La Diócesis de Huelva reconoce en la Fiesta de San Leandro a quienes son ejemplo de servicio eclesial
Celebra una jornada marcada por la oración, la gratitud y el reconocimiento a los que "encarnan el rostro servicial de la Iglesia onubense"
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La comunidad diocesana de Huelva ha vivido una intensa jornada de fe y comunión con motivo de la festividad de San Leandro, Patrón de la Diócesis de Huelva, arzobispo de Sevilla y figura clave en la historia de la Iglesia hispana por su defensa de la fe y su empeño en la unidad. Como es tradición, la celebración comenzó con la misa votiva en la Santa Iglesia Catedral, presidida por el obispo, Santiago Gómez Sierra, y concelebrada por numerosos sacerdotes diocesanos. Participaron representantes de parroquias, hermandades, comunidades religiosas, movimientos apostólicos y autoridades civiles, junto a muchos fieles que acudieron a venerar al patrón de la Diócesis.
“Una fe adulta, bien fundada y capaz de iluminar los desafíos de la sociedad”
Durante su homilía, el obispo destacó la figura de San Leandro como “pastor que supo leer los signos de su tiempo para conducir a su pueblo a la verdad del Evangelio”, recordando su papel decisivo en la unidad de la fe y su amor firme a la Iglesia. Gómez Sierra invitó a los fieles a “mantener viva una fe adulta, bien fundada y capaz de iluminar los desafíos de la sociedad actual”, insistiendo en que “la integridad de la fe no divide, sino que construye comunión; no encierra, sino que envía a la misión”.
En otro momento de su intervención, el prelado subrayó que “vivir en la integridad de la fe significa obediencia a la revelación divina, confesar a Cristo con los labios y con la vida, sin separar lo que creemos de lo que hacemos”. Asimismo, recordó que la fiesta del patrón “es una oportunidad para reconocer la pluralidad y fortaleza de nuestra Iglesia diocesana, que se construye día a día con el trabajo generoso de sacerdotes, religiosos, laicos y de quienes, desde su profesión o vocación, hacen presente el rostro misericordioso de Cristo”.
Imposición de la Medalla Pro Onubense Ecclesia
Tras la Eucaristía, los actos se trasladaron al Obispado, donde tuvo lugar el acto institucional de imposición de la distinción Pro Onubense Ecclesia, concedida a quienes han ofrecido a lo largo del tiempo un testimonio ejemplar de fe y servicio a la Iglesia de Huelva. En un ambiente familiar y solemne, el obispo expresó su gratitud a los cuatro galardonados de esta edición, afirmando que “en ellos se refleja la diversidad de carismas y servicios que enriquecen a la Diócesis”.
Los reconocidos fueron: Eduardo Figueroa de la Guardia, médico neumólogo natural de Minas de Riotinto, por su dedicación humana y cristiana en el acompañamiento a sacerdotes y comunidades religiosas. El obispo destacó su “cercanía, dedicación y discreción al servicio del que sufre” como signos de un auténtico discípulo misionero; el Colegio Diocesano Sagrado Corazón de Jesús, por su compromiso educativo y cristiano a lo largo de generaciones. Su equipo docente recibió el galardón en nombre de toda la comunidad educativa, “por su contribución silenciosa y perseverante en la formación de jóvenes en la fe, la cultura y la responsabilidad social”; el Consejo de Hermandades y Cofradías de Semana Santa de Huelva, por su papel coordinador y su acompañamiento pastoral a las hermandades, fortaleciendo la vivencia cristiana de la religiosidad popular como camino de evangelización; Dolores Díaz Pinto, por su entrega generosa a la misión y a la caridad desde la Delegación Diocesana de Misiones y la Asociación Internacional de la Caridad. Su testimonio fue definido por el obispo como “un testimonio vivo de amor cristiano en lo cotidiano”.
Un momento de comunión y gratitud
El acto estuvo marcado por un clima de emoción y gratitud compartida. Cada galardonado dirigió unas palabras breves tras recibir la distinción Eduardo Figueroa expresó su alegría porque “la medicina sin Dios nunca será plena y debo agradecer a los enfermos, especialmente a los consagrados, a las que y a los que tanto me han dado. Me enseñaron a tener presente a Dios.”.
Dolores Díaz Pinto dedicó su reconocimiento “esta medalla es un compromiso y tenemos, de aquí en adelante, trabajar más y mejor”. Por su parte, Antonio González, presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, subrayó que es una distinción “para Huelva porque he visto pocos acontecimientos donde todo el mundo ha participado de una manera increíble y en una sola dirección”.
El director del Colegio Diocesano, Joaquín S. Sierra Cervera, recordó “el compromiso de educar en valores cristianos desde la infancia, sembrando esperanza en el futuro, con el legado de San Manuel González y el Siervo de Dios Manuel Siurot”. El obispo, tras hacer un breve resumen de cada galardonado, concluyó el acto animando a todos a “seguir construyendo una Iglesia abierta, cercana y servidora”, y a mirar a los premiados “como ejemplos que nos ayudan a mantener viva la esperanza y la alegría del Evangelio”.
Convivencia final y signo de comunión
La jornada culminó con un encuentro fraterno en las dependencias del Obispado, donde representantes de las distintas realidades diocesanas compartieron un ágape de convivencia. Este momento sirvió para fortalecer la comunión eclesial que da vida a la Diócesis. La fiesta de San Leandro volvió a ser "signo de unidad, memoria y misión compartida". La Iglesia de Huelva renueva así su compromiso de acompañar a su pueblo con la fuerza del Evangelio y el legado espiritual del santo Patrón, cuya intercesión se invocó especialmente.
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