Fernando Tejero, en la recogida del premio Ciudad de Huelva: "Un país sin cultura es un país sin pulmones"

Fernando Tejero ha recogido este miércoles el premio Ciudad de Huelva, el mayor galardón del Festival de Huelva de Cine Iberoamericano. El mismo premio que le entregó a Ernesto Alterio en 2006, acompañado de su amiga y hermana del entonces premiado, Malena Alterio. Esta vez ha sido el director y productor Bernabé Rico quien le ha depositado el trofeo en sus manos. En su discurso de agradecimiento ha realizado un alegato en defensa de la cultura: "Un país sin cultura es un país sin pulmones, privado de oxígeno. Quien quiere un país sin cultura, o solo una cultura muy concreta, no quiere a su pueblo". Así ha felicitado al Festival de Huelva por llevar más de medio siglo "fomentando la cultura a través del cine iberoamericano".

Rico, nominado a Goya como mejor director novel en 2020, le ha presentado comparándole con algunos artistas: "Hay otros que cuando le preguntas dicen: 'como actor, muy buena persona'", despertando la carcajada del público del Gran Teatro. Acto seguido ha rematado: "Fernando Tejero es buen actor y además, buena persona". Y el premiado ha subido a recoger el galardón. Nervioso, ha leído el discurso en el centro del escenario del Gran Teatro y ha pedido una botella de agua porque tenía "la boca como un zapato". El público rápidamente ha simpatizado con ese intérprete que no se acostumbra a recibir premios.

Uno de los alumnos más aventajados de la escuela de interpretación Cristina Rota se dio a conocer para el gran público a la vez que ganaba un Goya al mejor actor revelación en 2003. Y pasó de ser una persona corriente a la eternidad de la memoria colectiva española en los tiempos en los que los hogares eran campos de batalla que luchaban por un mando a distancia. De Serafín en la película Días de Fútbol saltó a Emilio Delgado, portero de la comunidad en la mítica serie Aquí no hay quien viva. Y hasta el día de hoy.

En la última película de Amenábar, El Cautivo, el cordobés interpreta a Juan Blanco de Paz, un monje que es a la vez homosexual y homófobo. Para no encasillarse, abandonó la serie La Que Se Avecina, de los mismos creadores de Aquí No Hay Quién Viva y con una dinámica muy similar a la serie que le catapultó a la fama, demostrando que maneja el drama con la misma exquisitez que la comedia.

Ha contado en varios reportajes su dura infancia y que su primer escenario fue la pescadería donde trabajó con su padre, ya que se dedicaba a agradar a los clientes. Este miércoles, en el discurso de entrega del premio, ha aprovechado para abogar por el cine y la libertad: "A mí el cine me salvó la vida, literalmente. Gracias a que estudié arte dramático logré aceptar cómo era yo y cuáles eran las circunstancias de mi vida. Allí empecé a quererme... Esta profesión es una de las razones prioritarias por las que me levanto cada mañana, ¡cómo no voy a daros las gracias por darle más luz!".

Antes de recibir el premio, el actor ha llegado al Gran Teatro de la capital onubense, donde le esperaban en la puerta la alcaldesa de Huelva, Pilar Miranda, además de otras personalidades como el concejal de Cultura, Nacho Molina. Los representantes municipales han acompañado al actor mientras éste les comentaba "lo cansado que estaba despierto desde las 5:00", para, a continuación, realizar una foto institucional con la lona del Festival de Huelva de Cine Iberoamericano. Tras la entrega, los asistentes han disfrutado de la película Aún es de noche en Caracas, que compite en la categoría de Sección Oficial.