Una familia de Cartaya denuncia una agresión racista a su hijo de 11 años en un campamento de verano

Un niño de 11 años de origen asiático ha sido presuntamente víctima de acoso y agresión de carácter racista durante un campamento de verano, celebrado del 1 al 5 de septiembre de 2025 en el pabellón deportivo municipal Juan Polo, en Cartaya. La familia del menor presentó una denuncia formal el 23 de septiembre de 2025 ante el Juzgado de Menores. Según la misma, a la que ha tenido acceso este periódico, los supuestos hechos ocurrieron durante los primeros días de la actividad.

El primer incidente se habría producido el 2 de septiembre, mientras el menor participaba en una actividad con un ordenador. Varios niños se acercaron a él, comenzaron a tocar su equipo y a insultarlo de manera despectiva, haciendo constantes referencias a su origen étnico. El grupo, formado por niños de diferentes edades, rodeó al menor, generando un clima de intimidación en el que algunos niños mayores del grupo se envalentonaban mientras los demás jaleaban la situación. En un momento, uno de ellos habría intentado hacer un gesto de agresión física que la víctima logró repeler.

El menor acudió a una de las monitoras para explicar lo sucedido. La supervisora reprendió a los implicados a los que advirtió que podrían ser expulsados de las actividades si continuaban con esa actitud. Sin embargo, algunos de los supuestos agresores ignoraron la advertencia y continuaron con las burlas y la intromisión en la actividad del menor.

El 3 de septiembre, la situación habría escalado a una presunta agresión física dentro de los vestuarios. El menor fue supuestamente llevado por la fuerza a un vestuario por varios niños mayores que él. Dentro del espacio cerrado, un grupo de entre seis y siete niños lo rodeó, le bajaron los pantalones y le propinaron empujones y patadas. Algunos de los agresores grabaron la escena con sus teléfonos móviles. Fue necesaria la intervención de varias monitoras, las cuales llegaron tras ser avisadas por otro niño que presenció lo ocurrido. Estas monitoras levantaron al menor agredido, lo acompañaron a otro vestuario y trataron de tranquilizarlo.

Tras salir del vestuario, los supuestos acosadores continuaron persiguiéndolo y profiriendo insultos racistas durante el trayecto hacia su domicilio, generando en el menor un estado de pánico y ansiedad.

En declaraciones a Huelva Información, el abogado de la familia, Jose Luis Orta, ha subrayado la gravedad de lo ocurrido, expresando que “como representante de la familia, hemos de manifestar nuestra más enérgica repulsa a episodios de este tipo que tanto daño hacen a nuestros hijos, y esperamos que la difusión de estos delitos contribuya a que disminuyan o desaparezcan, y no exista acoso entre menores cuyo daño para el futuro es enorme”, destacando la necesidad de que estos hechos sean conocidos para prevenir situaciones similares.

Según Orta, hasta la fecha nadie de la organización del curso del campamento de verano se ha puesto en contacto con ellos para ofrecerles alguna explicación o cualquier tipo de apoyo.

La denuncia presentada solicita la apertura de diligencias judiciales, la revisión de las grabaciones de seguridad de las inmediaciones del recinto y la recopilación de información por parte de la empresa organizadora del campamento y de las monitoras presentes durante los supuestos hechos. La Guardia Civil ha sido informada y está recabando datos sobre los menores presuntamente implicados para facilitar la investigación y esclarecer los hechos.

La familia espera que la actuación de las autoridades sea rápida y efectiva, no solo para proteger al menor afectado, sino también para prevenir que situaciones similares puedan repetirse en otros entornos educativos y de ocio.