Gente Inteligente

Tres ejercicios de inteligencia emocional que transforman tu comunicación personal

Un grupo de jóvenes conversando entre ellos.

Un grupo de jóvenes conversando entre ellos. / M. G.

En una era dominada por la tecnología, las redes sociales y la comunicación telemática, las emociones apenas se intuyen a través de emoticonos o palabros inventados que transgreden la gramática. Así, las habilidades de comunicación interpersonal más importantes están en un peligroso desuso, con una primera víctima palpable: la valiosa capacidad de identificación emocional. A eso me paro hoy, a proponerte estrategias para entrenar en el día a día tu habilidad para identificar emociones propias y ajenas, que es lo que puede convertir una conversación casual en una conexión genuina y enriquecedora.

La comunicación interpersonal no solo implica el intercambio de palabras, es también una danza sutil de emociones, expresiones faciales, tonos y gestos que son normalmente la mayor parte del mensaje. Y en ese baile, la inteligencia emocional nos permite interpretar y responder a estos signos no verbales de manera más efectiva, y nos ayuda a dar respuestas más adecuadas y más empáticas.

Por tanto, la clave para una comunicación más efectiva no se encuentra necesariamente en un extenso vocabulario o en la elocuencia, sino en la habilidad para conectar emocionalmente con las personas. Y es que, fuera del reino de los algoritmos, muchas veces es esa torpeza emocional la que actúa como un freno en nuestras interacciones.

Podría empezar con sugerencias ya muy trilladas, aunque muy útiles, que te habré dado más de una vez, como "escucha más", "haz preguntas abiertas", "mantén contacto visual", “apaga tus prejuicios” ... Pero no, hoy quiero sugerirte formas menos convencionales de fortalecer tu inteligencia emocional y aplicarla a tu comunicación interpersonal, que además puedes empezar a entrenar desde ya mismo.

Estrategia 1, el desafío del lenguaje prohibido. Debes prestar atención a tu forma de hablar para identificar tres palabras o frases que uses con frecuencia en tus conversaciones y que no aportan demasiado. Yo te digo mis ejemplos: los ‘pero’, las generalizaciones como ‘siempre’, ‘nunca’, ‘nadie’, o los imperativos como ‘tienes que’ o ‘tengo que’, o quizás algunas otras muletillas que no te gustan. Una vez identificadas, haz el esfuerzo consciente por evitar las tres elegidas en tus interacciones durante una semana. Este ejercicio es una forma de notar que tus palabras no son inocuas y transmiten emociones a veces de forma automatizada sin demasiado control consciente por tu parte. Además, con las restricciones autoimpuestas, te obligarás a buscar nuevas formas de comunicarte, enriqueciendo así tu habilidad comunicativa.

Estrategia 2, cine mudo emocional. Se trata de practicar de forma creativa la interpretación de señales no verbales en la comunicación. Para eso, usa alguna de tus series favoritas, y prueba a ver sin voz al menos 15 minutos de alguno de los capítulos. Céntrate en entender la trama y las emociones de los personajes mirando sólo su lenguaje no verbal, es decir, sus posturas y expresiones faciales. Apunta lo que creas haber entendido y contrástalo después viendo las mismas escenas ya con voz. ¿Has sido más o menos hábil entendiendo? ¿Qué puedes aprender? ¿Cómo hubiera sido en esas situaciones tu propio lenguaje no verbal?

Y la última estrategia, la número 3, es la cápsula del tiempo emocional. Consiste en grabarte un mensaje de voz, o un vídeo corto, o incluso escribirte una carta, describiendo alguna emoción o situación que te ha afectado recientemente. Después guarda el archivo o el escrito en algún sitio poco accesible, y ponte una alarma para volver a consultarlo dentro de uno o dos meses. Al cabo de ese tiempo, compara tus estados emocionales para tener una visión más clara de tus patrones emocionales, y hazte preguntas: ¿te has comunicado con tu entorno emocionalmente bien?, ¿lo has resuelto de forma efectiva?, ¿cómo lo podrías haber hecho de otra manera?

La inteligencia emocional es fundamental para una comunicación interpersonal efectiva, y con estas estrategias ejercitas tu autoconciencia, tu empatía y tu capacidad comprensiva. Si las practicas, no solo mejorarás tu habilidad para comunicarte, sino que también enriquecerás tus relaciones y llevarás tus interacciones a un nivel más auténtico y significativo.

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