Ubicada entre las playas de La Gaviota (Punta del Caimán) y Central de Isla Cristina, la del Camino Santana es otra de las playas urbanas que ofrece el municipio isleño al turista y visitante cada verano.

El acceso es fácil, una vez en Isla Cristina, disponiendo de un aparcamiento cercano, junto a un chiringuito, además de un buen número de plazas en la zona residencial, cruzando la avenida del Carnaval. Un inmenso pinar precede a un sorprendente litoral de arenas blancas y finas, que contrastan con la bravura de las aguas atlánticas, frías y algo revoltosas en este lugar.

Esta playa adquiere el nombre del capataz de la finca desde donde se accedía al Atlántico

El peculiar nombre de la playa del Camino Santana es debido a Juan Santana, el capataz de la finca que los veraneantes de la segunda mitad del siglo XX debían atravesar cada estío para acceder a la playa. Pero su historia, más allá de su denominación, es mucho más antigua, pues seguramente valencianos y catalanes, que fueron los fundadores de Isla Cristina en el siglo XVIII, pasearan en aquellas fechas por estas orillas.

A partir de los años 60 del siglo XX comenzaron a instalarse en este enclave toldos y casetas familiares para pasar las calurosas jornadas de verano lo más cerca posible del Atlántico, en un municipio que crecía urbanísticamente aproximándose al océano. Las personas que acudían durante esos años a la popular playa del Caminito Santana, como es conocida por los isleños de forma diminutiva, acudían también a un chiringuito que ofrecía algunos de los productos estrella de la gastronomía onubense, como las sardinas o las caballas asadas.

Si bien no es una playa muy extensa, al tener unos 500 metros de longitud y 120 metros de anchura media, es una zona privilegiada para darse un baño y dejarse llevar por los sentidos en un paraje natural compuesto por pinares y dunas móviles. Para preservar este lugar, un tramo del paseo marítimo se eleva, de forma que no altere la naturaleza existente junto al Parque Litoral de la ciudad de Isla Cristina.

Una de las opciones más recomendadas para conocer esta playa y su entorno es hacer la ruta del Camaleón, considerado como uno de los animales más bellos y exóticos que, sin embargo, está en peligro de extinción. También se puede emprender una caminata por la orilla o por el paseo marítimo, o bien acudir al centro histórico de la población y a su mercado, uno de los de mayor extensión y con mejores productos de la provincia. Aquí el rey es el atún, siempre importante en la gastronomía de Isla Cristina.

Al igual que sus vecinas playas isleñas, la del Camino Santana dispone de chiringuitos, vigilancia y duchas, además de hoteles, restaurantes y comercios de distinto tipo que se hallan en sus proximidades, en la zona residencial.

Todo ello, unido a la calidad de sus aguas y a la belleza de este marco natural, ofrece al visitante una completa alternativa para disfrutar de una de las playas más populares y naturales de Isla Cristina, que cada año se supera con unos servicios ya de por sí inmejorables.

La playa del Camino Santana, en una soleada mañana de verano.

Un grupo de personas disfrutan de la rica gastronomía isleña en esta playa.