El dulce dominio de las acacias en nuestra ciudad (y II)

Historia menuda

Durante el mandato del alcalde José Antonio Marín Rite, el Ayuntamiento hizo un gran esfuerzo para que aumentara el número de árboles existentes en la capital, en dos meses se plantaron tres mil

Una acacia en una zona verde de Huelva.
Una acacia en una zona verde de Huelva.
A. J. Martínez Navarro

20 de octubre 2008 - 01:00

A lo largo de la primera mitad del siglo pasado, en líneas generales las palmeras lograron hacerse con la supremacía del arbolado ornamental en los paseos públicos huelvanos en detrimento de las acacias. Esta postura no predominó en el Paseo de la Independencia:

Leídos los informes que emiten las Comisiones de Fomento y Hacienda sobre el proyecto de construcción de acera en el Paseo de la Independencia y replantación de palmeras. Abierta discusión, el Sr. Sánchez dijo que creía más conveniente que la replantación del arbolado se haga sustituyendo las palmeras por acacias.

El ciudadano onubense prefería las palmeras a las acacias. No obstante, no todos opinaban de la misma manera. Uno de los grandes defensores de las acacias fue Francisco Jiménez, el célebre 'Duende de la Placeta'. Así, el 6 de abril de 1945, en las páginas del 'Odiel' (en su 'Perfil de la Ciudad'), escribía lo siguiente:

Las pobres acacias. En Huelva quedan muy pocas acacias. Que hayan podido florecer esta primavera hay escasamente un par de docenas entre la Cuesta del Carnicero y la entrada de la Avenida de Manuel Siurot.

Eso sí: las que sobrevivieron a la tala trágica son árboles magníficos, llenos de vida, que abren, como urbana paradoja, un pórtico de flores y aromas en el paisaje lunar del Conquero.

Un día cualquiera, el Ayuntamiento entenderá que allí van mejor unos pinos -los famosos pinitos de moda- y ordenará arrancar las acacias.

Mientras tanto, debemos cuidarlas con cariño. Precisamente porque están condenadas a muerte y son tan bellas, tienen nuestras mejores simpatías.

Que el tiempo que le reste de vida sea respetada su hermosura, es todo lo que pedimos humildemente.

Todos los días, a la salida del Colegio, los chiquillos del barrio la emprenden a pedradas con las pobres acacias. Sus grandes ramas floridas alfombran la calle como si hubieran sido sacudidas por un terrible vendaval.

Y esto no debe ser. Tiene que remediarlo el Ayuntamiento. Los árboles bellos pueden, como los héroes, morir de muerte violenta, cuando es más fuerte el enemigo. Pero mientras estén en pie deben tener, si no nuestra admiración, al menos sí nuestro respeto.

Por el mismo cauce informativo, narraba, el día 7 de marzo de 1950, con pesar de otra derrota de las acacias que habían sido plantadas en el Conquero:

He aquí que este hombre pide en una larga carta mecanografiada que proceda yo ante el ayuntamiento para que se arranquen las acacias que quedan en la calle San Andrés y la Cuesta del Carnicero. Asegura él que conviene arrancarlas y sembrar arbolitos que hagan juego con los recién plantados en el Conquero. No dudo yo que a mi amigo le guía una buena intención, pero que no cuente conmigo para quitar árboles. Yo les tengo a esas acacias mucho cariño, precisamente porque son las pocas que se libraron del arboricidio del Conquero y, son tan bonitas, ya dentro de nada, cuando florecen, que, quien las tocase, tendría mi más dura condenación.

Vamos a dejarlas como están y esperemos a su sombra perfumada que crezcan y se pongan a tono los arbolitos recién plantados. Si es que llegan a ponerse y los chiquillos -estos chiquillos nuestros tan educaditos y tal- no los tronchan el año que viene. Que es lo más seguro.

Durante el mandato de José Antonio Marín Rite, el Ayuntamiento hizo un gran esfuerzo en que aumentara el número de árboles existentes en nuestra ciudad. Y lo consiguió, llevada la gestión de la mano del concejal José Vega Serrano. La llamada 'Operación Árbol' comenzó el 12 de enero de 1981 y terminó a mediados de marzo del mismo año; en su transcurso se plantaron 2.878 árboles. Poco después, a petición de las asociaciones de vecinos y de colegios, plantaron unos 3.000 más. Como anécdota, añadamos que los alumnos de los colegios 'Santo Ángel', 'Hispanidad' y 'Adoratrices', ayudaron en la plantación y grabaron una canción relacionada con el árbol. Una cinta con esta canción se envió después a los demás colegios. En estas dos fases, se abarcaron todos los barrios de Huelva.

La delegación municipal de Parques y Jardines escogió las especies de brachicitos, sauces llorón, jacarandas, árboles del paraíso, olmos pulidos, catalpas, naranjos agrios y muchas acacias.

El 10 de abril de 1986 apareció en las páginas de "Huelva Información" una noticia que fue agradable para los onubenses, ya que serían obsequiados con plantas para adornar fachadas y terrazas, y que probaba, una vez más, la eficacia de la delegación municipal de Parques y Jardines:

El Ayuntamiento de Huelva, a través de su delegación de Parques y Jardines, ha realizado en la temporada actual siembra de jardines en la que se han incluido unos 2.500 árboles -con varias decenas de acacias, algunas de gran vistosidad- y más de diez mil flores. De inmediato se va a proceder a entregar a aquellas personas que lo soliciten diversos tipos de flores. La gran mayoría de onubenses que transitaron ayer por la zona de la plaza de las Monjas se pudieron percatar de las labores que vienen realizando los empleados de la delegación de Parques y Jardines onubense, dado el fuerte olor que desprendía el abono que fue echado en los jardines de la fuente de la citada plaza y que se propagaba por las calles colindantes.

Según manifestó ayer el concejal de Parques y Jardines, Juan García Barranca, a "Huelva Información", el olor se debe al abono que ha sido necesario echar, ya que al tener este jardín un césped irregular y en malas condiciones se ha decidido levantarlo y realizar una nueva siembra, donde ya se están plantando rosales, que dejarán huecos libres para poder sembrar en esta época varias especies de flores.

Nota del autor. Este árbol, de la familia de las leguminosas, es cultivado en Huelva como objeto de adorno y para dar sombra. Las subdivisiones Saligna, Dealbata y Retinoides provienen de Australia, mientras que la llamada Farnesiana es oriunda de América y de diversos países templados. Es resistente a la sequía. Este árbol vigoroso se puede elevar entre ocho y quince metros de altura y su vida suele ser muy longeva, ya que alcanza de doscientos a trescientos años.

A través del magnífico trabajo titulado 'Árboles y arbustos de la ciudad de Huelva', firmado por Nieves Romero Delgado y Julián Ávila Fernández, conocemos que en nuestra ciudad existen las diversas especies de acacias que hemos indicado, al margen de que las fotografías tomadas por los expertos citados ilustrarán las dos páginas de que consta este trabajo. De cualquier forma, en esta Historia Menuda denominado con la palabra Acacia a cualquiera de las cuatro especies, ya que en las fuentes documentales no quedan especificadas de cual de ellas se trata.

stats