Una empresa propone reutilizar los fosfoyesos para uso industrial

El comité de expertos estudiará el proyecto, presentado por Captura CO2, para transformar los residuos en calcita y sulfato sódico

S.h. Huelva

25 de julio 2016 - 01:00

El comité de expertos de los fosfoyesos ya tiene sobre la mesa una propuesta patentada que permitiría eliminar de forma progresiva este subproducto y aprovecharlo para otros usos, de forma que incluso pudiera ser rentable. La propuesta permitiría, tras varios procesos químicos, transformar los fosfoyesos en calcita y sulfato sódico, dos componentes que pueden ser utilizados en diversos usos industriales.

Francisco Rama, socio fundador de la empresa Captura C02 y responsable de este proyecto, señala, en declaraciones a Europa Press, que la propuesta ya "es conocida" en el seno del comité de expertos de los fosfoyesos y del Órgano de Participación de los Fosfoyesos y ha sido "muy bien recibida y valorada" porque es una "propuesta científica".

Esta opción supondría la eliminación total de los fosfoyesos y la recuperación de las Marismas de Mendaña ya que, según explica, la calcita puede ser utilizada como material de construcción y para la purificación de aguas, entre otras utilidades, mientras que el sulfato sódico tiene aplicaciones para la industria del vidrio y del papel.

La patente para hacer realidad este proceso fue realizada en el año 2011, aunque la empresa para ejecutarla es mucho más reciente y ha sido desarrollada por un equipo multidisciplinar de expertos e investigadores andaluces abanderados por los profesores Alberto Santos Sánchez (Universidad de Cádiz) y Luis María Esquivias Fedriani (Universidad de Sevilla).

Según señala Francisco Rama, en Captura C02 son "gestores de la patente", que tiene una "solución absolutamente rentable y ecológica", ya que la tecnología que utilizan "tiene múltiples ventajas y transforma un problema de contaminación grave en una oportunidad medioambientalmente sostenible y económicamente viable". Rama añade que "durante el proceso se logra reducir la huella de carbono, así como disminuir las emisiones de las industrias del entorno".

Los mismos expertos señalan que, a largo plazo, el proyecto permite "la recuperación total de los terrenos" sobre los que se vertieron los fosfoyesos durante décadas, porque elimina el producto contaminante "totalmente" sin generar nuevos subproductos.

Rama indica que se trata de una propuesta que tendría su inicio en Huelva, que supondría "una oportunidad extraordinaria" y que puede tener "una trascendencia mundial", ya que existe "un centenar de balsas de fosfoyesos entre Europa y Estados Unidos" y sería un "equipo andaluz" el responsable de llevarlo a cabo en todo el mundo.

"Convertiríamos un residuo tóxico en una mina a cielo abierto para transformarlo en algo comercializable", asevera Rama, y este proceso se podría "exportar al resto del mundo" por lo que sería "algo importantísimo para Andalucía".

Será el comité de expertos conformado por una decena de personalidades procedentes de diferentes universidades y organismos el encargado de valorar desde un punto de vista técnico cuál es la mejor solución para regenerar las balsas de fosfoyesos y entre ellos estará la propuesta de capturaC02, aunque no será la única.

Otra de las propuestas sobre la mesa para clausurar las balsas de fosfoyesos es la de la propia empresa Fertiberia, que obligada por sentencia judicial de la Audiencia Nacional de 2010, debe ser la responsable de recuperar la zona.

Para ello, Fertiberia quiere subcontratar a la empresa Ardaman para ejecutar lo que han venido a llamar la "clausura y encapsulado" de 720 de las hectáreas afectadas y que se prolongarían durante 10 años de trabajo.

La solución, sin embargo, ha contado con las críticas de los grupos ecologistas y políticos de la ciudad de Huelva ya que mantiene las balsas en el lugar actual, aunque enterradas.

La propia Junta de Andalucía, a través de la Empresa de Gestión Medioambiental (Egmasa) ha sido la encargada de elaborar un estudio sobre el posible traslado de los fosfoyesos. En este caso, el estudio concluyó que está posibilidad es muy compleja, ya que supondría la utilización de 485 camiones diarios durante 30 años para trasladar los fosfoyesos a otra zona.

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