La fiebre por 'Pokémon Go' se instala en Huelva

Mañana se celebra una quedada de jugadores del renovado clásico de Nintendo en la Plaza de las Monjas

La fiebre por 'Pokémon Go' se instala en Huelva
La fiebre por 'Pokémon Go' se instala en Huelva
R. Rendón Huelva

22 de julio 2016 - 01:00

Hace apenas una semana que se activó en España la aplicación oficial del videojuego para terminales móviles Pokémon Go y ya arrasa por donde quiera que va. En cuestión de días, el juego de Nintendo ha sido capaz de rebasar en usuarios a la red social Twitter o superar en tiempo de uso a aplicaciones tan cotidianas como WhatsApp o Instagram, todo un hito mundial que se ha expandido por el planeta como un virus de esos de ficción que transforman a las personas en zombis. Sí, seguro que los ha visto estos días. Son jóvenes (y no tan jóvenes) que caminan por la calle móvil en mano y sin apartar la vista de la pantalla. Con el geolocalizador del terminal y la realidad aumentada buscan ansiosos los animalillos extraordinarios de Pokémon Go, que lo mismo se pueden encontrar en el Conquero, que en la Gruta de las Maravillas o a pie de playa.

La fiebre es tal que en Huelva ya se ha organizado para mañana, a las 19:00 y en la Plaza de las Monjas, la primera macroquedada de entrenadores Pokémon Go, porque a estos simpáticos habitantes de nuestra realidad alternativa no sólo hay que cazarlos para la colección, sino acudir a los gimnasios Pokémon para fortalecerlos y participar en los combates.

Para ser un gran cazador, subir de nivel y conseguir más pokémon, los avezados entrenadores deben visitar numerosas pokeparadas -distribuidas por cada ciudad y cada pueblo de la geografía mundial- para conseguir extras, como los huevos, de los que emergerán más criaturas. Cuando el jugador llega al nivel 5, ya puede decantarse por uno de los tres equipos que ofrece el juego: el amarillo (Intuición), el azul (Sabiduría) y el rojo (Valor).

En Huelva, por ejemplo, la iglesia de la Concepción, el monumento a la Inmaculada, el Colegio de Arquitectos, la iglesia del Rocío, la estatua del cardenal Spínola o la fuente de Aguas de Huelva se han convertido en lugar de peregrinación para los pokemaníacos. En la Plaza de Las Monjas, sin ir más lejos, se concentran hasta tres pokeparadas, por lo que es fácil ver los bancos y el entorno de la fuente o el monumento a Colón atestados de jugadores ansiosos por conseguir los premios. En Isla Cristina, por ejemplo, hay una pokeparada en el monumento a los fallecidos en el Islamar y un gimnasio en el mismísimo cementerio. No obstante, aparecen y desaparecen por cualquier rincón, incluso dentro de las viviendas o los edificios públicos.

También hay que tener en cuenta que los pokémon de tipo agua aparecerán cerca del mar o de los ríos; y los de tipo planta, en el entorno de los parques. Sin embargo, los de tipología fantasmagórica o eléctrica poseen condiciones no tan evidentes y son muchos los que quedan por la noche para ir en su busca.

Quizá una de las virtudes de este videojuego sea, precisamente, ésa: ha sacado de casa a muchos chicos que preferían quedarse pegados a las pantallas de móviles u ordenadores en la intimidad del hogar. Para capturar a estas criaturitas, el sedentarismo no es una buena receta.

El lado oscuro está en que no despegar la mirada de la pantalla puede acarrear accidentes o invasiones de propiedades privadas que a más de uno puede darle un buen disgusto.

En San Diego, en Estados Unidos, dos hombres cayeron por un acantilado mientras buscaban pokémons, aunque afortunadamente fueron rescatados con vida. El pasado sábado, dos chicos de 25 años se colaron en el aparcamiento de la Comandancia de la Guardia Civil de Las Rozas (Madrid) mientras jugaban. Era una zona de seguridad y fueron detenidos, aunque sólo por unas horas.

Como todo, si se juega con cautela y sin abusar, puede ser divertido. Los excesos nunca fueron buenos. Y, ojo, que Pokémon Go ha llegado para quedarse.

stats