La deseada lluvia de millones de euros se queda en un aguacero más
Tercer y cuarto premio La suerte salpica a Granada y Priego
Los cordobeses más optimistas, que aún los hay aunque a alguno le sorprenda, confiaban ayer en que el sorteo de Navidad dejase una lluvia de millones y fuese así un bálsamo, una esperanza para una provincia golpeada por numerosas fatalidades económicas y sociales. No hubo suerte, sin embargo, y, como diría Joaquín Sabina, la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido. Un pellizco de uno de los cuartos premios que cayó en Priego fue la buena noticia en una mañana en la que los cordobeses hicieron, en su inmensa mayoría, lo que vienen haciendo desde hace lustros: bromear en los bares y en los puestos de trabajo y asumir con naturalidad que la parte momia de este sorteo, como tantas otras veces, viajase a las comunidades de Cataluña y Madrid. En realidad, a estas alturas ya nadie cree en el lugar común de que este sorteo navideño suela dar suerte a las provincias que más penurias han sufrido durante el año precedente. Y es que en esta ocasión no atrajeron a la suerte ni las altos índices de paro (de los mayores de España), ni las dos crecidas del río Guadalquivir en febrero y en diciembre ni el colapso de Cajasur. La fortuna, está visto, no sabe de méritos y lo cierto es que Córdoba acumula 32 años sin que toque el Gordo. Dado el tiempo que ha transcurrido, hasta es muy posible que ni los cordobeses que fuesen agraciados entonces se acuerden hoy de aquéllo.
El caso, no obstante, es que la mañana no empezó nada mal para los intereses de la provincia, ya que poco después de las 10:30 las niñas Alicia P. Rodríguez y Gessy Quisnancela cantaron un cuarto premio al número 25506. Muchos cordobeses seguían la retransmisión y fue difícil no sentir un pálpito en el corazón cuando anunciaron que parte de los décimos de ese número se habían vendido en la provincia de Córdoba, concretamente en Priego.
Acto seguido, en la administración nº1 de la localidad, conocida como El Duende, se desató la alegría de los propietarios, aunque lo cierto es que ninguno de los premiados se dejó ver por allí. Dicha oficina ha vendido diez décimos de ese número, uno de ellos enviado a Alcañiz, una población de Teruel "porque la señora que nos llamó pidiéndolo quería ese número", comentaba Isidora Muñoz Bermúdez, la titular de la administración, que se encontraba contentísima porque "ésta es la primera vez que doy un premio en Navidad".
Muñoz agregaba entre sonrisas que "llevo 23 años al frente de la administración, desde que en 1987, cuando tenía 25 años, me hice cargo, y ya creía que me jubilaba sin dar ningún premio". Muñoz reconoció que no fue un número que ella misma escogiera, sino que fueron décimos "de los que manda la administración sueltos todos los años, pero el número era bonito y lo vendimos en ventanilla uno a uno". La lotera admitió que "aunque el número me gustaba y lo ofrecía con gusto a los clientes, yo no me he quedado ninguno porque aquí tenemos la tradición de jugar desde hace muchos años a otro número, que es al que juego yo y el que más se lleva la gente".
Lo que no consiguió recordar Isidora fue a quien había vendido el 25506, "ya que lo hemos vendido ahora en diciembre y en el puente de la Inmaculada han venido muchos turistas, así que los premiados pueden estar en Cádiz, Sevilla o Málaga, por ejemplo". Cierto o no, el caso es que por la Administración número 1 de Priego no se presentó ayer ningún agraciado, pero sí muchos curiosos. Anécdotas aparte, quien si llamó a esta feliz lotera prienguense para comunicarle que tenía uno de los décimos premiados fue un vecino de la aldea de los Zamoranos, Jesús, de 24 años. Era ayer uno de los pocos cordobeses especialmente felices.
La llegada de ese cuarto premio tan tempranero abrió las expectativas de que el sorteo de 2010 pudiese ser el que rompiese los años de mal fario que padece Córdoba. En el popularísimo mercado de La Mosca de la capital, que a dicha hora se encontraba en plena ebullición mañanera y cotidiana, una compradora de pescado bromeaba en voz alta mientras hacia cola: "Hoy me toca seguro; así que mañana mismo me paso de los boquerones, las bacaladillas y las sardinas a las cigalas y los langostinos". El pescadero, zalamero y dulzón, respondía: "Anda ya, si el premio ya se lo ha llevado tu marido por tenerte a ti". Pero ni las bromas ni los requiebros galantes más populares sirvieron para que la diosa fortuna se decidiese a hacer pareja de baile con la provincia de Córdoba.
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