. Se revela en ella el gusto en la construcción.
Un sabor y una elegancia que trasladan a sus moradores más cercanos, al tiempo de Miguel Báez ‘Litri’ en su época triunfal en los ruedos, de Huelva tras sus pasos y triunfos.
La vida del maestro siempre interesó a los onubenses, dentro y fuera de los ruedos.
Ahora que abre las puertas su casa en este interesante proyecto de hostelería, lo hace recordando un momento entrañable en la vida del torero y de Huelva.
La iniciativa de Gilda Supperclub es de Mabel Bellver y Jesús Pascual del Pobil, que lo enfocan con todo el glamour que tiene la casa, y con este sugerente nombre de Gilda, a encuentros y eventos, un lugar de calidad en la ciudad.
Abren las puertas de un palacio a la vez que recuperan una historia de las que se entrelazan en la vida de los onubenses, de las que se narran una y otra vez como otras de las grandes aventuras históricas.
La historia se fija en el año 1952. El día de la Hispanidad tiene una noticia sorprendente: “Se va el Litri de los toros. Esta tarde, bajo el cielo esplendente de Valencia, se abrirá por última vez un capotillo grana al sonoroso viento de la gloria”. Los cronistas taurinos decían que Litri había cruzado los ruedos como “un luminoso meteoro de fuego”.
“Ahora que toree Rita”, decía el refranero.
Sin embargo, cosas del destino, en aquel mes de octubre Litri vuelve a torear, lo hace en la finca La Ruiza en San Juan del Puerto. Una invitada muy especial hace que el maestro vuelta a coger el capote, es la presencia de la actriz norteamericana Rita Hayworth, que ya había rodado Sangre y arena, de Vicente Blasco Ibáñez, la historia de un torero en la que ella es ‘Doña Sol’. La actriz conocía nuestra tierra por su ascendencia paterna procedente de Castilleja de la Cuesta.
Rita Hayworth llegó a Huelva el 21 de octubre, como informa en un suelto el diario Odiel, acompañada por el conde de Villapadierna para visitar a Miguel Báez ‘Litri’. José María Padierna de Villapadierna y Avecilla, un piloto de carreras, creador del derby español y gran admirador de la actriz.
Después de estar en la casa del afamado torero y de pasear por la calle Concepción regresaron a Sevilla, al Hotel Alfonso XIII en el que se hospedaban y desde donde se desplazarían al día siguiente a la fiesta campera en La Ruiza.
La placita está preparada para el acontecimiento. Mucho postín y señorío en los palquitos improvisados y hasta en los bardales de la tapia, porque la cosa no es para menos. “Nueva versión -al natural y en tecnicolor- del eterno romance de la bella y el torero”, así se recogía el evento en las revistas taurinas.
Les une que la visita tiene lugar en octubre y viene a coincidir en el mes del cumpleaños de ambos. De Miguel el día 5, cuando cumple 22 años, y de Rita el 17, que celebra sus 34. Ambos son Libra.
Desde Nueva York llega a España Bob Savage “el enamorado de Rita”, que quiso en su primera intención para deslumbra a la actriz dejar caer una lluvia de flores sobre la plaza de La Ruiza, “después de muchas gestiones tuvo que desistir de su intento, porque ya era un poco tarde”, anuncia Odiel en un teletipo de Cifra. Esa dificultad no le impidió enviarle decenas de ramos de flores, aunque Rita parecía darle el esquinazo.
Ella encandiló a Huelva y a toda España en ese octubre de 1952 de su estancia por la piel de toro. Visitó plazas de primera donde la más afamada y aclamada era ella: Gilda. ‘La diosa del amor’ que deslumbró a todos en la escena de la interpretación musical Put the blame on Mame, que incluso se censuró por la España de la época. Un striptease tan explosivo como fugaz solo se quita el guante, pero con toda la insinuación y glamour, fruto de su arte, belleza y sensualidad cinematográfica.
Miguel Báez ‘Litri’ volverá a los ruedos en 1955 para deleite de sus miles de seguidores, ofreciendo nuevamente tardes de gloria que siempre se disfrutaron de una forma triunfal en los dos cosos onubenses.
La vista de Rita resultó entrañable y quizás un recuerdo cinematográfico esté en El Litri y su Sombra, cuando el torero aún soñaba en los ruedos y en encontrar la mujer de su vida.
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