José Luis García-Palacios Álvarez: “Nuestro objetivo es crecer y ser la entidad referente para los andaluces”

Entrevista al presidente de la Caja Rural del Sur

La Caja Rural del Sur es una de las cooperativas de crédito más reputadas de España, que en su 25 aniversario está en el mejor momento, con una gran solidez y en expansión a Portugal, sin perder su identidad y la cercanía

Caja Rural del Sur agradece a su plantilla y socios 25 años de confianza y crecimiento compartido

José Luis García-Palacios Álvarez posa ante la fachada de la sede central de la Caja Rural del Sur en Huelva.
José Luis García-Palacios Álvarez posa ante la fachada de la sede central de la Caja Rural del Sur en Huelva. / Josué Correa

La Caja Rural del Sur celebra el 25 aniversario de su creación por la fusión de las rurales de Huelva y Sevilla, con la incorporación posterior de la de Córdoba. En estos años ha crecido y se ha consolidado como una de las cooperativas de crédito más importantes de España, la segunda en tamaño y la primera en cuanto a ratios de solvencia y fiabilidad para sus clientes y asociados. Y mira al futuro con grandes perspectivas de crecimiento, como primera entidad financiera de su naturaleza que sale de España y lleva su experiencia y conocimiento a Portugal. José Luis García-Palacios Álvarez preside la Caja Rural del Sur desde 2017, elegido tras la retirada de su padre, José Luis García Palacios, artífice con su privilegiada visión de futuro de lo que es hoy la entidad.

Pregunta.–¿Llega la Caja Rural del Sur al 25 aniversario en su mejor momento?

Respuesta.–Sí, creo que sí. Hace unas semanas, Moody’s, la agencia de calificación internacional del sistema financiero, nos dio la nota número uno del sistema financiero de España por la solvencia y fiabilidad crediticia. No nos podríamos haber encontrado un regalo mejor por el 25 aniversario. Además, el Grupo Caja Rural es el quinto grupo financiero de España, con 31 entidades de naturaleza 100% privada. Somos el primer grupo cooperativo de crédito por número de entidades, por tamaño, y, muy importante también, por ratios. Y en esas ratios, la número uno es Caja Rural del Sur, que ocupa también la segunda posición por tamaño.

P.–¿Cómo han sido estos años?

R.–Muy interesantes. No nos arrepentimos de lo que hemos vivido en este tiempo. Realmente, lo de acertar o errar es un cuento. Todo es aprendizaje, que es lo que te da capacidad para tratar de resolver las situaciones que la vida permanentemente te brinda de forma azarosa.

P.–¿Fue 2017 un punto de inflexión para la entidad?

R.–Quizás sí. Con ese relevo en la Presidencia, y el posterior en la Dirección General, sí hay un punto de inflexión, que no hubiera sido posible sin los primeros 17 años. Cogimos una entidad con unos cimientos tremendamente sólidos y perfectamente definidos, quizás para darle una impronta distinta. Y nos ha acompañado que el mercado lo haya reconocido. Pero todo esto surge de la idea de dos personas. Una de ellas, creo, como mínimo, insustituible, que fue mi padre [José Luis García Palacios, presidente de la Caja Rural de Huelva], y Jaime Parias, presidente de la Caja Rural de Sevilla. A finales del año 99 tuvieron la visión y la generosidad para entender que unirse no era una suma, era una multiplicación exponencial. Se demostró hasta 2017, cuando mi padre cedió el relevo al Consejo Rector, que decidió luego que yo fuera presidente. Y hemos contado con el respaldo de nuestros clientes, y, sobre todo, de nuestros socios.

P.–¿Y qué hay detrás de eso?

R.–Gran parte de lo que la Caja Rural del Sur es hoy en día se debe a su naturaleza. Somos una entidad 100% privada, y no cotizamos en bolsa, no tenemos accionistas, tenemos socios, lo cual te da una forma de actuar diferente. Porque nuestros socios no nos piden retribución de sus capitales, nos piden cuentas. Quienes estamos al frente somos meros administradores de fondos de terceros, por simplificarlo. Y eso hace que seamos cautelosos, siempre pensando en el bien de nuestros más de 151.000 socios y de nuestros 800.000 clientes. Formamos parte de un grupo financiero importante que tenemos que gestionar día a día, y algo muy relevante para nosotros es dar ejemplo con nuestra política de inversión y de responsabilidad social corporativa. Y apoyando, lógicamente, a quienes generan riqueza y empleo: los empresarios, los autónomos y las familias.

