Las entrañas de la magia natural

El jesuita Hernando Castrillo publica, en 1649 en Trigueros, el libro más antiguo que se conoce de la provincia de Huelva, del que sólo hay otros cinco en el mundo y en el que hace un análisis filosófico de la naturaleza

Uno de los cinco ejemplares que existen se conserva en la Diputación Provincial de Huelva.
Uno de los cinco ejemplares que existen se conserva en la Diputación Provincial de Huelva.
Eduardo J. Sugrañes / Huelva

15 de octubre 2008 - 01:00

Magia natural o ciencia de la filosofía oculta, con nuevas noticias de los más profundos misterios y secretos del universo visible, es el libro impreso más antiguo que se conoce de la provincia de Huelva. Su autor, el jesuita gaditano Hernando Castrillo (1586-1667), impreso en Trigueros por Diego Pérez Estupiñán, en 1649, con una segunda edición de 1723. En el libro se analizan temas y fenómenos extraordinarios de la naturaleza desde un punto de vista filosófico.

Está impreso en Trigueros, aunque todo parece apuntar a que se trata de un impresor ambulante y que es reclamado por el jesuita que se encontraba en aquel tiempo en el antiguo convento de Santa Catalina, que a mediados del siglo XVII era uno de los centros de evangelización del Andévalo occidental. Pero la edición en aquel tiempo tenía sus trámites, con la perceptiva licencia que le otorgan en 30 de mayo de 1643 Gonzalo de Peralta, después de "visto y examinada por personas graves y doctas de nuestra religión". La aprobación definitiva la otorga fray Juan Ponce de León, lector jubilado de Teología de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula, era miembro, además del Consejo de Su Majestad de la Santa y General Inquisición, y por su orden también visitador de las librerías de España.

No tuvo ningún problema el libro de Hernando Castrillo, porque en el mismo "hallo que todo el libro es una plaza universal del mundo, donde de todas las ciencias, y facultades, se halla lo escondido de sus más retiradas inteligencias, no sólo de aquellas cosas que visiblemente tocamos, sino aun de otras, cuya más cierta noticia es no poderlas comprender por singulares, y remotas". Así habla de "los orbes celestes, movimientos del Sol y de la Luna". El libro pretende ayudar en orden al conocimiento de los secretos más escondidos de la naturaleza, en sus más de 225 hojas numeradas, osea 550 páginas, a lo que hay que añadir toda la cuestión de índices y licencias.

Se deja claro en la aprobación de la publicación que el autor de este libro muestra en él, "que la magia de que trata, no es de aquella que por accidentalmente viciosa reprueban los codicilos, y prohiben las leyes civiles y canónicas". La clave del libro está, en opinión de fray Juan Ponce de León, de que esta Magia, se encuentra en "los principios de la más segura Teología, (que) hace al hombre perfecto filósofo y consumadamente sabio, lo cual no incluye en sí otra cosa, sino una consumada filosofía, igual a aquella que en el mundo hizo célebre a Platón, a Filón, a Séneca y a Aristóteles". Asegura, además que "la magia natural, o elemental", "es libre de toda sospecha, digna de hacer de ella libros y tratados". Así que el libro sí se puede imprimir, porque en él concurren "estas cualidades, a nadie cansará, ni se cansará leyéndole, pues la verdad de su exquisita erudición, y la seguridad de las materias, de que consta. El libro cuenta con dedicatoria al duque de Medina Sidonia y se deja constancia que el libro no tiene errata con su original. De esta edición sólo se conservan cinco ejemplares, además del que posee la Diputación Provincial de Huelva, que se encuentra disponible en la Biblioteca del Servicio de Publicaciones y del que se espera que algún día se pueda hacer alguna edición facsímil. Las cuatro copias restante están en la Biblioteca Nacional, la Real Academia de la Lengua, la facultad de Medicina de la Universidad Complutense y la Facultad de Teología de la Compañía de Jesús; además, existe referencias de otro ejemplar adquirido por la biblioteca de la Hispanic Society de Nueva York al marqués de Jeréz de los Caballeros.

"El libro -dice su autor- va estampado en lengua vulgar, siguiendo el parecer de muchos que han escrito en ella semejante materias y de otras más sagradas". Hernando Castrillo al hablar de su libro señala que filósofos gentiles equivocan y confunden el nombre magia, porque se aplica para significar las obras ocultas de la naturaleza, otras las del arte, "y otras las que se hacen por la del demonio, pero otros se estrechan a sólo la diabólica". Dice pues que magia es un arte, o facultad que obra con virtud natural cosas insólita, y maravillosas, que exceden la común opinión e ingenio de los hombres.

El libro cuenta con seis tratados, desde el que se refiere a lo que es la magia natural, le sigue el estudio de la magia natural que es la tierra, "de otra parte mas descollada y excelente de la Tierra, que es el paraíso que plantó Dios en ella", de los montes de la tierra, de los campos y árboles y de los metales y de algunas piedras de la tierra.

En este recorrido de Hernando Castrillo nos lleva incluso hasta el paraíso, que como dice para unos está en la zona de Cádiz, aunque para otros se había destruido o no llegó a aparecer, mientras que dice el jesuita que otros hablan de que está donde su primera fundación y es "imposible la entrada y comunicación con el paraíso" y que "los santos que hoy entran en el paraíso terrenal no se sustenta de las frutas de él o de otro alimento corporal".

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