Todos a una por la ermita de Santa Brígida

Cuando el patrimonio de un pueblo está en peligro, sus habitantes tienen la obligación moral de acudir en su ayuda. Ésta es la decisión que han tomado los vecinos de Galaroza, ante el deterioro de la Ermita de Santa Brígida, uno de los símbolos de la localidad.

El estado de la techumbre y los efectos de la humedad, además de otros desperfectos sufridos por el paso del tiempo, hacen urgente una actuación de restauración que repare los elementos más afectados.

Así lo han entendido el Ayuntamiento de Galaroza y la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen, quienes han convocado a las asociaciones del pueblo para tratar la situación. Además, también se ha contactado con el Obispado de Huelva, propietario del inmueble, y con la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura.

Tras constatar que los fondos que pudieran conseguirse de instituciones externas a la localidad tardarían mucho tiempo en llegar, se ha decidido afrontar el problema de forma solidaria entre toda la población. Para ello, se ha impulsado una campaña de captación de recursos, denominada 1euro x Santa Brígida, con el objetivo de sensibilizar a todos los cachoneros de la necesidad de apoyar la iniciativa.

La campaña está dando sus frutos, y aunque la Hermandad del Carmen ya ha expresado su intención de cubrir el presupuesto de las obras, los cachoneros están aportando sus donativos en las huchas instaladas en los establecimientos y en las cuentas bancarias abiertas al efecto para recoger también las aportaciones de los naturales que viven en otras localidades.

Santa Brígida es una ermita de repoblación, datada en el siglo XIII, que no sólo es una joya desde el punto de vista histórico-artístico, sino que traslada a los cachoneros numerosos sentimientos de identidad y recuerdos de infancia.

Su emplazamiento en lo alto del cerro que lleva su nombre la convierte en atalaya desde la que contemplar toda la vida del valle del Múrtiga, siendo uno de los hitos paisajísticos más destacados del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.

En los últimos años se ha convertido en referente imprescindible para uno de los espectáculos culturales y turísticos más importantes de la comarca. El Belén Viviente de Galaroza desparrama sus escenas al aire libre por las inmediaciones del edificio, convirtiendo la ermita en uno de los pesebres más originales del mundo.

Además, cada cachonero tiene parte de su memoria en Santa Brígida, y recuerdan las subidas con los amigos, las noches de cantes y diversión, el avistamiento de estrellas, las tardes del Huevo y el Bollo y un sinfín de sensaciones que pertenecen al más enraizado acervo cultural común.

Por todo ello, las instituciones que han impulsado la campaña confían en que la Ermita de Santa Brígida podrá salvarse de esta nueva adversidad, y aprovecharán el momento para aumentar su protección futura. En este sentido, cuentan con la colaboración de la Delegación Provincial de Cultura en Huelva, que facilitará su futura declaración como Bien de Interés Cultural.