Mirador de la Ría y emblema de la Huelva británica, el viejo cargadero de mineral sigue aferrado a un paisaje cambiante desde que en el siglo XIX lo legara a la ciudad un discípulo de Eiffel. Los fondos del segundo Plan E remozan las perspectivas para abrir al uso ciudadano un espacio degradado por el tiempo y el vandalismo. El próximo mes de mayo arrancan unas obras destinadas a la puesta en servicio de todo el entorno monumental del Muelle de Riotinto, viaducto que se reestrenó en 2007 tras una costosa restauración financiada al 50% por el Ayuntamiento y el Ministerio de Fomento.

Rematando el proyecto del Parque del Ferrocarril, se habilitarán ahora los accesos, zonas ajardinadas y servicios para el uso público del tramo de tierra y sus aledaños, interviniendo en la zona comprendida entre el Centro de Interpretación Puerta del Atlántico -museo turístico de Pescadería- y el cargadero. Con un presupuesto de 137.000 euros se acondicionará el perímetro BIC (Bien de Interés Cultural) del viaducto, partiendo de la restauración previa de la estructura industrial y de la ejecución de la primera fase del parque.

La ejecución del llamado Proyecto de Protección del Patrimonio Histórico y Paisajístico del Muelle de Minerales de Riotinto será contratada a finales de este mes, y contará con un plazo de ocho meses, por lo que la previsión del Consistorio es que los trabajos puedan culminar a comienzos de 2011.

Según informaron desde la Gerencia Municipal de Urbanismo, en este procedimiento negociado compiten las ofertas de Eygema SL y Construcciones Glesa SA. En diez días se hará una propuesta de adjudicación para su aprobación por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento.

Para embellecer el entorno del muelle, se llevarán a cabo actuaciones de limpieza del espacio degradado, mejora de la jardinería existente, modernización del alumbrado ornamental, así como reposición de pasarelas de madera y caminos de acceso al monumento. Se procederá a la pavimentación del acerado pendiente de rematar, con adoquines de hormigón de acabado de granito. Se bacheará y rasanteará el pavimento de albero de toda la senda peatonal paralela al muelle y se repararán los taludes de tabiquillos conejeros deteriorados de la zona de estanque. Toda la zona de taludes y solera se pintará con acrílico, creando un mural decorativo. Los bancos existentes, de estructura metálica y asiento y respaldo de tablones de madera, se pintarán y repondrán los elementos que han sido presa del vandalismo.

Para la reposición y complementación de las distintas zonas de plantación y césped existentes, muy degradados por el paso del tiempo, se llevarán a cabo actuaciones como el desmalezado y limpieza, la corrección de niveles del terreno, la plantación y reposición de especies vegetales, la reposición de los sistemas de riego y la regeneración de céspedes. Igualmente se eliminarán los hundimientos en praderas, se terminará el talud y se acometerán instalaciones complementarias (nivelación de parterres con traviesas de madera y reposición de elementos eléctricos y revisión del funcionamiento de los automatismos del riego).

En cuanto al alumbrado, se eliminarán los proyectores empotrables que se encuentran en mal estado y se colocarán dos nuevas torres de iluminación de 12 metros de altura con cinco proyectores de 250 W.

Se crearán dos nuevos accesos a la zona de estancia del parque mediante la construcción de rampas de tablones de madera de pino, fijadas a la estructura auxiliar existente de perfiles de acero laminado. También se realizarán reparaciones puntuales en las pasarelas de madera existentes, sustituyendo los listones deteriorados o inexistentes.

El singular proyecto de jardinería entronca con el embrión del Parque del Ferrocarril, concebido por el Ayuntamiento como colofón de la rehabilitación del muelle y del viaducto de madera e incluido en la última fase de urbanización de Pescadería. Además de dotar a la ciudad de un nuevo espacio verde de 14.000 metros cuadrados, este parque conseguirá contextualizar históricamente el cargadero, a través de recursos de evocación, alusión e interpretación, con un diseño que remite a las funciones originarias del monumento, así como de la incidencia de la minería de Riotinto en la evolución de la ciudad. Para lograr este objetivo, el diseño del parque simula un mapa de la provincia.

A lo largo de este corredor lineal discurre un canal principal de agua que representa el río Tinto, con cruces trasversales en alusión a sus afluentes. Paralelo al río, se dibuja una línea continua de alumbrado que simula el trazado del ferrocarril. A través de la jardinería, con más de 100 especies diferentes, se recrean los diferentes paisajes que, desde la Sierra onubense, va discurriendo el ferrocarril minero muy cercano al cauce del río Tinto. Así, en la zona más próxima a la ría, desde el inicio del parque hasta el primer pasillo o pasarela transversal principal, se destina una zona a las marismas salobres; el siguiente tramo a los arenales costeros; seguidamente se plantará un sector dedicado a la Campiña; otros dos a la Sierra-Andévalo y se rematará esta sistemática con césped y arboleda.

Para evocar la zona de Sierra y Andévalo, las zonas ajardinadas de ambos lados se plantarán de encinas, alcornoques, jaras, acebuches, romero y lavanda. En el Valle y áreas de Campiña se opta por adelfas, palmitos, algarrobos y esparragueras. Los arenales costeros se representarán con pinos piñoneros, retama blanca y sabina. Por último, en la zona de Marismas, se plantarán siemprevivas y espartinas.