El Salón de Chimeneas de la Casa Colón acoge una macrolecta de sangre. Son muchos los donantes que acuden a las instalaciones para llevar a cabo un acto solidario que puede salvar vidas. Se trata de la tercera macrocolecta que se realiza este año.

Las reservas de sangre han registrado en Huelva una bajada en los últimos meses. Así lo ha manifestado Lola Fernández, responsable del Centro de Transfusión, Tejidos y Células, quien ha explicado que hacen falta ochenta donaciones diarias mínimas y actualmente se están realizando en torno a las cincuenta o sesenta, de manera que “estamos necesitando apoyo de otros centros de transfusión de Andalucía para poder hacer frente a las necesidades de los hospitales”.

Respecto al mismo periodo del año anterior las donaciones de sangre han bajado un 8%, “tiene un impacto y estamos haciendo muchos esfuerzos por informar a la población de la importancia de donar y por incorporar donantes nuevos”.

Fernández ha achacado esta bajada de las donaciones a la desescalada, “los ciudadanos tienen muchas cosas pendientes y están aprovechando para viajar y hacer cosas que antes no podían hacer”. En este sentido, ha señalado que “es más importante que nunca que esa solidaridad que se ha demostrado a lo largo de la pandemia continúe ahora, las necesidades de donaciones siguen siendo constantes”.

Para atender a los donantes de sangre se han instalado en la Casa Colón doce puestos de enfermería, tres de médicos, aparte de dos técnicos. Tras una entrevista con el médico, al donante se le toma la tensión y el pulso, para a continuación pasar al puesto de enfermería donde se le determina la hemoglobina “para descartar que tenga anemia”, ha apuntado Sonsoles Gómez, coordinadora de donación, que ha subrayado que “también se le saca unos tubos para analizar la sangre”.

Gómez ha destacado que con sólo esa acción, el donante “puede ayudar a tres personas”. Ha indicado que el perfil de las personas que se acercan a donar sangre es muy variado, “hay desde los 18 a los 65 años”, la mayoría son donantes habituales, aunque también acuden donantes nuevos.

Para Sara Santiesteban es la segunda vez que participa en una macrocolecta. Su tipo de sangre es cero negativo “y siempre hace falta”. Juan Carlos Delgado dona sangre desde hace dieciséis años. Su padre enfermó y en el hospital le propusieron donar sangre “y desde entonces lo hago de forma cíclica”.

Ana Rosa Díaz dona sangre desde hace tres años, “una amiga me llevó a la Casa Colón a donar y siempre vengo a las macrocolectas, es más el beneficio que el tiempo que pierdes”.