Huelva

El gasto farmacéutico desciende casi un 25% en los últimos seis años

  • La tendencia bajista se estableció en 2009 y se ha acentuado desde entonces

Lo que parecía ser una tendencia alcista irrefrenable, ha pasado no a controlarse sino a modificar su evolución. Aunque desde diversos ángulos se define a la sociedad española, y por ende, a la andaluza, como una sociedad medicada, la verdad es que desde 2009 ha habido un cambio de evolución y la factura que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) tiene que pagar es cada vez menor.

Desde 2007 a 2013, esa factura ha descendido nada menos que cerca de un 25%. Al SAS, Huelva le cuesta en este concepto cerca de 108 millones de euros al año aunque un descenso tan significativo ha debido suponer un alivio en una época de tanta precariedad económica y de recortes en distintos ámbitos.

Esa factura menos gruesa no implica que los onubenses tengan menos recetas en sus manos. Tampoco significa que ese ahorro para el SAS redunde en beneficio de la población.

Por lo que respecta a las prescripciones médicas, el número de recetas por habitante permanece casi inalterable aunque éstas estuvieron subiendo hasta 2011. La cifra para Huelva es de 21,24, ligeramente superior que la media andaluza.

Ese ahorro para el SAS también se ha reflejado en el gasto medio por receta, que es menor, de 9,20, en comparación a los 11,68 euros de 2007. La caída empezó en 2009, siendo más destacada entre los años 2010 y 2011. En cifras globales, el número de recetas que se prescribieron en Huelva en 2012 fue de 11.105.829.

Como ya se ha comentado, ese ahorro para las arcas públicas no tiene necesariamente su reflejo en los bolsillos de los consumidores sino que en la mayor parte de los casos ha tenido un efecto contrario. Es sintomático que el incremento en el número de recetas por habitante creciera hasta 2011. Fue justo ese año cuando el Gobierno central aplicó en el mes de julio, el llamado medicamentazo, que supuso la descatalogación de un buen número de fármacos que contaban con financiación de la Seguridad Social. Ese medicamentazo también supuso la aplicación del copago de otros tantos en conformidad con los niveles de renta de cada usuario. Eso ha supuesto en cierta medida, que el SAS y la Seguridad Social vean rebajada la factura pero se haya incrementado en el caso de los usuarios.

También es de justicia reconocer que las medidas adoptadas por la Consejería de Salud para la contención el gasto farmacéutico, y que son previas a 2001, ya habían tenido sus efectos. Junto a ello, y de cara a los bolsillos de los usuarios, la Junta optó por financiar algunos medicamentos de los que habían sido descatalogados por el Ministerio de Sanidad.

Como es de suponer, la gran parte de la factura farmacéutica tiene como referente a la población pensionada, que es responsable del 70% del gasto total. Según datos de 2012, este colectivo supuso un gasto de 80.738.000 euros de los 108.502.000 del total. Hay que tener en cuenta, sin embargo, una evolución que marcan las propias estadísticas del Servicio Andaluz de Salud. Desde 2011 se percibe un incremento en el número de las recetas y del gasto que ocasiona la población activa, lo que se opone a la evolución percibida en ese grueso de personas pensionistas, que pese a las distintas tendencias que se están dando, mantiene su predominio en el consumo de medicamentos.

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