Una forma 'diferente' de viajar
Una 'quedada' de autocaravanas reune a más de trescientas personas en La Ribera de Cartayal avances Los viejos mapas impresos han dado paso a los modernos sistemas de GPS por satélite.





N 37º 16.502' - W 7º 09.611'. Este listado de números y letras aparentemente inconexos no es un código o contraseña secreta ni la matrícula de un vehículo de un país extraño. Simplemente son las coordenadas geográficas que determinan una posición en la superficie terrestre, y que, en este caso, nos sitúan en un punto concreto de la provincia de Huelva denominado La Ribera, en Cartaya.
Precisamente en este lugar se han dado cita, convocados por la Asociación Andaluza de Autocaravanistas (ASANDAC), un centenar de autocaravanas y más de 300 personas procedentes de toda Andalucía, al objeto de llevar a cabo lo que en el particular argot del autocaravanista se denomina una quedada, que no es más que una concentración de este tipo de vehículos destinada principalmente a celebrar un fin de semana de convivencia entre personas que comparten la afición de viajar con la casa a cuestas.
Es una forma de viajar en la que los viejos mapas impresos han dado paso recientemente a los modernos sistemas de GPS por satélite como compañeros inseparables e indispensables de viaje y en la que, por tanto, las toponimias u onomásticas por las que se designan y conocen los lugares geográficos han cedido parte de su antiguo protagonismo a las latitudes, las longitudes o los grados que marcan cualquier punto en la superficie de la tierra.
Pero, sobre todo, es una "forma diferente" de viajar en la que, según la sevillana Mª Carmen Ballesteros, vocal de eventos de ASANDAC, "lo que más valoramos es la libertad en todos los sentidos: tanto de horarios como de itinerarios y el contacto directo con la naturaleza y con los lugares que visitamos". Y es que, según apunta el malagueño Sergio Baena, secretario de esta misma asociación, "viajando con una autocaravana no dependes de horarios impuestos, ni de rutas prediseñadas, puedes ir improvisando en función de tus apetencias o necesidades de cada momento".
No obstante, y según destaca José Antonio Pérez Balmaseda, uno de los coordinadores de ASANDAC en Huelva, "mientras que en otros países europeos esta forma de viajar está muy bien aceptada socialmente, en España tenemos aún bastante mala fama entre algunos sectores sociales y hasta incluso administraciones, debido sobre todo al mal uso que de las autocaravanas siguen haciendo ciertas personas". Es precisamente éste uno de los motivos que han llevado a estos trotamundos andaluces a fundar esta asociación, que representa a unos 800 autocaravanistas de toda Andalucía, y a realizar quedadas como la de Cartaya, mediante las que intentan, sobre todo, hacer ver a la sociedad que la mayoría de los autocaravanistas hacen un uso responsable de sus casas rodantes, cumpliendo las normativas y leyes establecidas que regulan esta actividad, "que por cierto son aún escasas" apunta Pérez.
Es por ello por lo que desde ASANDAC se ha redactado la denominada Carta de Compromisos del Turista con Autocaravana que todos sus asociados deben cumplir a rajatabla. Se trata de un documento en el que los propios socios se comprometen a actuar con responsabilidad individual y colectiva a la hora de practicar el autocaravanismo, para a su vez servir de guía y ejemplo a aquellas personas que se van incorporando al colectivo.
Los compromisos, según la propia carta, se dividen en Hoja Verde del Trébol en su aspecto medioambiental; Hoja Roja del Trébol para el cívico-vial; y Hoja Azul del Trébol en el cívico-social. Gráficamente se representa con un trébol de tres hojas, una de cada color, que muestran de forma visible en sus vehículos.
Otra de las leyendas negras que rodean al autocaravanismo es aquella que dice que se trata de un turismo que no deja dinero y es contrario al turismo de calidad. Los responsables de ASANDAC, basándose en distintos estudios e informes objetivos, aseguran que el autocaravanismo, por contra, es una forma de viajar "diferente que hoy día es practicada normalmente por personas de nivel adquisitivo medio y alto, las cuales, cuando visitan una zona, suelen gastar una media de 43 euros por persona y día, frente a los 53 euros de un turista normal, pero con el valor añadido -apunta Pérez- de que viajamos durante todo el año, por lo que contribuimos notablemente a desestacionalizar la actividad turística y, además, todos los bienes y servicios que consumimos los adquirimos en los establecimientos y comercios de los lugares que visitamos".
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