educación

La gastronomía llega a las pizarras

  • La asignatura 'Cultura gastronómica' se imparte desde este trimestre, de forma experimental, a 2.200 escolares de Primaria en Huelva

  • El proyecto arranca con la formación de los docentes

Al cocinero onubense Xanty Elías se le quedaba pequeño su restaurante. Quería ir más allá de su cocina y su comedor, esos que tienen una estrella Michelin, y decidió que lo más indicado era crear una fundación. Su nombre, Prenauta, tiene toda la intención. Sí, alude al marino Alonso Sánchez de Huelva, el así llamado por ser el navegante llegado a América antes que Colón. Dice el chef que Alonso Sánchez encarna la verdad. La verdad verdadera. Y a él apela también ahora con el gran proyecto de su fundación, Los niños se comen el futuro; la verdad de la comida, la de su condición natural, sana, tradicional. La de la cocina convertida en identidad de un territorio. Todo lo que entendemos por cultura gastronómica, que ahora se va a mostrar a los pequeños en las aulas, en forma de asignatura que promete revolucionar la educación de los próximos años en Andalucía.

Ese movimiento innovador que supone el proyecto creado por la Fundación Prenauta tiene su germen en Huelva. Es aquí, en toda la provincia, donde empieza a tomar cuerpo de modo experimental. Durante este trimestre empezará a impartirse en un tercio de los colegios onubenses, públicos y concertados. Son medio centenar, con 99 clases de primer y segundo curso de Primaria, unos 2.200 escolares de 7 y 8 años. Ellos harán historia al recibir -por primera vez en el mundo, según Xanty Elías- una enseñanza reglada sobre cultura gastronómica. Son los primeros de un proyecto que prevé expandirse al resto de Andalucía el próximo curso. Y seguramente al resto de España, el siguiente.

Un paso decisivo fue ayer la jornada formativa impartida por el propio Xanty Elías a los docentes que pondrán en marcha la asignatura. Ellos, dijo el cocinero, son los prenautas de esta historia, los que están llamados a conducir la nave como auténticos pioneros, antes de que el proyecto se consolide superando esta prueba.

Estos planes de futuro son más que un deseo. Contó ayer el delegado de Educación, Vicente Zarza, que la consejera está al tanto directamente de los detalles del proyecto y "está muy ilusionada". Al propio Zarza se le notaba cuando abrió el acto en el salón: "Os debemos agradecer a todos los docentes que os prestéis a ello, siendo muy conscientes del esfuerzo que supone para vosotros. Pero éste es un proyecto piloto que vamos a exportar al resto de Andalucía", subrayó.

Puestos a salir, también destacó el delegado el deseo de que los niños "sean embajadores, incluso en su propia casa, de lo que están aprendiendo". Es uno de los detalles que hacen de Los niños se comen el futuro una auténtica revolución iniciada en las aulas. "Debemos recuperar la cocina como epicentro familiar, por encima del salón alrededor de la tele", apuntaba Xanty Elías apelando a la memoria colectiva de los profesores allí presentes: recuperar los sabores de la infancia, los de madres y abuelas, los caseros, los naturales, para una nueva generación de referentes alimenticios vinculados a productos elaborados, marcas y supermercados. Es la parte emocional, también, de mantener la vinculación de lo auténtico con la identidad del territorio a través de su cocina, sus recetas y sus productos. Y en Huelva y en Andalucía, eso está más al alcance.

Por eso Xanty Elías cree que la asignatura Cultura gastronómica será importante para dotar de memoria a los niños de ahora. El futuro es de ellos y será clave para una sociedad mejor formada en la alimentación, en la cocina y en los hábitos saludables. También para que mejore el sector de la restauración en el futuro con nuevos comensales y nuevos profesionales. La educación, el turismo, la economía, la sociedad local y global.

Los beneficios, aseguran, está en todas partes. Cualquier actor del proyecto tendrá un reporte positivo. Todos ganan, empezando por los escolares, además de los profesores y padres, la institución educativa y los socios que se involucren en el proyecto a través de la Fundación Prenauta, único soporte económico para este piloto.

La editorial Anaya, por el momento, se ha volcado con la edición de los manuales de la asignatura, que ya quiere traducir al resto de lenguas estatales. Y la Fundación Atlantic Copper, pionera en el apoyo. Pero hay "pastel" para todos. Porque todos ganan.

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