Diversidad: la oportunidad estratégica que las empresas no deben dejar pasar

En la última década hemos hablado mucho de innovación, mucho de digitalización y muchísimo de competitividad. Pero seguimos pasando por alto una de las palancas más poderosas de transformación empresarial: la diversidad. Y no se trata de mirarla como un gesto solidario ni como una tendencia pasajera, sino como un elemento estructural que las empresas pueden aprovechar para mejorar procesos, atraer talento y fortalecer su propia resiliencia en tiempos convulsos.

Esta reflexión no surge de la teoría, que la avala también. Surge de lo vivido en el TalentoLAB que Cruz Roja y MKS organizamos el pasado 4 de diciembre en la Lonja de la Innovación. Más de treinta profesionales y empresa participaron en una sesión diseñada para mirar de frente una realidad incómoda pero necesaria: en nuestras empresas siguen operando sesgos que condicionan decisiones clave, desde la selección hasta la promoción interna. Y esos sesgos —invisibles, automáticos, aprendidos— tienen un coste: perdemos talento y oportunidades.

En el TalentoLab Cruz Roja y MKS se habló sin filtros. Se pusieron sobre la mesa prácticas habituales que parecen neutras pero no lo son. Se analizaron ofertas de empleo que expulsan a personas sin que nadie se dé cuenta. Se compartieron ejemplos reales de entrevistas donde la intuición se disfrazó de profesionalidad. Y, sobre todo, se compartieron alternativas para construir procesos más justos y efectivos.

Un momento especialmente significativo del encuentro fue el testimonio de Agromartín, una empresa agrícola que ha convertido la diversidad y el compromiso social en parte de su ADN. Su experiencia demuestra que integrar a mujeres, personas migrantes o perfiles tradicionalmente excluidos no solo es ético: es estratégico. Produce equipos más comprometidos, mejora el clima laboral y aporta una perspectiva humana y empresarial que el sector necesita para competir y sostenerse. Lo que Agromartín ha logrado en un entorno complejo como el agrícola es un mensaje claro para todo el tejido productivo onubense: la diversidad no resta, multiplica.

El papel de Cruz Roja en este encuentro fue esencial. Su trayectoria acompañando a personas con barreras de acceso al empleo permitió ver lo que muchas veces pasa desapercibido: detrás de cada historia hay capacidad, motivación y talento que el mercado laboral no siempre sabe leer. Y es precisamente ahí donde alianzas como la de Cruz Roja y MKS adquieren sentido. No hablamos solo de acompañar a personas; hablamos de acompañar a empresas para que puedan reconocer y activar ese talento.

Desde MKS, defendemos una idea sencilla pero transformadora: la diversidad no debe vivirse como una obligación o un acto de buena voluntad, sino como una oportunidad estratégica. Las organizaciones que aprenden a gestionarla de forma consciente desarrollan equipos más creativos, más adaptables y más conectados con una sociedad plural. Y en un territorio como Huelva —marcado por la estacionalidad, la multiculturalidad y la necesidad de atraer empleo de calidad— esta visión es especialmente urgente.

El reto ahora es que sigamos generando espacios donde las empresas de Huelva puedan inspirarse unas a otras. Porque la diversidad ya está aquí. Lo que falta es que la aprovechemos. Y eso puede cambiarlo todo.