Bajamar

Los futuros de Astilleros

  • En tres meses ha habido varias propuestas distintas para hacer frente a la profunda crisis de la naval, rechazadas por una u otra parte

TRES meses, varios documentos y muchas horas de larga espera para los más de 550 trabajadores directos que Astilleros tiene en Huelva y Sevilla. El proceso de negociación sobre el futuro de una empresa señera en Huelva (han pasado casi 40 años desde su creación) se alarga ya demasiado para la Administración, la empresa y, sobre todo, para los empleados. Con una propuesta sobre la mesa, el destino de la factoría naval está aún por escribir, después de haberse descartado varias posibilidades.

La voz de alarma sobre la crítica situación de Astilleros la alzaban en marzo los trabajadores de Sevilla: la falta de liquidez impedía hacer las compras necesarias para continuar la construcción de los tres buques que tenían en carga de trabajo. Ya entonces la Consejería de Innovación aseguraba a los sindicatos que estaba trabajando en una solución para la industria naval y en la búsqueda de nuevos inversores. Pero hasta meses después no se daba a conocer el primer documento sobre el futuro de Astilleros, una propuesta oficial de la empresa en la que planteaba una fusión de la atarazana de Huelva con la de Sevilla, renunciando la primera a la construcción de buques de gran tonelaje y quedando como auxiliar de la factoría hispalense pero integradas en una misma sociedad.

Este primer planteamiento fue rechazado por la Junta, que instó a la compañía a elaborar otro plan. Mientras tanto, Astilleros de Huelva presentaba otros tres documentos, tres expedientes de regulación temporal de empleo para su plantilla y las de sus dos auxiliares, Nueva Lima e Instalaciones Industriales y Navales de Huelva.

La naval pasó a plantear una refinanciación de la deuda (cifrada en 280 millones de euros), con una quita importante (del 50% de la misma) y un préstamo participativo para la deuda aún pendiente. Pero esta propuesta fue rechazada de nuevo por la Administración autonómica, que a mediados de octubre entregó la suya propia, la denominada hoja de ruta.

Este convenio, pues de un acuerdo de colaboración se trata, marcaba un nuevo hito en las posibilidades de futuro de Astilleros. La Junta hacía suya la propuesta de ceder la licencia de construcción naval onubense, obteniendo ayudas europeas al cierre. Pero la Administración fue más allá, proponiendo la creación de una nueva empresa del sector naval para la construcción de pequeños barcos y reparación y mantenimiento tras liquidar la sociedad actual y con la llegada de un nuevo inversor. Otros accionistas entrarían en Sevilla para relanzar el astillero. Un administrador único (nombrado con el visto bueno de IDEA) se haría con los derechos políticos de la empresa y ejecutaría todo el proceso.

Tras un nuevo rechazo, en este caso por parte de la empresa que se negó a cerrar Huelva, llegó la segunda hoja de ruta: en ella desaparece el cese de actividad en la provincia y se apuesta por conseguir la finalización de la construcción de los dos barcos paralizados en Huelva desde hace meses, pero se mantiene una posible liquidación de la sociedad naval bajo la decisión del administrador único.

Una nueva vuelta de tuerca (con ultimátum autonómico incluido en forma de advertencia sobre posibles acciones legales) sobre la que tendrá que pronunciarse en los próximos días la compañía, mientras los trabajadores ya lo han hecho: quieren que se garantice el mantenimiento de la actividad naval en Huelva. Así lo hacen constar por escrito, aunque de forma oral transmiten algo más: quien espera, desespera, y ya han llegado a ese punto tras las muchas vueltas en la negociación. Más de quinientas familias aguardan expectantes la resolución del conflicto.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios