Los bañistas y veraneantes que ayer se encontraban en La Antilla pudieron disfrutar con un curioso y llamativo fenómeno. Se trata de una fata morgana o espejismo. No es más que una ilusión óptica provocada por una inversión de temperatura.
En el caso de la imagen que ilustra, Jaime Madruga Martín se encontró con un horizonte inesperado cuando trató de fotografiar a unas gaviotas. En una fata morgana, objetos que se encuentran en el horizonte como, por ejemplo, islas, acantilados, barcos o témpanos de hielo, adquieren una apariencia alargada y elevada, similar a castillos de cuentos de hadas.
Según la explicación técnica del fenómeno, "con el tiempo en calma la separación regular entre el aire caliente y el aire frío (más denso) cerca de la superficie terrestre puede actuar como una lente refractante, produciendo una imagen invertida, sobre la que la imagen distante parece flotar".
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