El presidente de Caja Rural del Sur, José Luis García-Palacios Álvarez, posa camino de su despacho.
El presidente de Caja Rural del Sur, José Luis García-Palacios Álvarez, posa camino de su despacho. / Josué Correa

P.–¿Cómo ve la evolución de las cooperativas de crédito en estos 25 años?

R.–Es muy importante. En Andalucía hay tres cooperativas de crédito y un grupo cooperativo que tiene una parte andaluza. Las tres cooperativas de crédito –Caja Rural del Sur, Jaén y Granada– pertenecemos al Grupo Caja Rural, y han evolucionado de la misma forma que nosotros gracias también al concepto de grupo que tienen. Nosotros no consolidamos balance en el Grupo Caja Rural, nos unimos por arriba, tenemos políticas de financiación comunes, un banco de servicios, como es el Banco Cooperativo Español... Todavía puede haber alguien que piense que las Cajas Rurales se dedican exclusivamente a financiar el sector agroalimentario. Craso horror. Nosotros hacemos banca universal desde tiempo inmemorial y, además, con un nivel tecnológico muy relevante. Porque la primera banca electrónica de España son las Cajas Rurales, desde el año 86, cuando se constituye Rural Servicios Informáticos, que hoy es la primera proveedora tecnológica del sistema financiero español. Hemos evolucionado y estamos en un nivel de sofisticación financiera como la primera, pero eso no nos ha llevado a desdeñar el servicio ni la cercanía, que ha sido siempre una seña de identidad nuestra.

"Estamos en un nivel de sofisticación financiera como la primera, pero eso no nos ha llevado a desdeñar el servicio ni la cercanía"

P.–Presumen siempre de esa cercanía como emblema.

R.–El Grupo y Caja Rural del Sur tenemos un balance positivo en crecimiento del número de oficinas y empleados desde hace años, mientras el sistema financiero español precisamente se ha destacado por lo contrario. Nosotros apostamos por seguir mirando al fondo de los ojos de las personas para ponernos en sus problemas e intentar buscar soluciones y aplicar, en todo, algo que para nosotros es esencial: la empatía.

P.–¿Les está saliendo bien?

R.–Si nos preguntan cómo estamos, diría que estamos muy, muy bien. Y, además, un tercero nos dice que no solo estamos muy bien, sino que somos los que mejor estamos. Pero tenemos un tamaño que en comparación con otros protagonistas en el mercado somos bastante pequeños, aunque a nivel de grupo no lo somos. Eso nos permite también una serie de capacidades de maniobra y agilidad, a la hora de la toma de decisiones, que al final repercute positivamente en todos y cada uno de los componentes de la sociedad.

José Luis García-Palacios Álvarez, con la calle Concepción de fondo.
José Luis García-Palacios Álvarez, con la calle Concepción de fondo. / Josué Correa

P.–¿Sigue fuerte el vínculo con el sector agroalimentario?

R.–Todas las cooperativas de crédito de España surgen del sector agroalimentario porque no había una línea de crédito ni con conocimiento ni con disposición para atender sus necesidades de financiación. Seguimos respaldando al sector agrario a través del apoyo al medio rural. Y ahí sí me gusta compararnos: del total de nuestro activo, destinamos al sector agroindustrial más del 20% de nuestra inversión, cuando la media del sector financiero español supera muy poco el 1%. Si introducimos la variante del medio rural, multiplicamos por dos esa cifra. Mientras el resto del sistema financiero español se va a un 2% escaso, nosotros superamos el 45% de nuestra atención al medio rural.

P.–Con la pandemia y la guerra en Ucrania se ha visto la importancia del sector primario. ¿Cree que se apuesta suficientemente por él?

R.–Creo que Europa todavía no ha terminado de encontrar su sitio. La globalización supuso una idea de que era mejor que cualquiera pudiera proveer necesidades básicas más baratas en vez de invertir para producirlas. Y la Unión Europea decidió hace décadas que el suministro energético viniera de fuera. Europa está todavía recorriendo un camino, que es la política agraria y comunitaria, donde también tiene pretendido dejar el abastecimiento de alimentos en manos de terceros. Eso es un suicidio colectivo. Reintroducir en un territorio una actividad como la agricultura supondría muchas décadas, porque, entre otras cosas, tienes que convencer a los jóvenes de que se dediquen a la agricultura para que haya un posible relevo generacional. ¿Cómo se restaura eso si se pierde el apoyo por parte de la Administración europea, nacional, comunitaria, provincial? Es muy difícil. La única manera posible es seguir con el apoyo financiero, en este caso, o incluso apoyando proyectos de innovación e investigación, por parte nuestra, desde la Fundación Caja Rural del Sur.

P.–¿Entonces no cree que haya una apuesta de la UE?

R.–La Unión Europea lleva ya tiempo en una situación un poco de aparentar más que de ejecutar. Depender de terceros países para la alimentación es una malísima praxis. Es algo terrible porque, entre otras cosas, nos está poniendo en una situación de vulnerabilidad absoluta. La agricultura ha significado siempre para Europa una moneda de cambio, y nos tenemos que dar cuenta de que es nuestro capital.

P.–¿Cabría ahora plantear una nueva fusión en la entidad?

R.–No estoy en contra de las fusiones. Pero eso no es una máxima ni una declaración de intenciones. Dentro de nuestro grupo no es fácil. Primero porque estamos todas muy bien, o extremadamente bien, en la gestión y los resultados. ¿Podemos fusionarnos entre nosotros? Pues sí, pero siempre y cuando el resultado de esa fusión sea exponencial. ¿La fusión de los grandes bancos? A mí me da cierto vértigo. España, por su tamaño y por su PIB, tiene un grado de concentración bancaria muy superior al que, por ejemplo, tienen Francia o Alemania. En España hay muy pocas entidades financieras, y que sean muy grandes creo que aleja el foco de las personas. Y a nosotros las personas nos importan mucho.

Sedes en Lisboa, Faro y Oporto

P.–¿La expansión internacional a Portugal era el movimiento natural que debían hacer?

R.–Lo pensamos así en 2006. De hecho tuvimos contactos, pero a finales de ese año interpretamos una serie de señales en las que preveíamos un endurecimiento de la situación económica de España, lo que se precipitó en 2007, y recogimos un poco las velas. Tras el año 2017 retomamos la iniciativa por una cuestión, lógicamente, de crecimiento de nuestra entidad pero, sobre todo, porque veíamos en Portugal un paralelismo productivo en términos generales, y no solo el agrario. Decidimos hacer esa apuesta y ser –lo decimos con mucho orgullo– la primera cooperativa de crédito en la historia de España que sale de nuestro país. Abrimos en 2019 en Faro, pasamos la pandemia, conseguimos la ficha bancaria en Portugal y en octubre de 2022 inauguramos nuestros servicios centrales en Lisboa, y hemos abierto en Oporto. Creo que estamos ayudando al desarrollo agroindustrial de Portugal en el porcentaje que nos toca, pero evidentemente con ánimo de seguir desarrollando ese músculo.

P.–¿Qué estrategia afronta la entidad en los próximos años?

R.–Nuestro principal objetivo es crecer. En número de oficinas y en número de empleados, y seguir dotando de más servicios a la sociedad. Y sobre todo intentar que Caja Rural del Sur sea la entidad de referencia para todos los andaluces, una entidad cercana y fiable, que es nuestra mayor aspiración. Somos de aquí, una entidad andaluza, hecha por andaluces, dirigida por andaluces y, sobre todo, con el fin clarísimo, primero y último, de dar el mejor servicio posible a Andalucía.

El presidente de la Caja Rural, durante la entrevista.
El presidente de la Caja Rural, durante la entrevista. / Josué Correa

P.–Ahora que están en Portugal, ¿ven más clara la necesidad de mejorar las conexiones entre Andalucía y el Algarve?

R.–Sin duda. El hecho de que estemos allí nos da una perspectiva de Península Ibérica. Vemos con muchísima más claridad la cantidad de cosas que no se están haciendo y deberían hacerse, y que el producto de esa relación sería tremendamente beneficioso para ambas partes del Guadiana. Cuando hablamos de este tipo de cosas allí en Portugal, lo miran con mucho entusiasmo. Es un país con unas costumbres y unos conceptos muy patrióticos pero tienen un concepto de internacionalización incluso un poquito más agudo que los españoles. Y eso te hace abrir el foco a una perspectiva mucho más amplia que la que podemos tener desde Andalucía o desde España. Y entre ellas, precisamente, está la interconexión. El potencial industrial que tiene la península ibérica, la diversidad geográfica, productiva, variabilidad climática... es muy difícil encontrar en Europa algo similar.

“Con un par de cucharadas de esa ingente masa de agua de la presa de Alqueva solucionamos el problema de Huelva”

P.–El agua también es básica para ese desarrollo.

