Los cientos de onubenses que desde primera hora de la mañana se agolpan en las gasolineras para disfrutar del ahorro en el combustible aprobado por el Gobierno se han encontrado con una sorpresa: el precio del litro de gasolina o gasóleo es el mismo. La razón es que la rebaja es posterior al pago.

Los trabajadores de los surtidores han tenido una jornada educativa y docente con los conductores que al llegar preguntaban "¿y el ahorro de los 20 céntimos por litro?". Cada surtidor tiene un código generado por el Gobierno que una vez se realiza el pago del combustible se aplica. Es una fórmula parecida a las rebajas en el comercio, cuando es obligatorio por ley que un cliente tenga a la vista el precio anterior y el final. De este modo, al solicitar 60 euros de combustible se aplica el código y el sistema recalcula el coste. En este caso concreto, un usuario que llegue a un surtidor y pida 60 euros de gasolina 95 paga en realidad alrededor de 52 euros. Así queda reflejado en el ticket. 

A estos descuentos se añaden en petroleras como BP, Repsol o Cepsa rebajas directas lo que hace que el litro de la gasolina o el gasóleo pueda ser entre 20 y 30 céntimos más barato. Eso sí, es descuento final tras el pago y no aparece reflejado ni en el surtidor ni la cartelería de la gasolinera. 

Un ticket en una gasolinera de Huelva.

Mediante esta medida de choque el Gobierno de España busca asumir la subida de los carburantes y descargar a los ciudadanos de las consecuencias económicas actuales. Por ello, de los 20 céntimos previstos para dicha bonificación, el Estado se hace cargo de 15 céntimos mientras que los operadores de carburantes correrán con los 5 céntimos restantes.