Los fenómenos extraños que desconciertan a los vecinos de Huelva: Las luces de las marismas, los sonidos graves y las desapariciones temporales

Durante los últimos meses, distintos puntos de Huelva han sido escenario de fenómenos que han despertado el interés de vecinos, investigadores y curiosos.

Luces que cruzan el cielo sin explicación aparente, ruidos registrados en la madrugada y episodios de breves “desapariciones temporales” relatadas por conductores y caminantes han convertido a la provincia en un eje del misterio. Aunque la mayoría de los expertos señalan causas naturales o atmosféricas, algunos casos continúan sin respuesta clara.

Luces sobre la marisma

El fenómeno más recurrente en las últimas semanas tiene como escenario las marismas del Odiel. Hay vecinos de la zona de Punta Umbría y Corrales han informado haber visto destellos intensos, de tonalidad azulada o verdosa, que se desplazan lentamente sobre el horizonte. Los registros coinciden entre las 23:00 y las 02:00, especialmente en noches de cielo despejado.

Según un informe preliminar del Instituto de Astrofísica de Andalucía, las luces podrían estar relacionadas con descargas eléctricas atmosféricas conocidas como sprites, un fenómeno poco frecuente pero documentado en la alta atmósfera.

No obstante algunos testigos aseguran que las luces permanecen inmóviles durante minutos o cambian de dirección sin patrón aparente, lo que ha generado hipótesis alternativas que van desde experimentos meteorológicos hasta maniobras aéreas no comunicadas.

En La Rábida, varios pescadores afirmaron haber observado cómo una de esas luces descendía lentamente hasta desaparecer tras la línea del mar. “Pensamos que era un dron o un avión, pero no había ruido, y luego volvió a aparecer más lejos, en el mismo horizonte”, relató Manuel S., de Palos de la Frontera. Las autoridades locales no han encontrado registros de vuelos o drones en ese horario, aunque no tienen por qué haber sido notificados –algo que es ilegal-.

Ruidos subterráneos y vibraciones en la Sierra

A más de 80 kilómetros de allí, en la Sierra de Aracena, los habitantes de pequeñas aldeas como Fuenteheridos y Jabugo informan de un sonido grave, intermitente, que parece provenir del subsuelo. “A veces dura segundos, otras minutos, y hace vibrar los cristales”, explicó una vecina de la zona.

El Instituto Geográfico Nacional (IGN) confirmó haber registrado ligeras vibraciones sísmicas en la comarca, aunque de una magnitud demasiado baja para ser perceptible por la mayoría de las personas y también derivadas de seísmos de baja intensidad en la zona del Estrecho. “Pueden ser microseísmos o movimientos asociados a la actividad minera subterránea”, me indicaron.

Sin embargo, algunos vecinos aseguran que los ruidos se perciben incluso en días sin actividad industrial ni movimientos registrados. En los últimos meses, grupos de investigación geofísica han instalado sensores portátiles para intentar determinar el origen del sonido, sin resultados concluyentes hasta el momento.

Las hipótesis más sólidas apuntan a la interacción entre las corrientes de aire subterráneas y los antiguos túneles mineros de la región, un legado de la intensa actividad minera que caracterizó a Huelva durante el siglo XIX. El fenómeno, conocido en geología acústica como “efecto de resonancia en cavidades naturales”, podría explicar parte de los testimonios.

Las desapariciones temporales

El aspecto más desconcertante del reciente conjunto de fenómenos es el de las llamadas “desapariciones temporales”, breves episodios en los que testigos aseguran haber perdido la noción del tiempo o experimentado “saltos” de varios minutos.

En su mayoría, estos relatos provienen de conductores que circulaban de noche por carreteras rurales de la zona de Bollullos Par del Condado y La Palma del Condado.

Uno de los casos más difundidos fue el de una pareja que aseguró haber recorrido un tramo de carretera en apenas la mitad del tiempo habitual, sin recordar parte del trayecto. Los análisis del vehículo y los dispositivos GPS no mostraron anomalías, pero el incidente ha alimentado numerosas teorías.

Los especialistas en neurociencia consultados apuntan a posibles causas psicológicas tales como episodios de “amnesia temporal transitoria” o estados de trance derivados de la monotonía de la conducción.

Este tipo de episodios, aunque poco comunes, han sido documentados en varios países y suelen estar asociados al cansancio, la falta de sueño o la exposición a estímulos luminosos intermitentes.

Más allá de las explicaciones, los fenómenos extraños de Huelva se han convertido en tema de conversación constante.

No es la primera vez que Huelva se convierte en foco de atención por sucesos inusuales. En los años 70, varios periódicos locales documentaron avistamientos de objetos luminosos sobre el río Tinto, que más tarde se asociaron a pruebas aéreas o meteorológicas. También se registraron informes de “ruidos del cielo” en la zona costera durante 1999, que el IGN atribuyó a movimientos sísmicos lejanos, el llamado “Hum”.

La combinación entre costa, zonas mineras y valles con ecos acústicos naturales hace de Huelva un escenario propicio para percepciones de tipo anómalo. “Aquí confluyen mar, tierra y subsuelo activo”, explica la geóloga Marta del Río. “Esa mezcla genera sonidos, luces y vibraciones que, en conjunto, pueden parecer fenómenos sobrenaturales”.

Lo cierto es que Huelva, una provincia acostumbrada a convivir con el misterio de su historia minera y su naturaleza exuberante, vuelve a situarse en el mapa de lo inexplicable. Luces, sonidos y experiencias desconcertantes conviven con la vida cotidiana de muchos vecinos que miran al cielo buscando respuestas.

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