Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Viviendo con “una bomba” en el garaje. Los residentes de uno de los edificios de la Plaza de las Monjas han sufrido dos incendios en menos de dos meses y alguna falsa alarma. El fuego se originó en ambas ocasiones en el aparcamiento del edificio, donde se encuentra un transformador eléctrico de la compañía Endesa desde hace más de dos décadas.
El aparato, ubicado en un lugar “sin ventilación y a temperaturas extremas”, aseguran, se ha convertido en “una amenaza” para los vecinos y vecinas, que lo consideran un peligro que pone en juego su bienestar, sus casas y vehículos y, sobre todo, sus vidas.
El miedo de los residentes es cada vez mayor. “Lo que más miedo nos da es que el fuego hubiera pillado algún coche eléctrico que estaba aparcado, lo que hubiera ocasionado un incendio mucho más grande. Esa ha sido nuestra suerte”, asegura uno de ellos.
Aquella vez, nadie se encontraba en el interior del ascensor cuando se expandió el humo por el bloque, aunque temen no tener la misma suerte si vuelve a ocurrir. “Una vecina se subió al ascensor poco tiempo antes del incendio. Si le llega a coger en el interior y se va la luz, se muere ahí abajo, porque el humo entra como un efecto chimenea por el ascensor”, recuerdan. “Todos aquí vivimos con miedo ahora mismo. Hay gente que, incluso, se ha ido a otros sitios a vivir de forma temporal”, añade.
El último incendio, que ocurrió hace apenas unos días, volvió a ponerlos en alerta. “Cuando salió ardiendo la última vez, y como ya estamos acostumbrados, unos vecinos de distintos locales del entorno llamaron sobre la marcha a los residentes. “También tenemos personas con problemas respiratorios y niños con movilidad reducida, imagínate un sexto y todo el mundo corriendo porque ya es la segunda vez que pasa. Además, eran explosiones, como si fueran motores reventando, no es que sea un humito”, puntualiza. Aunque los bomberos y la policía llegaron rápidamente, el daño ya estaba hecho.
Tenemos personas con problemas respiratorios y con movilidad reducida. Cuando salta la alarma, salimos corriendo"
Los vecinos aseguran que el transformador, que lleva más de 20 años en el edificio, “no se encuentra en un sitio seguro”. “El transformador no cumple con las medidas legales, pero al llevar ahí más de 20 años, cumplía con la legislación de esa época. Está en un sótano, donde no hay ninguna transpiración”, explica.
Desde Endesa, sin embargo, defienden que el centro de transformación que se encuentra en el edificio “es reglamentario y está totalmente vigente”. Y que “su ubicación y los demás requisitos normativos son correctos y están avalados por Industria”.
Aunque ha sido recientemente reparado, los incendios continúan ocurriendo, demostrando, según los afectados, que el problema podría radicar en la ubicación y las condiciones del espacio. “Los incendios”, sostienen los vecinos, “se originan debido a las temperaturas extremas del sótano, que carece de ventilación adecuada, lo que provoca que el transformador se sobrecaliente. Lo primero que sale ardiendo es porque no tiene transpiración, porque eso necesita que le entre aire. Un sótano sin ventilación hace que el recalentamiento sea mucho más grande”, explican.
Además de varios sustos, los gastos económicos también han agravado la situación. “El incendio anterior nos costó más de 3.000 euros, entre limpiar el edificio y pintarlo, y Endesa tampoco nos contesta sobre si se hará cargo de alguno de esos gastos”, lamenta. “La última vez, la broma nos costó 5.000 euros, y cuando tengamos un incendio gordo, a ver de quién es la culpa”, advierte.
Al respecto, Endesa añade que "en caso de una reclamación de forma individual o como comunidad de propietarios, la compañía evalúa si la avería o desperfecto está relacionado con la incidencia. Si es así, se determina la indemnización correspondiente."
La “falta de respuesta” que achacan a las autoridades y Endesa ha provocado que la situación sea aún más frustrante. “Todavía tenemos todo sucio desde la semana pasada, y aquí nadie ha hecho absolutamente nada. Tenemos gente con movilidad reducida y no es humo lo que hay, sino que está todo lleno de aceite del transformador, desde la vivienda hasta el garaje y las escaleras. Quien va en silla de ruedas viene con las manos llenas de grasa, igual que los niños”, cuenta.
Al final, los que nos hacemos cargo de los gastos y estropicios somos los vecinos"
Fuentes de Endesa reconocen que las últimas averías “han sido muy seguidas”, pero que lleva “muchísimos años funcionando sin ningún problema”. En estos momentos, informan desde la compañía, se están analizando las causas y “no tardarán en arrojar un resultado sobre qué ha podido pasar”.
Cuando tiene lugar una incidencia, “se normaliza el centro y se repara la avería sobre la marcha”. Determinarán si han estado provocadas “por algo concreto, para posteriormente arreglarlo y subsanarlo, funcionando ahora mismo con normalidad la maquinaria y a la espera de los resultados del análisis”.
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