Ha fallecido Luis Gutiérrez Díez
OBITUARIO
"Soy socialista a fuer de liberal". Con esta conocida frase de Indalecio Prieto Tuero quiero comenzar el recuerdo de otro gran socialista que nos acaba de dejar, don Luis Gutiérrez Díez, notario jubilado y alma mater del socialismo onubense, como lo fue antes de otras tierras. Recordando otra famosa frase presente en el imaginario común de todos los socialistas, ésta de su fundador, Pablo Iglesias Posse: "Los socialistas se siembran". Hay que recordar que nuestro compañero Luis (Luisón para los más cercanos), sembró y ayudó a que germinase la semilla del socialismo democrático en aquellos años de la pretransición cuando todo era mucho más difícil y la actividad política era más una heroicidad que el ejercicio legítimo de un derecho fundamental.
Luis nació un 19 de enero de 1942 en Galdakao (Vizcaya), y llevaba a gala su vasquismo en cuanto tenía oportunidad. Hijo de farmacéutico, se licenció en Derecho y opositó a notarias, obteniendo su plaza a principios de los setenta. Ejerció la fe pública notarial en varias localidades, entre las que recordamos a Ceuta, Ribadesella, Gijón y, finalmente, Huelva, donde alcanzó la jubilación hace apenas cuatro años.
Desde muy joven mostró un gran interés, quizás mejor calificarla de pasión, por las ideas socialistas, siendo muy activo en los años previos y posteriores al fin de la dictadura de Franco, contribuyendo a la refundación y reorganización de numerosas agrupaciones socialistas a lo largo de lo que hoy es Castilla y León y Asturias. En esos años conoció y entabló amistad con insignes figuras del socialismo español, tales como Tomás Rodríguez Bolaños, Elías Díaz y el que fuera su gran amigo, Gregorio Peces Barba.
Pero lo que más hay que destacar de Luis es su cualidad humana: lector incansable y erudito, hacía de la solidaridad, la generosidad, la defensa de los valores democráticos su divisa. Siempre dispuesto a ayudar a aquellos que se lo demandaban, nunca dijo que no a colaborar con el Partido que tanto amaba, bien como conferenciante, consejero o con aquello que se le pidiese; él siempre decía que era un militante disciplinado, tal era su grandeza y, a la vez, su humildad.
Quien escribe estas sencillas letras no puede concluir sin recordar al amigo leal y generoso, al conversador incansable, al buen hombre en definitiva que se nos acaba de ir. Siempre recordaremos su magisterio, su compromiso y su amor por las ideas socialistas.
También quisiera dar mi más sentido pésame a su viuda, a su hijo y a todos aquellos y aquellas que apreciaban a Luis y que hoy se sienten un poco más solos. Descanse en Paz.
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