R.–Hemos servido de conexión desde hace un año y pico entre las distintas organizaciones referentes al del agua, sobre todo con la presa de la Alqueva, con la EDIA, que es la institución pública que la gestiona, con la que tenemos relación directa y con muchos de sus usuarios porque son agricultores y hay una parte que los tenemos financiados. Les llevamos a EDIA porque con un par de cucharadas de esa ingente cantidad de masa de agua que hay en la presa de la Alqueva solucionamos el problema de Huelva, que no solucionan las administraciones españolas, lamentablemente. La Alqueva no hace otra cosa más que cortar el río Guadiana. Si hubiera una buena interlocución, no es descabellado que de esos cuatro mil y pico hectómetros cúbicos que tiene la Alqueva, un 0,5% pudiera venir para abastecer las necesidades y paliar la situación crítica a la que en muchas ocasiones nos han llevado los gobiernos, precisamente, por no hacer uso debido de sus obligaciones y responsabilidades para dotar de infraestructuras. Si hablamos exclusivamente en relación al tema del agua, de ahí a poder colaborar en cualquier otra cosa, el paradigma sería extraordinario. El escenario cambiaría considerablemente.

P.–Caja Rural del Sur también ha entrado en el proyecto del aeropuerto Cristóbal Colón, otra necesidad que no termina de atenderse.

R.–En la última reunión que mantuvimos en la sociedad promotora del aeropuerto llegamos a la conclusión de que quizás ahora hay que hacer un poco de pedagogía. Porque el ciudadano que no tenga la información suficiente puede pensar que un aeropuerto en Huelva es algo que no hace falta si tenemos Sevilla a un rato y Faro está al mismo rato. Pero hay que explicar que no es un rato. Y si importante es conectar Sevilla-Huelva-Faro por alta velocidad, como mínimo, igual de importante, e incluso más interesante, sería el aeropuerto porque no solo beneficiaría al turismo, también tiene el componente agroalimentario.

José Luis García-Palacios Álvarez, en un momento de la entrevista.
José Luis García-Palacios Álvarez, en un momento de la entrevista. / Josué Correa

P.–¿Es otra oportunidad para la agricultura onubense?

R.–Producimos unos frutos de primor, los frutos rojos, y somos reconocidos en Europa como los primeros productores, los de más calidad, donde hay más inversión. Habrá decenas de miles de personas en grandes ciudades de Europa que estén dispuestas a pagar lo que sea preciso por comer una fruta que se ha cosechado la misma mañana en la que la encuentra en el lineal. Ese coste de transporte y de manipulación para prepararla y transportarla por vía aérea a esos puntos importantes en Europa se puede hacer con esta fruta. Eso tiene un potencial enorme y hay que explicarlo. Supondría un revulsivo no solo para el sector agroalimentario sino para empresas que podrían intervenir en logística, preparación y demás. Con lo cual hablamos de aeropuerto emisor de frutas de primor no solo para Europa, para todo el mundo.

P.–Y para el turismo.

R.–Hay multinacionales, cadenas hoteleras y grandes touroperadores que estarían encantados de traernos unos pocos de cientos de miles de turistas garantizados al año a nuestras costas. Pero no vamos a perder la tranquilidad. No, no. El turismo en Huelva tenemos que desestacionalizarlo. En la provincia cierran en octubre el 80% de los hoteles de la costa; si abrimos ese 80% durante los otros ocho meses del año, ¿no generaría riqueza y mantendría un empleo fijo y estable en el sector servicios? Es una fórmula muy sencilla. Ahora necesitamos que el Estado se tome esto en serio y que nos den la licencia para operar, porque, además, es una iniciativa privada. El resto de miembros de la sociedad privada Cristóbal Colón son empresarios que tienen como interés generar riqueza, empleo y tener un retorno económico. No es una ONG que se dedica a dar dádivas o limosnas, ni muchísimo menos.

P.–Por último, ¿qué cree que le diría su padre viendo ahora esta evolución de la entidad que creó?

R.–Esto ya me toca la fibra sensible. No es tanto lo que él me pudiera decir (sé que puede estar satisfecho de lo que estamos haciendo con el legado que él dejó), que lo que a mi me gustaría decirle, que es muy sencillo: gracias. Vaya por donde vaya, en Portugal estos días, o en Madrid que estuve también, cualquier comentario sobre mi padre es de un reconocimiento y un cariño fantástico, y para mí es lo más emotivo que puedo sentir, y que también mis hijos pudieran decirlo de mí en el futuro.

stats