El hidrógeno es un elemento químico, gaseoso en condiciones normales. Es transparente e incoloro, no estando libre en la naturaleza; está siempre combinado con otros elementos. Es muy necesario en los procesos industriales y para su producción se pueden emplear varios métodos que se identifican añadiéndoles un color al nombre. El producido a partir de la electrolisis del agua con energía eléctrica renovable es el verde; el amarillo se produce con agua y energía eléctrica no renovable; rojo o rosa, el que se produce a partir de agua con energía eléctrica de origen nuclear; gris si se produce a partir de gas natural y emite CO2 a la atmósfera; azul es el gris al que se le captura el CO2 producido; marrón, el que se genera a partir de carbón con emisión de CO2… y más colores que podrás encontrar en otras listas.

Pero ahora vamos a hablar del hidrógeno verde, y vamos a ver por qué se habla ahora tanto del mismo, por qué está de moda. Esa historia es un poco más larga y voy a intentar resumirla.

El hidrógeno es el elemento más abundante en el universo y la molécula más pequeña que existe. Eso hace que sea difícil de manejar –porque se cuela por cualquier resquicio– y de almacenar –porque pesa muy poco–. Por otra parte, forma parte fundamental de la mayoría de los materiales que empleamos hoy día y de los productos orgánicos que conocemos, desde plásticos a medicamentos, carburantes, fertilizantes, etc.; actualmente, casi la totalidad del hidrógeno que se consume se genera a partir de materiales fósiles –gas natural en el mejor de los casos, naftas o carbón–, y de hecho, en Huelva se genera y consume más de la tercera parte del hidrógeno en España, y, en la actualidad, se obtiene, mayoritariamente, a partir de gas natural.

Por otra parte, en Europa hemos decidido descarbonizar nuestra sociedad y nuestras actividades para mitigar el calentamiento global, llamando descarbonizar a dejar de emitir CO2 a la atmósfera. En verdad se debería hablar de desfosilizar porque lo que se pretende hacer es dejar de emitir CO2 procedente de las energías fósiles para incluir el CO2 en una economía circular, de forma que el CO2 que se genere, si se genera, proceda de CO2 previamente capturado. Para lograr eso, la única opción es hacerlo a través del hidrógeno verde, de ahí la importancia de este asunto, porque gracias al hidrógeno verde podremos producir carburantes, plásticos, medicamentos, fertilizantes, productos orgánicos diversos, energía térmica o para movilidad, etc. sin emisión de CO2 a la atmósfera, o emitiendo CO2 previamente capturado, de forma que el resultado neto de emisión de CO2 sea cero.

Y Huelva reúne unas condiciones magníficas para esta revolución porque es de los pocos sitios donde se podrá generar hidrógeno verde con todas las garantías. ¿Y cuáles son estas garantías? Administraciones comprometidas con el cambio, condiciones climáticas, agua, energías renovables, conocimientos tecnológicos y mucha experiencia –empresas, centros educativos y profesionales– en la producción y manejo del hidrógeno, y empresas que consuman todo el hidrógeno verde que se produzca. En la mayoría de los otros lugares que se postulan como centros de producción de hidrógeno verde falta alguna de estas garantías. Por todo esto Huelva se posiciona, gracias a una industria diversificada, eficaz y eficiente, con muchos años de experiencia –con sus profesionales al frente– como uno de los grandes centros de referencia europeos en esta revolución industrial clave para el futuro de nuestra sociedad.