La enología, su gran pasión

El interés que ha despertado desde tiempos remotos el vino criado en la Península Ibérica, ha traído desde lugares exóticos a los más exquisitos gourmet y a estudiosos de los caldos hispánicos.

Si en la Antigüedad fueron los romanos los interesados en explotar nuestras cosechas y en la modernidad los ingleses, ahora siguen viniendo desde cualquier latitud a conocer sobre el vino.

René Villao vino desde Ecuador hace 8 años a España. Si su particular aventura transoceánica no tuvo como objeto aprender sobre los vinos que se embotellan en nuestro país, pronto se dio cuenta de que sería una de sus pasiones al otro lado del océano.

Este licenciado en Economía, casado y con tres hijos, comenzó a trabajar en la hostelería en un conocido restaurante del municipio costero de Punta Umbría. El deseo de complacer los paladares más exigentes que visitan el local, ha despertado las inquietudes de René en lo que se refiere al vino.

Comenzó a interesarse por los diferentes caldos por iniciativa propia e intercambiaba conocimientos con algunos de los clientes instruidos en las cuestiones enológicas. "Algunos clientes acuden al restaurante buscando un vino concreto y con ellos comparto mis conocimientos. Para mí es importante saber ofrecer aquello que los clientes están buscando", explica René.

Con idea de perfeccionar su técnica y ampliar sus nociones sobre el vino, acudió al curso de catador que Apyme de Punta Umbría ha organizado durante el mes de marzo. En él ha compartido junto al que ha sido su profesor, el presidente de los sumilleres de Huelva, Raúl González, su pasión por el vino. "Durante las clases he podido comprobar cuales eran mis limitaciones en el tema, además de aprender a utilizar los tecnicismos del lenguaje de la enología", revela Villao

De La Rioja, de la ribera del Duero o del Condado, muchos han sido los caldos de las diferentes regiones españolas que nuestro protagonista ha podido degustar en sus clases. "España no tiene nada que envidiarle a otras naciones que se dedican a embotellar", sostiene. Hasta treinta clases diferentes han pasado por los sentidos de este catador, que elige el "Ribera del Duero, porque tiene muchas cosas que decir en cuanto a sabor".